Congelada por el impacto de su pequeña e inocente cara maltratada Danielle, solo atinó a abrazarlo, su cabeza estaba nublada no sabía qué pensar, qué hacer este pequeño inocente estaba allí pidiéndole ayuda.
— Musa…
Susurró Theo, preocupado señaló el piso junto a ellos donde una pequeña posa de sangre se formó, era de Robbie, de su boquita.
— Robbie, cariño deja que Theo, te ayude, prometo que no te va a doler nada ¿sí?
En respuesta el pequeño la soltó con cuidado retrocediendo lentamente con la mirada fija en el suelo y su mancha de sangre. Theo, le ofreció su mano y sin levantar el rostro la aceptó permitiendo que lo llevara al sofá, incluso sentarse le producía dolor
— Bueno Robbie, voy a quitarte la sangre con mucho cuidado con una gasa y agua tibia para saber de dónde cae, si te duele algo me avisas para detenerme y si quieres decirme algo puedes hacerlo, no le diré a nadie
El asentimiento de Robbie, fue casi imperceptible pero accedió a que Theo, lo ayudara. En blanco tanto Danielle como Wes, los observaron. El diseñador fue cuidadoso y le decía todo lo que haría para no sorprenderlo y provocarle aún más dolor.
Después de un rato inmóvil Danielle, reaccionó al escuchar un sollozo, levantó la mirada y vió a su amigo que intentaba calmarlo, le negaba con la cabeza, no podía hacer nada para ayudarlo así que volviendo en sí le habló a Wes.
— Wes, vamos tienes que ser fuerte, necesito que saques a Robbie, de aquí, llévalo a urgencias o se va a desangrar
— Es que yo…, no quiero tocarlo y hacerle daño Dani, no quiero lastimarlo
— No lo vas a hacer —prometió angustiada—. Theo, te va a ayudar a llegar y no se va a separar de ti, yo necesito quitarme este vestido y me iré a buscarlos
— Urgencias… —susurró mirando a Theo, quien asentía listo para llevar al pequeño
— Robbie, tengo que cargarte, ayúdame y rodea mi cuello, prometo moverme muy despacio ¿sí?
Nuevamente Robbie, solo fue capaz de asentir y hacer lo que Theo, le pidió. Volvió a llorar cuando lo cargaron, pero no había otra manera, no iban a hacerlo bajar seis pisos así de lastimado.
Danielle, intentó calmarse una vez que estuvo sola pero entonces vio el montón de gasas manchadas con la sangre del niño y se echó a llorar con impotencia. Se paseó de un lado al otro intentando controlarse, tratando de controlar su respiración y así poder alcanzarlo en el hospital
Entonces la causante de todo este desastre la madre desnaturalizada comenzó a gritar en el pasillo llamando a su hijo “pedazo de basura” insultándolo y exigiendo que saliera de su escondite. Danielle, intento controlarse, dejó de llorar, ahora ardía de ira y odio por esa hija de perra negligente, pero entonces la desalmada le comenzó a patear la puerta siendo eso la gota que rebalsó el vaso. Corrió a abrir la puerta viéndola cara a cara, dispuesta a todo para defender a Robbie
— ¡Ya cierra la boca estúpida maltratadora de niños! —gritó furiosa—. No voy a permitir que sigas maltratando a un niño inocente así que corta la mierda y lárgate, vete a la mierda con tu maldito novio bueno para nada
En respuesta Alison, la madre del año alzó su puño y golpeó a Danielle, directo en el ojo. Pero ella ya estaba al límite y un poco lo esperaba porque reacciono inmediatamente empujándola tan fuerte que la tiró al piso
— ¡No te metas en mis asuntos desequilibrada!
— ¡Muy tarde abusadora! —la fulminó con la mirada pateándola fuera del apartamento con sus tacones—. ¡No voy a permitir que vuelvas a tocar un solo pelo de Robbie! NO VAS A VOLVER A VERLO JAMAS ¡ESO TE LO ASEGURO!
Alison, se levantó del piso lista para pelear pero Danielle, se le adelantó regresándole el golpe cayendo en un ir y venir de golpes, tirones de cabello, improperios, no le importaron los modales, no le importó nada a Danielle, solo pensaba en todas las veces que esta mala mujer ha hecho sufrir a un pobre niño y su agresividad se disparó descargando toda la impotencia acumulada. Empujones, arañazos, gritos. La pelea acabó con la llegada de la policía que les exigía detenerse, pero Alison, se negó y acabó empujándola por las escaleras, cayendo hasta el descanso donde un par de policías consiguieron alcanzarla. Ambas acabaron en la estación de policías detenidas.
Como un tornado arrasando con todo a su paso Nicholas, llegó hasta la estación de policías aun vistiendo su esmoquin y seguido por sus abogados, no estaba de humor para tratar con nadie y el que se atreviera a pedirle que se calmara sufriría la primera decapitación de la noche.
— ¿QUIÉN ESTA A CARGO? —bramó en cuanto cruzó las puertas
— Baje la voz y podemos hablar señor —advirtió el oficial de recepción
— QUIERO HABLAR CON TU SUPERIOR ¡Y NO VOY A BAJAR LA MALDITA VOZ!
— Tome asiento, en cuanto se desocupe podrá verlo
— ¿Estás sordo, tienes sueño o eres disléxico? ¡AHORA!
— Si vienes a mi trabajo a insultarme acabarás mal, controla tu malhumor y sigue las reglas o acabarás el resto de la noche encerrado
— ¡Tú, sigue las putas reglas! Tienes a mi prometida en una maldita celda cuando debería estar en urgencias, son todos unos negligentes de mierda
— Ah viene por el altercado doméstico —le resta importancia
— ¿Doméstico? ¿TRABAJAS AQUÍ O SOLO VIENES A MIRAR TUS PUTAS REDES SOCIALES?
— Si no controla lo que dice tendré que detenerlo a usted también, ya se lo advertí
— ¡Atrévete! —lo fulminó con la mirada—. Saca a mi prometida AHORA, no requiere mucho esfuerzo —ordenó a punto de lanzarle fuego—. Una perra la empujó por las escaleras, está embarazada y te aseguro que si algo le pasa a mi hijo todos ustedes perderán su puto trabajo así que SÁCALA AHORA
Intimidado por la penetrante mirada negra de Nicholas, el oficial se levantó de su asiento y se dirigió a la oficina de su jefe, le comentó brevemente lo que sucedía y este al enterarse fue de inmediato y con ellos iba Paul Ulrich, el antiguo abogado y compañero de universidad de Nic.
— Señor Allen, si no se calma no llegaremos a nada, la señorita Ross, se encuentra en una sala siendo interrogada por uno de nuestros mejores oficiales
— Me importa una mierda, me la llevo ahora al hospital, donde USTEDES debieron llevarla de inmediato en vez de encerrarla aquí
— Nos dijo que está bien —insistió el oficial a cargo
— ¿Les dijo que está embarazada? ¿Sabe lo que una pelea como la que tuvo puede provocar? ¿Sabe sumar? —intentó mantener la calma—. Quiero verla ahora y yo mismo me la llevo a urgencias
— Calma Nicholas, ella podrá irse en 5 minutos
Intervino Paul, al ver cómo Nicholas, apretaba los puños listo y dispuesto a volver a usarlos, ya que saltaba a la vista que acababa de golpear a alguien.
— ¿Se puede saber qué demonios haces aquí y porqué debería calmarme?
— Llame a una ambulancia ahora para trasladar a la señorita Ross y le prometo no demandar —exigió Paul, con tranquilidad al oficial a cargo
— No estaría tan seguro de eso —espetó Nicholas
— Señor Xander, permita que el señor Allen, vea a su prometida —presionó Paul, al jefe de la estación
— Bien
Le hizo señas a otro oficial para que lo llevara y pese a que aún no sabía qué demonios hacía Paul, metido allí Nic, siguió al oficial con impaciencia y fastidio porque el hombre caminara con tanta calma. Estaba más allá de impaciente. Primero Danielle, luego se encargaba de Paul, se repitió hasta llegar a la sala donde la tenían.
— Puede quedarse con ella aquí hasta que llegue la ambulancia
En la sala de urgencias Theo, apenas había conseguido sacar a Wes, por un poco de aire mientras esperaban noticias de Robbie, el hospital había llamado a la policía y hablar con ellos lo dejó devastado, con una sensación de náuseas al tener que declarar que su propia mamá fue capaz de hacerle daño.
— Vamos Wes, necesitas calmarte o asustaras a Robbie
— Es que…, es tan pequeño y tiene que pasar por todo esto —se lamentó
— Es un niño fuerte y puede que no sea primera vez que le sucede y ahora está en tus manos poder ayudarlo, sé que tú puedes
— No voy a permitir que lo lleven a un hogar
— Claro que no, eso es, necesita tu ayuda —lo animó
— Tenemos que llamar a Dani, se quedó en el apartamento y…
El sonido del celular de Theo, lo interrumpió, quien lo ignoró pero volvió a sonar
— Es Nicholas
— Responde, tal vez esté con Dani
Con la mirada todo el tiempo sobre Wes, Theo, se llevó el celular al oído para contestar
— Nicholas
— ¿Estás con Wes? Traté de comunicarme con él, no responde
— Si, seguimos a la espera de noticias del estado del pequeño
— Lo necesito conectado, mis abogados necesitaran detalles
— Hablaré con él ¿dónde estás tú? No hemos sabido nada de Dani
— Está en urgencias…, hubo una pelea con esa infeliz, la tuve que sacar de prisión
— ¡No me jodas! ¿Está bien, le hizo algo?
— La empujó por las escaleras
— ¡Qué hija de puta! Vamos para allá, espera ¿es el mismo hospital, dónde están ustedes?
— El mismo
— Vamos
Cortó y sin decirle nada a Wes, lo agarró de la mano y prácticamente lo arrastró a la sala de esperas hasta dar con Nicholas.
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