— ¡Despiértala, ya es suficiente! —exigió alzando la voz
— Controla tu temperamento, ella está agotada, va a despertar cuando se sienta mejor —lo frenó Wes, con impaciencia
— Tranquilo, solo está preocupado —lo calma Theo
Theo, decidió intervenir al notar que tanto Nicholas, como Wes, estaban a punto de perder la paciencia, ambos intentaban mantener la calma pero el no tener noticias de Danielle, comenzaba a alterarlos. Ya han pasado 27 horas desde que dio a luz. Es el segundo día en el hospital, a las bebés, las mantuvieron en observación luego de hacerle los exámenes de rigor, luego de 24 horas fueron trasladadas a la zona de recién nacidos dónde Nic, no dejaba de pasearse, junto con los gatitos de su esposa, hizo que Glenn, le consiguiera unos pequeños arneses para que no estuvieran encerrados en su jaula todo el tiempo. Las observaba y observaba a través del vidrio sin saber sus nombres, confiaba en Danielle, quería que ella las nombrara y necesitaba desesperadamente conocerlas oficialmente, pero con ella, no quería hacerlo solo.
— Estoy asustado, y ya no me queda paciencia, perdóname Wes
— Lo sé, yo también, pero ya para o cuando se despierte se dará cuenta de tu malhumor
— No dejo de tener estos pensamientos negativos y…, no puedo
— ¡Chicos!
Los interrumpió Lee, apareciendo por el pasillo con una resplandeciente sonrisa en el rostro.
— Ya van a calmarse Lee, no te preocupes —advirtió Theo
— Está despierta, controlen sus mierdas, en una hora podrán verla
Tan sonriente como apareció Lee, se marchó. Se aseguró de examinar a Danielle, y ponerla al tanto, le explicó que sus bebés estaban muy bien y esperaban conocer a su mama y en ese momento comenzó a llorar. Nicholas, intentó calmarla cuando llegó a verla junto a Wes, pero no lo consiguió, ella no quería ver a nadie, no deseaba ver a las niñas, solo se abrazó el vientre y cerró los ojos mientras lloraba desconsoladamente
Una hora más tarde volvió a dormirse, nadie se explicaba lo que le sucedía.4 horas más tardes se despertó nuevamente, Lee, intentó averiguar lo que le sucedía pero ella se mantuvo callada, se negó a ver a las niñas, en su lugar solo preguntó por sus cosas, quería sus cosas y nada más.
— Oye Dani, dime que sucede ¿por qué estás tan alterada?
— Nic, necesito mis cosas, mi libreta, quiero mi libreta, yo no…, no puedo hacerlo aún, por favor, no me presiones
— Al menos dime sus nombres, ayúdame a no perder la calma
— Aún no, por favor, necesito estar a solas
— Dime algo
— Yo…, quiero, yo necesito…, ya no están dentro de mí y…, siento que me falta algo, no me presiones…
Asustado porque se tratara de depresión post parto no le volvió a insistir, había leído acerca de eso pero era muy pronto para que mostrara alguno de los síntomas, había leído mucho sobre todas las posibilidades. Con una opresión en el pecho le dio el espacio que necesitaba. Fue a ver a las niñas nuevamente antes de subir a la cafetería por un poco de café.
Dos horas más tarde Kristall, lo sorprendió llegando hasta su mesa con un par de osos de peluche color rosa en una bolsa de regalo.
— No te ves muy feliz de ser papá, hermanito
Sorprendido al escuchar la voz de su hermana se levantó de su silla de golpe, cargando a los gatitos que dormían en su regazo.
— ¿Qué haces aquí? —preguntó mirando a su alrededor
— Tranquilo, vengo sola y tu secretaria me dijo que estabas aquí, me alegra que no le prohibieras darme ese tipo de información
— Kris…, hola —suspiró dejándose caer en la silla nuevamente
— No seas bruto, mira estas cositas peludas, dámelos
Con una sonrisa en el rostro dejó la bolsa de lado y cargó a los gatitos mientras tomaba asiento junto a su hermano.
— ¿Desde cuando eres un amante de los gatos?
— Mi esposa los llama sus bebés, tengo que cuidarlos mientras ella se encuentra indispuesta
— Son hermosos ¿Cómo los nombró?
— Yo los nombré —suspira al recordarlo, ella estaba triste por la partida de Robbie
— Dime sus nombres, deja el misterio
— Hipo y Chimuelo, le encanta esa película…
— Creo que son nombres muy adecuados
— Gracias —murmura distraído
— Bueno ya basta, cuéntame cómo ha sido todo ¡anímate!
— Nunca he sentido tanto miedo en mi vida…, creo que solo lo puedo comparar a…, lo que me pasó cuando niño Kris…, he estado trabajando por meses en esta planificación para el hotel, contratando más personal para poder quedarme en casa con Dani y las niñas, quería estar con ella cuando sucediera, pero no fue así
— Oye, no Nico, no te agobies, las cosas suceden por algo sabes, luego que todo esto pase, ya sabes la locura de don bebitas recién nacidas, quiero que arreglemos nuestra relación
— No hay nada que arreglar, solo creíste en las personas equivocadas, eres mi hermana
— Ay Nic, no me hagas llorar a mí, que no paro
— Estaba con Jim, se cayó y se dobló la muñeca
— ¿La trajo?
— Si
— No te asustes, vamos sigue contándome, quiero saberlo todo de mis sobrinitas
— Tienen muchos tíos
— Si y bastante atractivos —murmura sonriendo al recordar a Lee
— No niña, céntrate en tu vida, luego en el amor
— Vaya Nicholas, eres otra persona
— ¿Eso es algo malo?
— No, contigo se puede hablar, el otro solo me decía que sí
— ¿Está dormida?
— Si…, otra vez
— ¿Qué pasa? Nic, estás usando tu cara de póquer
— Le está costando trabajo aceptar a las gemelas, tengo miedo que sufra depresión post parto
— Oye, no solo dale espacio y hazlo a su ritmo, no la apures
— No dejo de pensar en lo doloroso que debe ser para ella…
— ¿Por qué?
— Hace unos años…, cuando tome la maldita decisión de casarme con Frida y posponer todo por la herencia, la dejé de lado una y otra vez hasta que todo acabó. Dani, estaba embarazada, tuvo un accidente dónde perdió a nuestra niña y a su mamá…,
— Ella no va a caer en un agujero negro, no te va a dejar solo, ni a las gemelitas
— Les llamamos “Sirenitas”…
— Me encanta
— Gracias Kris, estoy rodeado de sus amigo que nos han apoyado tanto, pero tenerte conmigo ahora es un alivio
— Lo conseguiste, me hiciste llorar
Cargando a los gatitos Kristall, se acercó a su hermano y lo abrazó con todas sus fuerzas.
— Vamos a comer algo, necesitas energías y una sonrisa en el rostro para cuando veas a tu esposa
— No tengo apetito
— Vamos a comer una tarta y pediremos leche para los gatitos
— No te creí una persona de mascotas
— Aparentemente no nos conocemos muy bien
— Hasta ahora
Con su hermana a su lado y cuidando de los gatitos con mucho más delicadeza que él, Nicholas, se sintió un poco más sereno y se concentró solo en su hermana.
Tres horas más tarde Nicholas, recibió un mensaje de Lee, avisándole que Danielle, despertó
Lee [22:53]: Dani, está despierta y pidió ver a las gemelas, necesita un tiempo a solas con ellas, tómalo con calma.
Ansioso trató de concentrarse, ya era casi medianoche así que envió a su hermana y los gatitos a casa con Glenn. Le prometió a Kristall, que mañana podría conocer a sus sobrinitas y le pidió que pasara la noche en la habitación de huéspedes o como sigue llamándola “la habitación de Robbie”
Casi a las 2 de la madrugada Nicholas, llegó a la habitación, se detuvo en el umbral y solo la observó escribiendo en su libreta púrpura observando de reojo a las gemelas cada dos minutos. Eso fue un verdadero alivio, estaba alerta, no quitaba los ojos de encima de sus niñas
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