Al llegar a la escuela y dirigirse a la oficina principal para retirar a Robbie, el alma se le cayó a los pies, inclinada sobre el mesón de la asistente del director se encontraba nada más y nada menos que la maldita Vanessa, interactuaba con alegría con el director lanzándole coquetas sonrisas
— ¿Qué demonios significa esto?
Espetó Nicholas, acercándose a toda prisa al mesón donde la asistente aceptaba la hoja que Vanessa, acababa de firmar.
— Señor Allen ¿va todo bien, qué lo trae por aquí?
Preguntó el director aun con una sonrisa en el rostro bajo el embrujo de Vanessa.
— Vengo a buscar a mi hijo
— Es muy grato ver que ambos padres se preocupen tanto por su hijo pero no era necesario que lo hiciera, su encantadora esposa ya ha firmado el permiso para retirarlo antes de clases
— ¡Esta mujer no es mi esposa! —alzó la voz con desagrado—. ¿Qué demonios pasa con la seguridad de esta maldita escuela? Fui muy claro con usted en muchas ocasiones sobre quién puede venir por Robbie
— ¿No es su esposa? —pregunto estupefacto observando a Vanessa, quien no lucía para nada de nerviosa
— ¿¡Ni siquiera le pidió una identificación!? ¿Ibas a entregarle a mi chico a esta completa extraña solo porque te sonrió y agitó sus malditas pestañas?
— Señor Allen, por favor baje la voz —pidió el director algo nervioso
— Nico, ya cálmate, no hagas una escena
Ignorando a Vanessa, y su maldita sonrisa de superioridad que le advertía lo fácil que era agarrar al niño y llevárselo, Nicholas, le pidió a la asistente que lo llevara con Robbie. La mujer reaccionó de inmediato y lo guio por los pasillos hasta la clase del niño. Con impaciencia aguardó conteniendo las ganas de entrar y agarrarlo el mismo para sacarlo de allí, entonces escuchó su dulce voz y todo desapareció
— ¡Niiic!
Corrió a abrazarlo con emoción y Nicholas, lo recibió con una sonrisa de alivio al ver que se encontraba bien y esa mujer no había conseguido acercarse.
— ¿Te alegra verme?
— ¡Sí! Te extrañé —le sonríe con alegría
— Yo también amigo, nos iremos a casa, tenemos que cuidar a Dani, no se encuentra muy bien ¿Qué dices, me ayudas? —explicó Nic, en voz baja hablándole de ese modo especial y suave a su chico
— ¡Por supuesto! Podemos prepararle un almuerzo delicioso para animarla y un postre
— Si, un postre puede animarla ¿verdad?
— Siempre la hace sonreír cuando los ve
— Creo que a las sirenitas les encanta el azúcar
— Serán muuuy dulces —ríe divertido
— Ya lo creo amigo, vámonos a casa
Cargando a Robbie, en sus brazos Nicholas, lo llevó hasta la salida, donde el director aguardaba para hablar con él.
— Señor Allen, le pido disculpas por el malentendido, le aseguro que no volverá a ocurrir y reforzaremos la seguridad
— ¿Malentendido? —espetó fulminándolo con la mirada—. NEGLIGENCIA, debería llamar a la policía y demandarlos y a la mujer esa
— Pero ella dijo que la conoce, que solo era una broma
— No voy a ventilar mis asuntos personales con un extraño, solo tiene que saber que esa mujer es peligrosa y no la quiero cerca de mi hijo ¿está claro?
— Sí señor Allen
Con la respiración agitada Nicholas, observó al incompetente director con desprecio ¿cómo era posible que estuviese a punto de entregarle un niño a un completo extraño?
— Nos vamos y Robbie, no asistirá a la escuela en varios días, envíe su tarea al hotel “Garden” a mi nombre ¡y solucione esta mierda! Quiero las grabaciones de seguridad de esa mujer
— Por supuesto
— Y no hable con nadie de lo sucedido, o realmente tomaré acciones legales contra la escuela
— En cuanto tenga la información se la haré llegar personalmente
— Bien.
Agarrando a Robbie, con fuerza y miedo a que se lo lleven de su lado caminó hasta su auto y lo acomodó en el asiento trasero. Salió con prisa del estacionamiento incorporándose al tráfico muy pendiente de los autos a su alrededor, esperaba que Vanessa, intentara seguirlo.
— ¿Estás enfadado Nic? —la dulce voz de Robbie, lo sacó de su nube negra
— Sí Robbie, el director de tu escuela creyó las mentiras de Vanessa y casi permite que te saque de la escuela
— Pero ella es mala, una vez me empujó y trató de robar a Muffin
— Lo recuerdo, fuiste muy valiente
— ¿Todavía intenta hacerle daño a Dani? —preguntó frunciendo el ceño con disgusto
— Si amigo, pero nosotros la vamos a cuidar ¿verdad?
— Por supuesto, no voy a dejar que se le acerque
— Necesito que estés muy pendiente y si ves a alguien extraño o que se parezca a ella me llamas o me envías un mensaje, no importa que sea falsa alarma, debemos ser precavidos
— Lo prometo, vamos a cuidar a las chicas
— Exacto, ahora iremos a casa a hacer las maletas
— ¿Dónde iremos?
Oír la palabra secuestro lo llevó directo a ese momento que tanto lo atormentó durante toda su vida y no iba a permitir que Robbie, pasara por algo ni siquiera similar, haría todo lo que esté en sus manos para proteger a este niño inocente que tanto le gusta, se ha robado parte de su corazón con su ángel, su honestidad y sus ganas de querer ser mejor día a día. Conocerlo hizo salir su lado paternal, un lado que no sabía que existía pero que cada día le gusta más. Que alguien pequeño e indefenso dependa de él, que pueda proporcionar seguridad y tranquilidad es la cosa más gratificante que ha sentido luego de enamorarse de Danielle. Es una clase distinta de amor y le encanta
— Te lo prometo Nicholas, iré siempre con él, de la mano, no te angusties
— Deja que te anime, tiene todo un plan para conseguirlo
— Ya lo creo, ese pequeño rayito de sol —niega sonriendo al pensar en el vecinito animándolo en el pasado
— De acuerdo Wes, iré a hacer unas llamadas al estudio, los veo en un rato
— Muy bien
Los chicos armaron las maletas con lo necesito para una semana, pero a petición de Danielle, sacaron maletas vacías para que la maldita Vanessa, creyera que se iban de verdad de la casa.
En cuanto a Nicholas, se comunicó con sus abogados y de inmediato comenzaron a investigar a Vanessa y sus planes para separarlo de su esposa. Consiguió guardias extras para proteger la habitación las 24 horas del día. Nadie le haría daño a su esposa, estaba completamente decidido a mantenerla a salvo de esa desquiciada. Convocó una reunión con todo el personal para esa misma tarde, les dejaría claro a todos acerca de Vanessa.
— Esto es apesta, no quiero que te vayas
Nic, rodeó el vientre de Danielle, abrazándola desde atrás, verla hacer su maleta lo mataba.
— Vamos a estar en el mismo edificio cariño, podremos vernos todo el día
— Pero esta noche no podremos dormir juntos
— Acordamos que solo sería una noche para que la perra esa crea que hago lo que me pide, sabes que no puedo dormir cuando no estás conmigo
— Ni yo mi amor, es por eso que esto es tan frustrante, quiero estar contigo todo el tiempo y con estas sirenitas traviesas
— Nic, yo hablé con Leo, no me da buena espina la aparición de Paul, ese abogado siempre dejó saber que no le agradaba y no lo quiero metiéndose en nuestros asuntos con Robbie —explicó preocupada
— Hablaré con él, más tarde, tenemos que proteger a nuestro “rayito de sol” como lo llamó Wes, hace un rato
— Creo que es el mejor modo de describirlo cariño —sonríe apoyándose en el pecho de Nicholas, recibiendo a cambio un beso en la mejilla—. ¿Sabes que para él, eres su modelo a seguir? Te admira mucho
— Y yo a él, es un luchador y su positivismo me encanta
— Te ves como todo un papá ¡me encanta!
— Ese rayito de sol me hace quererlo sin esfuerzo, solo deseo protegerlo y ver su sonrisa todos los días, que olvide el pasado y solo tenga recuerdos felices.
— Aun es un niño, estoy segura que en unos años solo será un vago recuerdo
— Es todo lo que deseo, que sea un niño con una infancia feliz
— Lo será, tú, lo haces muy feliz Nicholas
Abrumado giró a Danielle, entre sus brazos y se aferró a ella con fuerza. Quería lo mejor para Robbie, quería darle todo lo que él, no tuvo debido a unos padres despreocupados y egoístas. Deseaba ser todo lo contrario tanto para Robbie, como para las gemelas. Pero primero debía eliminar a Vanessa, de su vida para mantener segura a su familia.
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