Danielle, no esperó a ver si Nicholas, le decía algo más, cortó la llamada luego de eso al ver una sombra aproximarse, por suerte sus reflejos seguían allí y sin ser consiente le lanzó el celular al rostro y corrió fuera de la habitación dónde las cámaras de seguridad la vieran. No pensó en nada más que salir y esperar su nuevo ataque y este no tardó en llegar y como seguía aturdida falló, Danielle, se movió a un lado y tocó a la puerta de Wes, con insistencia. Theo, apareció en el umbral y reaccionando con rapidez tomó a su amiga de los brazos y la atrajo hacia su pecho protectoramente, viendo como la loca caía al piso.
— ¡Hey guardia, ven a hacer tu puto trabajo! —gritó molesto señalando a esa maldita mujer—. ¿Estás bien Dani, te lastimó?
— Sí, solo…, uff, mi corazón está acelerado —respondió sin aliento
— Vamos a entrar, necesitas recostarte
— Necesito hielo, esa zorra me abofeteó
Sosteniéndola con firmeza Theo, la llevó hasta la cama y pese a sus protestas hizo que se recostara, la acomodó, le quitó los zapatos y le dio una lata de coca cola del mini bar para que pusiera en su rostro en lo que conseguía hielo. Se encontraba listo para llamar y conseguirlo cuando escuchó la voz de Nicholas, en el corredor así que la dejó y fue a encontrarlo
— Nicholas, oye, calma está conmigo —lo detuvo
— ¿Se encuentra bien, debo llamar a una ambulancia?
— Solo está alterada, vamos a entrar, no quiero ver a esa mujer —sugirió incómodo
— Claro, sí, disculpa Theo, ya se la llevaron los de seguridad
Y la calma limitada que tenía se esfumó en cuanto la vio con el refresco en el rostro, casi se echó a llorar, esa mujer se atrevió a hacerle daño, tocó a su esposa y ese era su límite, angustiado fue con ella asegurándose de revisar cada centímetro de su cuerpo cerciorándose que no le hizo más daño. Danielle, le aseguró que se encontraba bien pero eso no era suficiente para él, y llamó a Lee, quien se encontraba en la clínica de su amigo haciendo los preparativos para llevar a su amiga a una revisión, la cual debido a lo sucedido se adelantó para ese mismo instante. Nic, en compañía de Theo, llevó a Danielle, a la clínica.
Lee, hacía el papeleo para tomar el puesto en la clínica de su amigo una vez que Danielle, tuviera a sus sirenitas, le gustaba el ambiente y la oferta de trabajo que le hizo Michael, era demasiado tentadora como para rechazarla así que en teoría utilizaría su futura consulta.
Mientras Theo, llamaba a Wes, para comentarle lo sucedido, en el interior de la consulta Nicholas, no dejó que Danielle, hiciera nada, ni siquiera quitarse la ropa para la eco. Se sentía intranquilo con la situación tan fuerte que acababa de tener, además no era bueno para las niñas.
— Chicos, todo sigue bien, las sirenitas están saludables y la mamá, solo debe reponerse del shock, en unos días todo volverá a la normalidad
— Esas son excelentes noticias Lee, gracias
Le agradeció Nicholas, sintiendo que volvía a respirar. Abrazó a su esposa y luego la ayudó a arreglar su ropa para poder finalmente regresar a casa.
— Mi amor, sé que debería quedarme a tu lado para cuidarte y no moverme pero tengo que sacar la basura y asegurarme que se la lleven ¿estás de acuerdo?
— Puedo esperar unas horas para abrazarte y no soltarte hasta quedarme dormida
— Llamaré a Wes, para pedirle que lleve a Robbie, a casa luego enviaré a alguien a recoger nuestras cosas a las habitaciones
— Suena a un buen plan —suspira aliviada de poder regresar
— Te amo por ser tan valiente
— No voy a permitir que esa mujer nos haga daño
— Esa es mi chica
Aliviado de escucharla tan decidida la besó por un momento antes de regresar a casa donde el entusiasmo de Patricia, en la entrada consiguió distraer a Danielle, de la locura de Vanessa. Eso y la promesa de un delicioso almuerzo.
— De acuerdo, vamos a la cama, luego se pondrán al día, ya no nos moveremos de casa
— Aun nooo, quiero sentarme aquí a mirar como Patts, cocina —refunfuñó
— No, hoy no, debes recuperarte, recuerda lo que dijo Lee
— Bien, pero me aburriré en la cama todo el día
— Vamos nena, pronto regresaré contigo para cuidarte y mimarte
— Está bien, vamos
Abrazándola por la espalda rodeó su vientre y caminaron sin apartarse del otro hasta la habitación, a Danielle, le encantaba cuando era así de tierno. Le permitió desnudarla y ponerle su pijama, podía ver el alivio reflejado en sus ojos al quitarle la faja y como una muñeca la cargó y acomodó en el centro de la cama.
— Muy bien preciosa, descansa unas horas, Patricia, te despertará cuando esté la comida y yo prometo regresar lo antes posible —prometió inclinado sobre ella
— Patéale el culo a esa perra
— Lo prometo —sonrió ante su petición
— Dime lo que harás con ella —pidió acariciando su mejilla
Como era de esperarse Paul, llegó hasta la estación, su nuevo juguete hizo todo lo posible para sacarla pero los oficiales a cargo fueron claros y lo enviaron a sentarse y esperar. Pero el abogado no se quedó de brazos cruzados y luego de dos horas alguien llegó a entregarle unos documentos y se marchó enseguida.
— Ya que ambos estamos aquí con algo de tiempo libre, tengo algo para ti
Anunció Paul, fulminándolo con la mirada acompañado de una sonrisa de satisfacción de lo más repulsiva.
— No estoy de humor para tus jueguitos, ve al grano ¿qué quieres?
— Tu amigo Leo, solicitó los papeles de adopción del niño, y aquí está la solicitud de su padre biológico, sí, existe y está más que dispuesto a obtener su custodia
— ¡No juegues conmigo! NO ES UNA PROPIEDAD DE LA QUE ESTÁS HABLANDO ¡ES UN NIÑO INOCENTE! —bramó furioso y asustado—. Si buscas encontrarme no hace falta que te esfuerces idiota, sigues escogiendo mal, esta vez no voy a ceder y todos se enterarán de la clase de abogado miserable que eres
— Ese niño no es tuyo
— ¡Cierra la puta boca antes de hablar de Robbie!
— Nos vemos en la corte Señor Allen
Antes de acabar golpeando a Paul, por estúpido, Nicholas, salió de la estación por algo de aire. Se paseó por la entrada y acabó yendo por un café a la cafetería cruzando la calle. Se sentó alrededor de una hora a calmar sus incontrolables ganas de partirle la cara a ese puto abogado
Caminaba de regreso a la estación cuando un lujoso auto se estaciona delante de la estación de policías y de él baja su madre, y claro no iba sola. Sus padres pagaron la fianza de Vanessa y se la llevaron a casa. Lo que faltaba, que su propia familia ayude a esa mujer.
Harto de todo fue con sus abogados, les dio indicaciones y regresó a casa, ya no deseaba tener que lidiar con nadie, solo pensaba en abrazar a su esposa y nada más.
Cuando entró en la habitación eran más de las 10 de la noche así que solo se quitó toda la ropa y se metió en la cama acurrucándose junto al vientre de Danielle, abrazándola con necesidad. Solo su tacto bastó para que ella abriera los ojos y se acomodara en los brazos de su esposo.
Nicholas, se pasó los siguientes tres días en casa, no habló mucho y no atendió asuntos del trabajo, no sabía cómo decirle a Danielle, que tal vez no podrían adoptar a Robbie…, solo pensar en que se lo llevarían lo descomponía, no estaba listo para dejarlo ir, tampoco quería pero si ese hombre lo reclamaba no tenían oportunidad de ganar…
Entonces el cuarto día llegó la llamada que no deseaba responder, su abogada le informó que el padre de Robbie, un tal Charles Finn, trataba de contactarlo para hablar del niño, por supuesto que la primera orden de Nic, fue que lo investigara antes de escucharlo, porque si era de la misma calaña que la mujer que se hacía llamar su madre entonces lo quería a diez kilómetros de distancia del pequeño. Hasta no saberlo no le diría nada a su esposa.
Por otra parte Wes, decidió tomar cartas en el asunto y agilizar el caso de Theo, ya no quería seguir viéndolo triste y desarreglado, con barba y llevando camisas arrugadas. Extrañaba esa chispa que iba con él, pese a que le encantaba que se quedara con él, en la casa de invitados junto a Lee, con quien disfrutaban bebiendo un par de copa por las noches y hablar de sus días, quería verlo haciendo lo que más le gusta, es por eso que con ayuda de Leo, el publicista de Nicholas, y el de Theo, por supuesto, idearon este plan para limpiar su imagen, reunieron evidencia para el juicio y contraatacaron con una nueva demanda en contra de Vanessa, sí, una más a la lista. Pero esta vez no se trataba de encerrarla, se trataba de recuperar la vida del diseñador y desmentir todas las historias que se generaron alrededor de la mierda que tiró esa mujer a la prensa y redes sociales.
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