Sí Señor (Porque Yo lo digo 2) romance Capítulo 19

NICHOLAS

Ella se ve hermosa, simplemente hermosa, lleva sus nuevos pendientes, su cabello acomodado sobre un hombro y sus risos parecen esculpidos por el mejor artista. Luce su carita con un maquillaje ligero, casi natural, brilla pero sus labios rojos tan, tan redondos, tan lindos…, estoy babeando frente a ella sin decir una sola palabra desde que me abrió la puerta… sí, mi palabra del día definitivamente es “patético”. Aunque por ella, lo puedo ser

-Señor Allen, cierre esa boca pecadora

Ríe bajito por su broma y eso me hizo reaccionar, ese adorable sonido. Pero entonces recuperándome de mi trance reinicio el escaneo inicial y casi suelto una palabrota al llevar a su escote

-¿Vas a salir con ese…, eso?

Mi boca está sin dudas abierta, quiero morder esas tetas perfectas, su piel delicada y deliciosa…

-¿No te gusta mi vestido?

-Te ves…, wow

Tragué saliva con fuerza, mi garganta estaba seca, su maldito vestido resaltaba a la diosa que lo traía, es negro y ligero pero tiene ese escote que separa sus tetas dejando claro que no lleva sujetador y todos pueden ver los deliciosos contornos de mis tetas celestiales. Tengo un problema

-¿Podemos irnos o necesitas arreglarte tu cosita antes?

Mierda. Soy un pervertido, otra vez me pilla con una erección. Sonríe picara, me mira con aprobación y señala su baño. Solo necesito acomodarme los pantalones y pensar en cosas feas. No tardo mucho, cuando salgo está cerrando la puerta del apartamento de Robbie. Ese pequeño me agrada. Era mi espía cuando no sabía nada de ella, aunque leal, me daba información pero no lo suficiente para traicionar la confianza de Dani, necesito a gente como él, a mí alrededor, creo que algún día voy a contratarlo.

Cuando el auto se detiene en la entrada del evento, una inteligente idea hacer varias entradas, no solo la gran fachada. Estoy a punto de bajar cuando Danielle, me detiene posando una de sus manos en mi muslo enviando una directa chispa a mi domada erección, suelto la puerta y me giro hacia ella, acaricio su mano sobre mi pierna y la dejo sobre la suya mucho más pequeña

-¿Todo bien?

-Eso espero, no dijiste una palabra al menos hacia mí en todo el trayecto

-Discúlpame Dani, aun debo conseguir un buen equipo que organice este tipo de eventos para el hotel y me llaman para tener autorización por todo

-No tienes que disculparte, es solo que…, estaba pensando en mi vestido ¿crees que sea adecuado para ir a esa proyección?

-Es perfecto -mierda, debe estar pensando en mi reacción-. Te ves preciosa yo reaccioné de ese modo al verte porque te ves increíble y no quiero los ojos de mirones sobre ti

-Sabía que Theo, exageró con este vestido, estamos a mitad del día –suspiró haciendo un delicioso puchero con sus labios

-¿Quién es Theo?

-Un amigo, es diseñador y un exagerado siempre dice eso de “O vistes para matar o te quedas en casa”

-Estas preciosa y tu escote no es vulgar ni nada parecido, es sensual y elegante, no tienes de qué preocuparte cariño

-Eres un adulador

-¿Y?

-Y me has convencido, ahora dime lo que haremos en cuanto bajemos del auto, necesito estar preparada

-Mi publicista nos espera en la entrada, me va a comentar algunas cosas, probablemente tengamos que posar para unas fotos antes de una recepción y luego la película, no debería tardar mucho

-Descuida, pedí que me reemplazaran en el trabajo

-¿No tienes que ir? –sí maldición toda para mí

-No, pero mañana tengo doble turno –¿qué? No, no quiero que trabaje en ese restaurante, cuando la dejé ayer me quedé casi una hora observándola sonreírle a la gente y a babosos que le hablaban muy de cerca

-Mañana también te quiero para mí

-¡Uy! Ya te has amargado, mira tu cara de disgusto, la gente trabaja, tú deberías saberlo mejor que nadie Nicholas

-Dame un beso y se me pasa –necesito algo de contacto o voy a perder la cordura en medio de toda esta gente

-Pequeño -me advierte con un brillito travieso en los ojos-. Me vas a correr el labial y no podré quitarte el maquillaje de guasón de ninguna manera

-De todos modos voy a hacer que se corra

-¡Pervertido! –rió a carcajadas mientras su mano agarraba mi chaqueta para acercarme a ella

-Contigo siempre, vamos a cenar luego en mi casa y no vas a escapar ¿quedó claro?

-Sí señor

Y ya, no pude aguantar más prácticamente la arrastré sobre mi regazo abrazándola con fuerza mientras la besaba con rudeza y hambre, esta mujer es un manjar que necesito degustar todos los días

-Ya no te emociones –jadea sobre mis labios y vuelve a besarme, esta vez suave

-Quedémonos aquí –agarro su carnoso labio inferior y se lo muerdo suavemente hasta escuchar su gemido de satisfacción

-Quiero ver la película y tengo sed vamos a bajar –sus protestas cada vez me gustan más

-Si me lo pides así… -volví a besarla pero esta vez le permití regresar al asiento

-Gracias por su consideración señor Allen

-Tu labial casi no se salió

-Larga duración, lo sé –me guiña la traviesa

La observo sacar un pequeño espejo para revisar su maquillaje, se retoca un poco el labial y listo, vuelve a estar perfecta. Alguien golpea mi ventanilla, de seguro es Steve, mi publicista. Miro a Dani y ella me sonríe, está lista. Bajo del auto y lo rodeo hasta llegar a su puerta, la ayudo a bajar antes de dirigirle palabra alguna al idiota que acaba de interrumpirnos. Pero eso no es lo peor, cuando vio a Danielle, le echó un exhaustivo vistazo y tuve que hacer acopio de toda mi fuerza de voluntad para no patearlo en las bolas

-Vanessa

-Mi nombre es Danielle, y gracias –está molesta, detesta a Vanessa, y la idiota no hace más que tirar mierda, lo que me faltaba

-Detalles querida, Nico, dulzura tráenos algo de beber, tenemos las manos vacías

-¿Te gustaría una copa? –le pregunto acercándome a su oído, ya estoy llegando a mi límite, no quiero a Vanessa, intentando demostrar que le pertenezco de algún modo, pero por otro lado no puedo montar una escena con la prensa tan cerca.

-Estoy bien, gracias

-¿Vas a estar bien si me ausento unos minutos?

-Por supuesto -y de puntillas me susurró al oído-. Perra que ladra no muerde –y me besó justo debajo del oído

Bueno eso me deja más tranquilo y divertido. Hice un gran esfuerzo por no reír y creo que Vanessa, lo notó porque me soltó un poquito irritada que quería champaña. Decidí ir por esa estúpida copa de una vez para poder alejar a Danielle, de ella.

En el bar pedí dos copas de champaña y algo sin alcohol y fruta, a Dani, le encanta lo natural.

-¿Qué te tiene tan inquieto? Porque no creo que sean todas esas mujeres hermosas que te miran al pasar

-Jim… ¿qué haces aquí?

-Lo tuyo fue grande –rió el idiota y sin explicarme un carajo

-Estoy esperando

-Anoche apostaste una invitación a esta proyección y adivina quién ganó

-Bien, te creo

El tipo del bar me entrega mis copas y sin esperar a que Jim, diga algo me giro para regresar con Dani, pero a los pocos pasos noto que ya no está solo con la odiosa de Vanessa, hay un hombre con ellas, me apresuro a llegar, el tipo es alto cabello oscuro, ojos marrones, se nota que se ejercita, no sé quién diablos es así que, sí, como un idiota celoso me paro junto a ella, le ofrezco la copa y aguardo a que pruebe un sorbo, una vez que obtengo una media sonrisa de aprobación le extiendo una copa a Vanessa y espero a que alguien presente al desconocido, ninguna lo hace, es él, mismo quien se presenta con mucha confianza

-Theo Alexander, un gusto, tienes un hotel fantástico

-Nicholas Allen, gracias

-Nico, él es mi buen amigo Theo, diseñó el vestido que trae tu amiguita, aunque no tiene la altura adecuada

-Claro, el que diseñó pensando en ti –soltó Dani, con demasiada dulzura recordando las palabras exactas de Vanessa

-Vaya, creo que alguien aquí ha sido una mentirosilla ¿Musa, por qué no la has sacado de su error?

Ese tipo acaba de llamar a mi Dani “Musa” ¿lo conoce? Qué carajo, exijo una explicación. Mis celos se disparan y de inmediato rodeo la cintura de Dani, con mi mano aferrándome muy bien a su cadera

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