Sí Señor (Porque Yo lo digo 2) romance Capítulo 107

— Dani, yo…, no lo sabía, cuando Ángela, me dijo que estaba embarazada no reaccioné, solo supe que debía hacerme cargo y cuidarla pero no me mudé a la casa hasta después que naciste. Si me permites quiero contarte la historia completa con todos los detalles que conozco, no odies a Jazmín, ella es una de las maravillas que llegan a este mundo para aliviar la carga del resto

— Yo quiero saber por qué se lo hicieron ¿por qué no hiciste nada? Papá, ella te amaba y acabaste casado con su hermana —exigió afligida

— Calma mi amor —intervino Nic—. Vamos a hablar a otro lugar, estoy seguro que Daniel, está dispuesto a llenar todos los vacíos y aclarar tus dudas

— Por supuesto, les debo tanto —asintió algo nervioso

— No papá, no nos debes nada, solo la verdad

— Hija…

Sobrecogido tomó varias respiraciones para no perder el control, estaba al límite con sus emociones y remover el pasado también era doloroso para él.

Protegiendo a su chica Nicholas, la abrazó con fuerza antes de llevarla a su estudio, allí estarían tranquilos, la dejó en el sofá frente a su papá dispuesto a darles privacidad pero ella no soltó su mano, necesitaba que la acompañara, estaba tan asustada que no deseaba estar sola. Así que tomó asiento junto a ella y no soltó su mano.

— Cuando Jazmín, me visitó en la cárcel hablamos sobre esto, yo nunca volví a verla y fue un momento inesperado yo estaba tan mal con los vicios y bueno el hecho de estar encerrado que necesité una sacudida, le agradecí tanto que te encontrara que…, la culpa que sentí me quemaba desde adentro

— Ha pasado mucho tiempo y muchas cosas papá, hoy el pasado queda atrás, no quiero oír lamentos nunca más, quiero estar bien

— Por supuesto hija, voy a ser un hombre honesto, los errores que cometí en el pasado jamás se repetirán

— Papá, yo no pretendo que te sientas forzado a ser otra persona, solo…, si los problemas vuelven, yo quiero que me pidas ayuda, no dejes que se agrande tanto que nos separe

— Adoro eso de ti, perdonas y ayudas, no guardas rencor

— Solo una personal consiguió que lo hiciera, por favor dime la verdad. Jaz, ella dijo que lo hizo mal ¿de qué hablaba?

— De lo nuestro yo salía con Ángela, cuando nosotros tuvimos esta “aventura”

— Oh… ¿la querías?

— Jazmín, era una de esas personas a las que por más que intentes siempre acabas queriendo…

Ángela, siempre fue la favorita de Sofía, tu abuela, así que cuando se fijó en mí, no dudó en alentarla a conquistarme, era un buen partido, con dinero, de buena familia, atractivo, atleta, todo eso que me convertía en un “rompecorazones” de la época. Comenzamos a salir y Jaz, siempre rondaba la sala, siempre la veía en una cafetería retro con sus amigas y esos gigantescos vasos de malteada de vainilla con cerezas extra. Una noche en la que Ángela, daba una fiesta la primera desde que nos hicimos novios oficialmente Jazzy, se me declaró, fue un momento muy dulce pero a mí me gustaba su hermana, jamás, la miré como mujer, fue siempre con respeto, era la hermana de mi novia y tenía una muy atractiva estaba embobado con ella, solo tenía 20. No era mi intención ofenderla de algún modo y solo le agradecí por fijarse en mí y básicamente le recordé la diferencia de edad, era tan tierna y bonita que de seguro habían muchos pretendientes por allí felices de tener una oportunidad con ella, Jazzy, me sonrió y me dijo “eres un sol incluso para rechazarme” y se fue a su habitación.

Un año después en una fiesta en el campus de mi universidad Jazmín, se coló con sus amigas, todas tenían 15 años y ella en especial había florecido desde la última vez que la vi, evité ir a la casa o a la cafetería para no incomodarla. Esa noche era ruidosa mi equipo de basket ball había ganado el torneo, las amigas y Jazzy, hablaban con unos de los jugadores mientras yo me paseaba por la fiesta, cuando la reconocí solo cruzamos miradas ella, estaba hermosa y maquillada, no aparentaba sus dulces 15 años en absoluto, su cuerpo se había desarrollado más rápido y se veía mayor.

La dejé divertirse en su aventura, ya no era una niña y le di su espacio. Se emborrachó con sus amigas y su risa era tan genuina y feliz que no pude meterme pero si me quedé pendiente que nadie se fuese a aprovechar de su estado, era muy femenina y dulce. Cuando me di cuenta que había llegado a su límite me acerqué a ella y le pedí que me acompañara, ella, estaba emocionada porque al fin le hablaba y me tomó de la mano lista para que la guiara. La llevé a mi habitación, estaba solo, mi compañero se acababa de marchar así que nadie la iba a molestar. La obligué a dormir, no iba a permitir que acabara vomitando hasta las tripas, era la primera vez que lo hacía.

Lo que pasó la mañana siguiente no me lo esperaba, hablamos por horas, conectamos ella, era tan brillante, inteligente y con esa sonrisa en el rostro que ilumina todo, me besó y no la rechacé, fui su primer beso y cuando me lo confesó sentí este escalofríos y esa sensación en el estómago de mariposas, me pidió que le enseñara a hacerlo bien lo que me pareció muy tierno y le permití que lo hiciera, era tan suave pero tramposa, o yo muy débil porque las cosas pasaron al siguiente y siguiente nivel con demasiada prisa, no me di cuenta y quise convencerla de no continuar pero ella ya lo había decidido, me dijo que quería perder la virginidad de la mejor manera y que esa era con el chico del que ha estado enamorada hace más de un año. Fui muy cuidadoso pero no lo suficientemente inteligente. No recordé el preservativo. La llevé a su casa por la tarde, no quería que se fuera, ella, me hacía sentir tan…, importante, apreciado solo con su compañía…

Después de ese día comencé a sentirme incomodo con Ángela, ya no me gustaba la relación que estábamos llevando y comencé a alejarme a apartarme, pero se dio cuenta. Un día me pidió que fuera a verla a su casa, nunca lo hacía porque siempre me estaba pidiendo que la sacara a cenar a algún restaurante. Había pasado un mes desde que vi a Jazmín y estaba nervioso y ansioso solo por el hecho de ir a la casa, pero solo estaba Ángela. Ese día me dijo que estaba embarazada y que debíamos casarnos. A los pocos días nos comprometimos y fijamos fecha para final de año. Ella, fingió los síntomas con ayuda de su mamá hasta que me fui de intercambio por 6 meses.

Cuando hablé con Jazzy, comprendí muchas cosas y me enteré de otras. En cuanto Sofía, supo que Jazmín, estaba embarazada la envió lejos con los parientes más lejanos que tenía. Ella intentó convencerla que no le quitara al bebé, prometió que trabajaría y que lo cuidaría pero su mamá ya había decidido darlo en adopción. La dejó sola en Australia, con parientes que no conocía, embarazada y condenada a regalar a su bebé. No regresó hasta la fecha en que daría a luz.

Cuando regresé Ángela, ya había tenido al bebé. Nos casamos pero siempre lo supe, siempre supe que esa pequeña no era hija de Ángela. Era demasiado dulce para ser de ella. Me mudé a la casa con la esperanza de volver a ver a Jazmín, pero desapareció. Un par de años más tarde intenté averiguar sobre ella pero no conseguí mucho, solo me dijeron que vivía con una tía en el campo.

Los años pasaron y yo seguía intentando encontrarla…, saber algo de ella. Mi negocio prosperó y estaba haciendo muy buen dinero así que pude permitirme contratar a un investigador privado. Nunca amé a mi esposa, solo a mi preciosa hija, por ti lo soporté y por Jazmín, nunca volví a sentirme como lo hice cuando estuve con ella, su alegría, optimismo, el modo de ver el mundo, siempre destacando lo positivo era adictivo.

— No entiendo cómo fueron capaces de hacerle algo tan terrible, ella era buena

— Yo creo que ya no quiero saber nada de esa mujer, no puedo creer que después de todo lo que le hicieron Jaz, cuidara de su mamá, incluso pagaba su asilo

— Tu mamá es una buena persona

— Y sin embargo fueron crueles con ella

— Es algo que nunca me voy a perdonar

Danielle, permaneció aferrada a Nicholas, en silencio procesando todo lo que acababa de contarle su papá. La vida de su Jaz, fue horrible y aun así pudo sonreír y cuidarla.

— Necesito ir al baño, papá, puedes regresar a la sala

— Puedo irme si lo prefieres, sé que esto no es fácil, no es justo y entiendo que no quieras verme

— Claro que no, necesitaba esto, necesitaba saber por qué nos separaron

— De acuerdo, tómate tu tiempo hija, le diré a tu amigo Lee, que te eche un ojo, te ves pálida

— Solo necesito un momento y una taza de té, es todo

Nicholas, a su lado la ayudó a ponerse de pie, sus manos estaban frías y su mirada había perdido su brillo especial, preocupado e impaciente aguardó a que abrazara a su papá y este se fuera para regresar a la habitación

— ¿Qué tienes Dani?

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