— ¿Qué pasa con Dani?
— La están examinando —dijo Theo, intentando sonar calmado
— ¿El bebé está bien? —se alarmó
— Es lo que queremos saber —murmuró Nicholas, mientras leía un documento en la pantalla de su celular
— Pero… ¿le hicieron algo? ¿Qué pasa? Por favor díganme —pidió angustiado
— Wes, tuvo una pelea con el animal ese —explicó Theo
— No, no, no ¿dónde la llevaron? Quiero verla ¿¡dónde!?
— Wes, no me permitieron entrar con ella por favor mantén la maldita calma o yo también la voy a perder —pidió Nic, apagado—. Y esta noche soy capaz de matar a alguien, te lo aseguro
— ¡Lee! Hay que llamarlo, tiene que verla, su vuelo llegaba a las 10pm, yo voy a llamar, voy a…llamarlo
Agitado se alejó de ambos, sentía esta opresión en el pecho que no lo dejaba respirar… Con manos temblorosas sacó su celular y le marcó a Lee, mientras caminaba sin rumbo hasta llegar sin planearlo a la entrada, esa que decía “solo personal autorizado”, llevado por un impulso se metió a Urgencias y la buscó, necesitaba verla. Pero no fue buena idea. Se cruzó con los médicos trasladándola en la camilla para hacerle exámenes y ver su rostro y el collarín rodearle el cuello pudo con lo poco de calma que le quedaba. Cuando Lee, finalmente le contestó puesto que eran más de las 2 de la madrugada le soltó que fuera al hospital que Danielle, estaba mal no dejándole espacio para reaccionar ni responder colgando inmediatamente después.
El revoltijo en su estómago por sus nervios pudo con él, verla en una camilla luego del accidente era particularmente difícil para Wes, pero si a eso le sumaban sus heridas lo arrastraban a ese fatídico día. Sintiéndose enfermo salió de allí y fue directo al baño a vomitar. Una hora después Theo, lo encontró comprando un cepillo y pasta dental.
— Necesitas controlarte, no tienes porqué sentirte culpable de nada Wes, no lo hagas
— Fui a verla, me metí en urgencias y no fue una simple pelea, la maldita maltratadora la golpeó duro, su rostro esta…, si no me hubiera ido no la habrían lastimado
— Oye necesitábamos ayudar a Robbie y Dani, lo sabe, nadie te culpa
— Lo sé, es mi maldita conciencia y todos los “y si” que pueda imaginar
— Querrá verte y sabes lo mucho que se preocupa por ti, eres transparente Wes, sabrá que algo te pasa en cuanto te vea a los ojos
— Solo dame un rato yo voy a…, a calmarme en algún momento
— Bien, ya no voy a hablar pero no me voy a mover de aquí
— Solo voy a cepillarme los malditos dientes
Y así lo hizo. Theo, lo observó cepillarse los dientes y murmurar una y otra vez acerca de lo mucho que lo iba a lamentar la bruja cruel, refiriéndose a la mamá de Robbie. Caminaba de un lado a otro por el pasillo mientras él, solo lo observaba con calma hasta que de pronto Wes, se detiene. Ahora se observan apoyados en las paredes uno a cada lado del pasillo. Theo, se mantiene tranquilo sosteniéndole la mirada casi sin parpadear…, movido por un impulso Wes, acaba con la distancia, enmarcando su rostro con ambas manos, lo pensó mucho y decidió hacerlo. Unió sus labios en un brusco beso de unos 10 segundos de duración.
— ¿Qué pasa? —preguntó agitado y nervioso al ver a Theo, inmóvil con esa seria mirada bajo esas espesas cejas negras.
— Wes…
Theo, intentó responder, pero estaba algo aturdido, no esperaba que lo besara y mucho menos que fuera Wes, quien diera el primer paso. Por primera vez en su vida Theo, se ha quedado sin palabras.
— Perdón yo…, creí que —se detuvo pensando en lo ridículo que debía verse tartamudeando—. Solo olvida que pasó
Decepcionado liberó el rostro de Theo, con la intención de escapar, ahora no sabía cómo mirarlo, pero afortunadamente no hubo tiempo para lamentos ya que esta vez fue Theo, quien lo tomó por sorpresa, agarró su rostro y lo acorraló contra la pared besándolo con calma y deseo utilizando su lengua para lamer sus labios y juguetear con la boca de Wes, a quien le tomó unos instantes descongelarse y corresponder su ardiente beso.
— MMM, chicos… —los interrumpió Lee, aclarándose la garganta—. Dani, ya está despierta, todo está bien…, el bebé y la mamá, se van a recuperar
Lo intentó, Lee, intentó no sonreír al encontrarlos, acababa de interrumpir su primer beso pero la expresión en sus rostros y como se apartaron en un segundo el uno del otro le provocaron mucha gracia, como en un animé cuando los protagonistas se apartan avergonzados y sonrojados, así mismo los veía.
— ¿Puedo entrar a verla, Nic, está enfadado?
— Tranquilo, lo está, por supuesto, pero no contigo, sabe que solo hiciste lo que debías hacer para proteger a Robbie —lo tranquiliza acercándose para poner su mano sobre su hombro—. El pequeño valiente se repondrá, ambos irán a casa con Nic, pero mañana. La policía ya acabó su informe y todo el asunto de servicio de menores lo arregló ese abogado Ulrich, así que ya no te preocupes, calma amigo
— ¿De verdad puede ir a casa con Dani? —susurró emocionado, es todo lo que deseaba para Robbie
— Es un hecho Wes —le sonríe igual de emocionado con la noticia
— Esas son buenas noticias —alzó la voz
Aliviado abrazó a Lee, era la mejor noticia que ha recibido en mucho tiempo, saber que esa mujer ya no podrá ponerle un solo dedo encima es motivo de alegría.
— Veré lo del alta de Dani, para dejarla lista a primera hora, ve a verla, ambos y nada de caras extrañas o ya saben que se preocupará, el pequeño requiere cuidados especiales
— Gracias Doc —asintió Theo, que permanecía en silencio observando con atención a Wes.
— Los alcanzo en un rato
Con una sonrisa de alivio en el rostro Wes, se giró para mirar a Theo, no quería alejarse de él, al menos no hasta hablar sobre lo que acababa de ocurrir
— ¿Vamos?
— Necesito un café, alcánzame en la cafetería en un rato, no quiero invadir a Dani, debe descansar y si nos ve juntos lo sabrá en cuanto nos mire a los ojos y querrá cada detalle
— Lo sé…, me gusta que me conozca así de bien —suspira Wes, pensando en su amiga
— Espero que haya espacio para uno más —suelta con seriedad—. Te espero en la cafetería, toma tu tiempo
— Sí, de acuerdo
Soltó Theo, luego de observarlo y analizar lo que había ocurrido entre ellos, en realidad solo repetía ese beso una y otra vez en su cabeza
— Dijiste que iba a suceder cuando sintiera que era el momento indicado
— Entonces ¿lo fue? ¿Era lo que esperabas de mí? —quiso saber algo nervioso
— No… —negó con sinceridad preocupando a Theo
— Este lugar no posee un ambiente muy íntimo que digamos, tal vez deberíamos intentarlo en mi casa o…, el apartamento —sugirió dispuesto a hacer lo que él, necesitara para sentirse a gusto
— Fue mucho mejor de lo que imaginaba que sería…, me gustas pero…, no tengo experiencia, prácticamente soy virgen en todos los sentidos de mi orientación sexual y tú siempre me pareciste algo intimidante con tu actitud tan abierta, experimentado y…, sueno como un tonto inseguro —se calló en cuánto notó como Theo, fruncía el ceño
— Tal vez esta conversación no debería estar sucediendo en la cafetería de un hospital y a las… —mira su reloj—. 4 de la madrugada
— Creo que es un tema demasiado privado para esto —murmura Wes, con una tímida sonrisa que le llegó a Theo, directo al pecho—. Y creo que las mujeres de la esquina te hacen “ojitos” —señala la mesa al final
— ¿Qué me dices de la cajera? No ha parpadeado desde que le pediste el café —sonríe enseñando su perfecta dentadura
— ¿Me acompañas? Quiero ver si puedo conseguir algunas cosas de Robbie —cambió de tema a propósito
— ¿Vas a entrar en su apartamento? No, claro que no, puede estar el desquiciado de turno, no voy a permitir que entres y te arriesgues
— Calma, no planeo ponerme a pelear con nadie, solo veré si puedo buscar algunas cosas, si no puedo no pasa nada
— Bien, entonces sí, voy contigo
— Y para el registro, no me gusta que me traten como una damisela en peligro, sé cuidarme —le advirtió y lo decía en serio
— Acostúmbrate “Wesito” —le guiñó con diversión
— Aun no hablamos de nada así que ahorra tus energías —le advirtió—. Y solo Dani, puede llamarme así, por ahora soy solo Wes, para ti
— Para mí…, suena tentador —lo provoca bajando su tono a uno más privado
Con la frente en alto Wes, se levantó y caminó hasta la salida procurando guiñarle a la cajera solo para evaluar la reacción de Theo, que lo seguía de cerca. No podía decir cosas como esas y dar por hecho que caería en sus redes, quería y necesitaba que se esforzara, se sentía como caminar en la cuerda floja sin saber si conseguirá cruzar o caerá en el intento
— No comparto
Le susurró Theo, en respuesta a su coqueteo y tomó su mano enlazando sus dedos para acabar con las miraditas tanto de la cajera como de las mujeres de la mesa. Lo que solo provocó suspiros colectivos en las interesadas. Tomando el control lo llevó hasta su auto aprisionándolo contra la puerta para darle un pequeño recordatorio.
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