Sí Señor (Porque Yo lo digo 2) romance Capítulo 18

-¿Pagaste la cuenta? -preguntó Danielle, hablando en serio

-Sí, ya está pagada

-De acuerdo –estaba divertidísima fingiendo que esa cosa no pedía ayuda para liberarse de la tela que la aprisionaba

-No, no -con la mano libre la rodeó por el pecho abrazándola y manteniéndola bien pegada a él, ocultando su erección

-Sucio, es un lugar público -susurró apretándose contra su cuerpo, seguían en la puerta

-Quiero recogerte al acabar tu turno –gimió en su oído rozando la desesperación

-Tengo planes

-No me importa, te quiero y ya no aguanto más

-Sexo sucio –saboreó el dulce escalofrío que le recorrió el cuerpo solo con pensarlo

-Sexo, nada sucio pero si bien satisfactorio –afirmó apretándose con ganas bajando su mano hasta llegar a la pelvis de Danielle

-Señor Allen, no sé si consiga seguirme el ritmo

-Te sigo donde sea

-Ay mi Jack Dawson (protagonista de Titanic)

-Camina provocadora

Sin dejar de abrazarla la condujo hasta su auto, pulsó el mando de las llaves para quitar los seguros, se inclinó para abrir la puerta pero en lugar de permitirle subir la aplastó contra el auto pegando deliciosamente sus cuerpos en los lugares correctos. Y frente a todo pronóstico Nicholas, la sorprendió deslizando su otra mano hasta su trasero apretándolo con ganas, enterrando sus uñas como un gato amasando su cama

-Dime que serás mía esta noche –estaba jadeante con su erección justo en el centro de ese redondo culo que tantas fantasías le provocaba

-No puedo hacer tal cosa –contestó con la respiración entrecortada

-Me torturas Dani

-Eso ya lo haces solito… -se mordió el labio conteniendo un gemido ante el discreto movimiento de su pelvis restregándose

-Dani, dime que hacer y lo hago, sin pensarlo, sin dudarlo, lo hago

-Llévame a mi trabajo, tengo que cumplir con mis compromisos

-De acuerdo, tú ganas, pero mañana considera el acabar con mi tortura

-Ya veremos mañana

Se apartó muy lentamente y esta vez le permitió subir al auto. Rápidamente corrió para subir y ocultar su “entusiasmo” y salieron de una vez del restaurante, la llevó hasta su trabajo sin decir una sola palabra en el camino, en su lugar escucharon música en un más que cómodo ambiente, no fue necesario llenar el silencio.

-Gracias –suspiró en cuanto Nic, estacionó cerca de la entrada

-Pero solo en esto, mañana te recojo y llevo el vestido

-Voy a estar esperándote

-Desnuda espero

-¡Oye!

-¿Qué? Para que te pongas el vestido, tengo que asegurarme que te quede perfecto

-Más vale que sea lindo –bromeó echándole un vistazo a su bulto y sí, seguía allí

-Serás la más hermosa, como siempre

-Adulador

-Sigue encantándome como te ruborizas, es adorable

-Ya basta, no me atontes con palabras bonitas, voy a llegar tarde al trabajo y detesto llegar tarde

-Lo sé..., no sabes cuánto te extraño

-Nic..., deja la nostalgia y ya quita el seguro

-Es arrepentimiento, me arrepiento de todo

-Olvídalo y sigue adelante

-Contigo a mi lado, eres lo único bueno que me ha pasado en la vida

-¿Seguro de eso?

-No lo dudes, ve haciéndote la idea, no te desharás de mí

-Puede ser simplemente el “reencuentro”, tal vez eso en tu pantalón sea solo calentura

-No lo es cariño, estoy decidido y sabes que no me rindo

-Ya veremos

-Por supuesto haré todo a tu modo

-Bien, ahora quita el seguro para que me pueda despedir, tengo que trabajar

En cuanto escuchó el clic de las puertas desbloqueadas, se quitó el cinturón de seguridad y se movió invadiendo el espacio personal de Nicholas, estampando sus labios, ya no aguantaba las ganas, no era de piedra. Lo besó despacio acomodándose en el asiento para su siguiente movimiento, mientras Nic, disfrutaba metiéndole la lengua en respuesta a su beso Danielle, apoyó su mano directamente en la entrepierna de Nicholas, haciéndolo gemir por la sorpresa y por el apretón que recibió

-Sí, estas duro, que lindo señor Allen

Rompió el beso solo para burlarse un poquito de él. Pero enseguida volvió a besarlo, solo unos instantes, el auto por muy lujoso que fuera es demasiado pequeño, tuvo que afirmarse del muslo de Nicholas, para no caer sobre él y aplastarlo

-Opsi…

-Dios necesito secuestrarte en este preciso momento

-Me tengo que ir, lo siento

Deslizó su mano sobre el muslo de Nic, y entonces chocó con algo en su bolsillo.

-Enseguida señor

En cuanto la señora Wilson, se dio la vuelta y me deja solo me agacho para encontrar mi celular bajo el maldito sofá, está muerto, grandioso. Corro escaleras arriba para conectarlo al cargador, lo dejé cargándose mientras me meto a la ducha, no voy a masturbarme, así que el agua fría hace su trabajo. Cuando salgo de la ducha el desayuno ya está sobre mi cama, agarro una toalla y camino dejando agua a mi paso, esa taza de cappuccino me llama, lo necesito, bebo un par de sorbos antes de mascar mi tostada, la regreso al plato para anudarme la toalla a la cintura y revisar el maldito celular. En cuanto lo desbloqueo con el reconocimiento facial la pantalla se inunda en notificaciones, voy a los mensajes y le escribo a mi nerviosa secretaria, le informo que ya voy en camino y le ordeno que dejen los mensajes. Odio los puntitos rojos con putos números que te dicen cuántas mierdas pendientes por ver tiene tu celular.

Mierda. Tengo llamadas perdidas y una lista de llamadas hechas, todas a Danielle, la llamé borracho 9 VECES y a las 5 de la madrugada. Estoy condenado. ¡Mierda! Jalo la toalla y me la pongo en la cabeza para que mi cabello deje de gotear ¿por qué tuve que beber tanto? Dani, no va a querer verme hoy cuando… ¡el vestido! Demonios, tengo que contactar a esa mujer rara y zapatos, necesito zapatos, maldición y tengo que ir al trabajo. Bien hecho Nicholas, eres un puto irresponsable. Estaba a punto de llamar a esa mujer rara cuando el nombre de Danielle, apareció en la pantalla, me estaba llamando

-Danielle, hola yo necesito disculparme por lo que sea que dije ayer, se me fue de las mano y lo peor de todo es que no recuerdo nada –como ametralladora lanzo mi disculpa incluso antes que ella pueda decir algo

-Bueno primero HOLA. Buenos días Nicholas, me alegra saber que has recobrado la conciencia y no tienes nada de qué disculparte, de hecho fue divertido escuchar lo que pensabas de nuestra cita anoche de anoche

-Dímelo ya, dime lo mucho que la cagué –cerré los ojos preparándome para el golpe a pesar que su voz sonaba llena de alegría

-Eres un pervertido de primera, no sabía que soñabas con mis manos tan a menudo y que tuvieses un fetiche con mis pechos, solo hablaste de ellos y debiste escucharte intentando hablarme sin decir la palabra “tetas”, te reté a intentar no decir esa palabra y cada vez que la cagabas mencionándola colgabas y volvías a llamar

-Sí, está confirmado soy un depravado y un retrasado -admito muy en serio-. Por mi culpa no dormiste bien

-Tranquilo que de todos modos siempre duermo poco

-Dani, no seas buena conmigo ¿estás llamando porque ya no me quieres ver?

-Ay Nic, que nena te estas comportando, debe ser por la resaca -rió como un ángel-. Solo quiero que te quedes tranquilo, no necesito que me traigas un vestido, anoche le escribí a un amigo y él, va a conseguirme algo lindo, tú solo toma un litro de cappuccinos y ve a trabajar, estoy segura que estás con temblores de mano y piel de gallina por no estar en tu oficina

-¿Vas a ir conmigo? –mierda estoy sorprendido

-Por supuesto, quiero verte y que me hagas un recorrido por tu hotel, aun no lo conozco don “Paris Hilton”

-Oye, esa mujer es heredera su papi hizo todo el trabajo yo soy fundador, no me ofendas –bromeo pero lo digo en serio

-¡Sentido del humor! Aun tienes salvación y dicen que los milagros no existen

-Ves, eres mi medicina, es todo lo que necesito para que mis temblores y escalofríos se esfumen –y esa boca suya sobre la mía succionando mi lengua

-¡Tú no acabas de citar una canción de Bon Jovi!

Su grito casi me deja sordo pero me da igual, tengo otro oído, aunque su entusiasmo vaya -suspiro alucinado-. Me calienta la piel y no en un sentido sexual como lo es todo en ella. La quiero para mí. Desesperadamente. Quiero que me quiera otra vez ¡pronto!

-Eres mi “Bad Medicine” y es todo lo que necesito. Podría cantarte pero eso lo voy a reservar para cuando estemos solos –bromeo, aunque si me lo pide lo hago sin dudarlo

-¿Te veo a las 3pm?

-Por supuesto, puntual en tu puerta

-No puedo esperar, que tengas un buen día

-En cuanto estés conmigo comenzará a serlo

-Mierda, pero qué romántico, no me lo esperaba –sigue juguetona

-Te veo a ti y a tus tetas en unas horas

Y acabé con esa llamada, podría haber seguido con esa basura de ahora si voy a colgar, pero de verdad tenía que moverme o acababa yendo al hotel en bolas.

Las horas son eternas hasta que finalmente estoy de pie frente a su puerta escuchando sus pasos para llegar a la puerta.

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