Con impaciencia Nicholas, se movió entre la marea, esquivando a gente que cantaba, bailaba, saltaba, reía, cada minuto más desesperado por encontrarla. Ya había tardado demasiado en conseguir entrar, su publicista le consiguió un pase de prensa para poder moverse por donde quisiera ya que el show estaba completamente agotado y tantas personas comenzaban a alterar sus nervios. Por suerte Wes, le respondió el mensaje y todas las llamadas que le hizo, sabía su ubicación, ahora llegar allí era casi una misión imposible. Pero se trataba de ella, así que llegaría como sea.
Wasted times… I spent with someone else, she wasn't even half of you, reminiscin' how you felt. And even though you put my life through hell, i can't seem to forget 'bout you, 'bout you, i want you to myself. And now I'm askin', who do you belong to now? Who you give that love to now?
Danielle, se encontraba en medio de sus dos amigos escuchando la canción que secretamente había asignado como suya y de Nicholas, producto de esa loca noche en que le demostró que no tenía un problema con el alcohol, esa noche especial en que la hizo querer mejorar y nunca más volver atrás, solo quería estar con él. Las emociones comenzaros a abrumarla y con la intensidad de The Weekend, la oscuridad, la música tan fuerte envolviéndola en sus recuerdos, todo a su alrededor se sintió demasiado alto que nadie la oiría llorar si lo hacía, dejó caer las lágrimas, ya no lo aguantaba, ahora alguien más sabía la verdad, ya no había vuelta atrás, era un hecho y estaba tan asustada…, aterrada de reconocerlo, de hacerlo realidad…
Entonces unos familiares brazos la rodearon.
Los reconoció en un segundo, era él…, haciéndola sentir a salvo. Dejó salir un tremendo suspiro de alivio antes de girarse entre sus brazos y aferrarse con todas sus fuerzas a Nic, no se movieron por las siguientes dos canciones, solo entonces se atrevió a levantar el rostro para mirarlo a los ojos agradeciéndole no haberla dejado sola pese a que ella lo quiso. La oscura mirada de Nicholas, la contempló con adoración, emocionado y preocupado a la vez porque se haya guardado algo tan importante por tanto, sabía exactamente cuando la había encontrado, sabía lo confundida y asustada que saber la verdad la puso
— Te amo Dani
— Gracias por venir, significa mucho para mí
— Creo que estoy aprendiendo, nunca dudes en que tú significas todo para mí
— Estás siendo romántico, me gusta —confesó conteniendo su emoción
— Vas a tener que dejar de burlarte de mí porque pretendo seguir siendo romántico y muuuy cursi
— Siento que te amo muchísimo ahora mismo
Compartiendo una risa por ese último comentario se besaron rodeados de la locura del concierto y con sus amigos gritando a ambos lados felices porque ella cambiara su lúgubre expresión. La pusieron a bailar burlándose con cariño de su panza y advirtiéndole que esta era su última oportunidad de volverse loca porque ya no iban a permitir que agitara al bebé como si estuviese preparando huevos revueltos.
Tras superar la angustia con ayuda de su prometido y sus amigos incondicionales Theo y Wes, disfrutaron el final del concierto y continuaron con el plan original. Había sido todo un día de actividades, compras, un nuevo corte y muchos regalos de parte de todos sus amigos. Sobre todo de Mika, que fue donde pasaron la tarde en compañía de Leo y Lee, también cenaron con el pequeño Robbie, antes de irse al show. Ahora quedaba la última parte, comer chatarra y un delicioso pastel. Acabaron en el pequeño y frío apartamento pero eso realmente no importó cuando la alegría y el cariño de todos, era tan intenso. Danielle, se sintió abrumada por segunda vez esa noche y sumamente afortunada por estos amigos que honestamente llegaron en momentos bastante extraños pero justo a tiempo.
— No puedo sentir la cara cuando estoy contigo…
— ¿Qué?
Ese murmullo que se escuchaba tan lejano acompañado con la voz más sensual de un Nicholas, por la mañana la despertó, junto con las suaves caricias como ya está siendo costumbre despertarla. Sus manos recorriendo su vientre hinchado de tantas papitas fritas de la noche anterior, la ternura y adoración en un simple toque
— Y me encanta —continuó Nic, de buen humor
— Tú me encantas, creo que me duele la garganta, me pasé un poquito con los gritos —suspiró al reconocer la canción
— Buenos días mi chica del cumpleaños
— Es cierto, lo olvide…, anoche fue maravilloso, gracias por ir a buscarme
— Debo admitir que estaba dispuesto a que me echaras a patadas
— No es cierto, ya te comportas como un buen novio y sabías lo que necesitaba de ti exactamente
— Como un prometido —la corrige sonriente—. No puedo esperar a casarme contigo mi amor, me vuelves loco
— No quiero recordar como era antes de esto, lo hacemos bien, sin peleas, no me haces llorar y tú casi ni arrugas esa frente ¡mi Demonio sabe modales!
— Prefiero creer que “tú Demonio” sabe complacerte
— De acuerdo, podemos llamarlo así —posa su mano sobre la de Nicholas, que estaba haciendo su descenso dentro del pantalón de pijamas que sacó del lado del vestidor que le correspondía a él—. ¿Qué sigue ahora?
— Voy a quitarte la ropa para disfrutar de la vista y luego te voy a dar un baño bien caliente. El desayuno es en una hora así que tendremos que dejar el sexo para esta noche luego que todos se larguen de nuestra casa
— Lo mejor para el final, me gusta cómo suena ese plan
— Comencemos entonces
Ansioso se dispuso a quitarle el pantalón pero volvió a detener a sus impacientes manos
— Espera —suelta Dani, de golpe
— ¿Qué pasa? ¿Te sientes bien?
— Le dices a Patts, que prepare Cupcakes, quiero uno de vainilla
Babeándose con ese adorable puchero y este magnífico antojo extendió uno de sus brazos hasta la mesita de noche para agarrar su celular y escribir mientras lo leía en voz alta
— Patricia, la señora de la casa quiere Cupcakes en el desayuno. Y deben ser de vainilla. Enviar.
— Sí, creo que serás un buen esposo después de todo endemoniado.
— Ross, no te muerdas ese labio o no conseguirás probar ni un solo Cupcake, porque no voy a dejarte salir de esta habitación
— Sí señor —sonríe—. Ya puede quitarme la ropa
— Te devoro, ven aquí
Eufórico se lanzó a besarla apasionadamente mientras sus inquietas manos le quitaban uno de sus pijamas, debía conseguirle unos lindos camisones para que se ponga, porque por más que le excite verla llevar ropa suya la quiere siempre hermosa.
El desayuno fue un mini festín, Danielle, lloró al menos 4 veces ante lo linda que fue Patricia, al prepararle los Cupcakes de último momento, pero definitivamente la mejor parte fue el regalo que le dio. Ella misma había tejido una hermosa manta para el bebé, era perfecta, pero lo que realmente pudo con sus emociones fue la pequeña mantita hecha para Muffin, que incluyó en la caja de regalo
— Para que la pequeña no se ponga celosa
— Patts, es…, es adorable, te quedó hermosa, muchísimas gracias
Tras abrazarla por milésima vez Nicholas, consiguió sacarla del comedor para mostrarle su sorpresa, claro que no soltó las mantitas y de camino recogió a Muffin, envolviéndola inmediatamente en la mantita. En cuanto estuvo tranquila le enseñó la habitación que secretamente hizo que remodelaran mientras ambos estaban fuera de la casa.
— Solo estaba celosa de tu belleza natural y el hecho que no lo heredaras de ella
— Nic
— Vamos, deja a la peluda y vamos a quitarte la ropa
— Para cambiarme
— Siempre y cuando me dejes mirar
— Tú, siempre miras, no te hagas el bueno porque es prácticamente una exigencia
— Si, y crece día a día..., como una necesidad
— De acuerdo pero yo voy a pedir lo mismo, en la habitación tendrás que estar desnudo siempre y no me importa que tengas frío, te aguantas
— Muy justo
Con una gran sonrisa que atravesaba su rostro Nicholas, la levantó del sofá en su zona de descanso y la besó con deleite, claro que solo duró unos instantes pronto tuvo a Muffin, a los pies llorando
— Vamos cariño, hora de practicar —canturrea burlona—. Muffin, quiere ir a su cajita de arena
— La pulgosa avisa, estoy sorprendido
Y lo estaba, alzando las cejas levantó a la gatita y la llevó al baño de la habitación, si había pensado en todo, Muffin, tenía su baño privado y aislado, también había un mudador y el resto era un baño normal.
— Realmente eres inteligente, no me sorprendería que de una pared apareciera una cama
— ¡Oye no es mala idea! Para nuestros polvos express
— Dudo que necesitemos una cama para esos y no quiero una cama aquí, ya es perfecto, gracias mi amor
— Para ti todo lo que quieras
— Lindo
— Lo digo en serio en unos días es navidad y mi imaginación se agotó con tu cumpleaños
— Bueno, solo dame comida y un abrazo
— Eso no se puede envolver
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Sí Señor (Porque Yo lo digo 2)