Por los siguientes 5 días, Nicholas, hizo todo lo que estuvo en sus manos para sacar a Theo, de prisión y traerlo de regreso. Era su prioridad para poder calmar a su esposa, ella no dormía bien sabiendo que se encontraba encerrado por culpa de la locura de esa mujer, se sentía responsable de cierto modo por no tomarle el peso a esa enfermiza obsesión lo que le provocó pesadillas, temía por Robbie, había cumplido una de sus amenazas y encerró a uno de sus amigos. Así que Nicholas, envió a sus abogados a Europa, y luego de dos días consiguieron regresar con buenas noticias y falta de pruebas.
Vanessa, acusaba a Theo, de haber abusado de ella la noche de año nuevo, su historia era bastante convincente sobre todo porque era una mujer joven, atractiva y de buena familia que no necesitaba inventar algo parecido por lo que ningún oficial dudó de su relato ni sus lágrimas. Inmediatamente informaron sobre la orden de arresto contra Theo Alexander Magnus.
El día en que Theo, regresó a la ciudad acompañado de los abogados de Nicholas, y el suyo, el aeropuerto fue una locura, lleno de periodistas, la noticia se había esparcido gracias a Vanessa, a quien no le importó que todos supieran su “historia” su objetivo era dañar la reputación de Theo. Y lo estaba consiguiendo con toda esta atención no deseada atacándolo con preguntas que no era capaz de responder en ese momento, solo deseaba ver a Wes y a Danielle, quien estaba seguro se culpaba por lo que sucedía.
El auto en el que subió hizo un largo trayecto asegurándose de no ser seguido para así dirigirse a hotel, entrando por el subterráneo donde eran recibidos los proveedores. Allí lo esperaba Nicholas, junto a Leo, quien había estado investigando a Paul.
Theo, aliviado de ver caras familiares los saludó y agradeció su ayuda, Nicholas, por su parte se aseguró que se encontrara bien, le preguntó un par de veces si prefería descansar antes de ver a todos, pero Theo, solo deseaba ver a sus amigos y a Wes. Subieron hasta el piso 11, el cual Nicholas, había dado la orden de bloquear para los huéspedes siendo reubicados los que ya estaban hospedados para no tener a desconocidos alrededor de su familia.
En la habitación se encontraban Danielle, junto a Mika y su bebé por un lado, por el otro estaba Wes, acompañado por Robbie y Lee, que intentaban distraerlo para que se calmara, pero en cuanto Theo, entró en la habitación su corazón se detuvo, observó al diseñador y su mirada cansada y sin importarle nada se levantó y se acercó a abrazarlo con fuerza, había estado tan preocupado que no fue capaz de ayudar mucho a los abogados de Nicholas.
— Vamos, no soy tan frágil, estoy bien Wes
— Lamento todo lo que ha pasado, vamos a arreglar todo, te lo prometo
— Solo te necesito a mi lado, tu apoyo es muy importante para mí
— No lo dudes
Tras otro extenso abrazo Theo, posó su mirada sobre su amiga, llevándose una gran sorpresa al ver lo grande que estaba su vientre esbozando la primera sonrisa desde que fue liberado.
— Musa, estás preciosa… —susurró acercándose lentamente
— Theo…
Gimió antes de echarse a llorar, ni siquiera fue capaz de levantarse, solo se cubrió el rostro ocultándose de todos. Pero Theo, no se lo permitió se agachó delante de ella y con suavidad le quitó las manos de la cara para mirarla a esos lindos ojos azules
— Dame una sonrisa, las he extrañado mucho, mucho, mucho —pidió bajando la voz
— Perdóname, todo esto es mi culpa
— No digas tonterías, nada de esto es culpa tuya, vamos Dani, no quiero que llores, ya estoy aquí
— La barba te queda bien —murmura intentando controlar sus lágrimas
— Me veo como un vago
— Claro que no, vago jamás —sonríe aliviada de escucharlo
— Eso es lo que quiero ver, solo sonrisas
La abogada buscó en sus documentos la declaración y procedió a leerlo.
Fue el día de año nuevo. Me llamó de un número privado, eran cerca de las de 11 de la noche, yo me encontraba con mi familia en la fiesta de uno de los socios de mi padre, su invitación no me pareció extraña, hace años que nos conocemos y frecuentamos los mismos lugares, no me pareció nada más que una invitación amistosa y necesitaba algo de diversión, las amistades de mi padre son mayores y yo soy joven y quiero divertirme y pensé que con Theo, un reconocido diseñador estaría segura. Pero no fue así, desde que llegué a su mansión que todo me pareció muy extraño, la música estaba muy alta, tanto que el motor de mi auto no se oía, pensé…, solo deben estar pasándolo en grande y me emocionó pasar un año nuevo diferente. Bajé del auto con mi lindo vestido y entré, la sala estaba llena de gente, todos brindando, bailando, riendo muy fuerte. Di unas vueltas antes de encontrarlo, llevaba un maravilloso traje azul eléctrico que lo hacía ver muy atractivo, me puse un poco ansiosa por pasar el rato con él. Me vio y su sonrisa me provocó mariposas, siempre me ha parecido un hombre muy atractivo y su fama de seductor me atontó. Bebí más copas de las que soy capaz de contar, saludé a mucha gente, lo vi hablando con todo el mundo yendo de un lado al otro por toda la casa, todos celebraban el nuevo año y como si de pronto mis ojos se apagaran y volvieran a encender. Ya no estábamos en la fiesta, nos encontrábamos en su dormitorio, una habitación blanca, lujosa con una cama extra grande donde yo estaba recostada sin mi vestido, solo con mi ropa interior. En ese momento supe que algo iba mal. Otra mujer se encontraba en la habitación, ella estaba completamente desnuda, estaba de rodillas delante de Theo, haciéndole sexo oral mientras su mirada oscura me recorría el cuerpo, intenté moverme pero mis piernas y mis brazos no seguían mis órdenes, me había drogado, quizás puso algo en mi copa o en los bocadillos que me dio, se comportó como un seductor toda la noche hasta ese momento.
La mujer acabó y por órdenes de él, me quitó la poca ropa que me quedaba, tomó algo sobre la cama, y puso una crema en mí…, disculpen, esto es muy difícil para mí…, esa crema comenzó a quemar, era una especie de lubricante que la extraña extendió por mis pechos, mi cuello, mis muslos, me estaba tocando y yo solo quería gritar, pero no lo conseguía, mi lengua estaba adormecida y eso no le importó, me forzó a hacerle sexo oral, me ahogaba constantemente mientras él me envestía tratando que me cupiera todo en la boca, las lágrimas salieron por si solas, yo solo quería empujarlo lejos pero no pude, se corrió y me obligó a tragármelo, no podía levantarme, me habría ahogado de no haberlo hecho.
Entró otro hombre y se recostó a mi lado, sentí pánico, pataleé, lloré, lo golpee con brazos adormecidos pero entonces la mujer se montó sobre el hombre, alargó el brazo y lo metió entre mis piernas tocándome contra mi voluntad, luego tomó el pene del hombre y lo lubricó con esa cosa que me quemaba sacándola de mí directamente, sentí que iba a desmayarme, no podía estar sucediendo esto a mí, yo solo quería pasar un buen rato con gente joven como yo, divertirme, embriagarme un poco y solo tener resaca la mañana siguiente. Pero en cambio ese hombre abusó de mí toda la noche. Me hizo cosas sucias que jamás podría haber imaginado.
— El resto son detalles bastante explícitos sobre el “abuso” que dice haber sido víctima —concluye Susan
— Sé que nada de lo que dice el informe es real, Vanessa, es muy buena mintiendo, estuvimos investigando sobre su “historia” y sabemos que no existió esa fiesta en tu casa, nos gustaría que nos hablaras de esa noche —pide Nicholas, con calma
— La última vez que la vi fue el día anterior en tu boda, intentó desesperadamente aproximarse a Danielle, pero no lo consiguió y los guardias se la llevaron supuestamente iban a llamar a la policía
— Pide las grabaciones ahora — ordenó Nicholas a Ben
— Enseguida señor Allen
El abogado se levantó del sillón donde se encontraba y salió de la habitación de inmediato para conseguir las grabaciones.
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