Theo, tocó a su puerta solo 20 minutos más tarde, acababa de darle de comer a Muffin y limpiar su arenero cuando el loco diseñador apareció con un maravilloso ramo de flores en la mano y su sonrisa pícara que derretía bragas.
-Muy buenos días Musa ¿vengo muy temprano? -preguntó inclinándose para besarla en ambas mejillas
-De seguro para ti son las 2 de la tarde -ríe-. Vamos, pasa
Verlo siempre la hacía sonreír, era una de esas personas que solo con su presencia trae alegría. Y las flores coloridas y alegres ayudaron mucho. Theo, era un hombre atento cuando se lo proponía.
-Acabo de limpiar la mierda de mi bebé, perdón por la fragancia
-Musa, tengo tres gatos, estoy familiarizado con el olor –le resta importancia
-De acuerdo, ya quítate el abrigo mientras preparo un poco de té y pongo estas hermosas flores en agua –suspira recibiendo el ramo
-¿Dónde tienes a esa cosita peludita? ¿En tu habitación? –quiso saber observando por todos lados
-Sí, debe estar devorándose su comida
Mientras Theo, jugaba con Muffin, en la habitación, Danielle, preparó un par de tazas de té, y se le unió, lo encontró recostado en la cama con la gatita jugueteando sobre su pecho persiguiendo su propia cola. Al verla entrar se acomodó procurando no tirar a Muffin y aceptando la taza
-Bueno Theo ¿qué te trae por aquí? –tomó asiento frente a él
-Sabes que detesto tener que avisar antes de llegar, no es mi estilo –arrugó la nariz antes de beber de su taza
-Lo recuerdo ¿te desvelaste?
-Soy un animal nocturno, funciono mejor de noche
-Animal nocturno, si claro –ríe divertida
-Ya impaciente, he venido a hablarte de este asunto del que me estuviste contando
-¿Qué asunto?
-De la perra extorsionadora, la encontré y creo que está algo babosa por mí, ya sabes, lo usual, nadie se resiste a este cuerpo –le guiña
-¡Frida! –chilló ¿cómo se le podía olvidar esa tonta?
-Sí, esa mujer -hace un gesto con la mano con desinterés-. Tiene gustos costosos, siempre mira hacia arriba nunca en su mismo nivel ni hablar de hacia abajo, ya sabes lo que quiero decir –bebe de su té
-Por supuesto que lo sé, es una rata chupa dinero
-Solo vine para contarte algunas cositas que he averiguado
-Vaya ¿vas a cambiar tu vida de diseñador exitoso para dedicarte a ser investigador privado?
-Solo usé mi encanto, ya sabes un poco de coqueteo y todas hablan
-Arrogante y vanidoso, usas tu perfecto bronceado para conseguir que hagan lo que quieras -le dio un golpecito en el hombro-. De seguro usaste tu sexy mirada misteriosa con esa cara de póker
-Es más divertido demostrar desinterés, mi cara de póker es única, a las mujeres les encanta que las ignore un poco
-Devoramujeres, dime algo interesante
-Voy a lanzar mi nueva línea Musa, haré la fiesta en un lujoso y exclusivo lugar, vendrás y haremos pagar a la perra
-¿Cómo lo haremos?
-Tendrás que confiar y entregarte a mí –insinúa con malicia
-No seas tonto, ya no hay nada de ti que me atraiga, excepto tal vez tu sentido del humor
-Vamos a hacer que se interese en mí y mi dinero, voy a coquetearle un poco para que crea que tengo interés y luego entras tú con mi mejor creación, tengo un vestido que hará babear hasta al más gay de los gays
-¿Estás hablando en serio? –rió divertida por lo muy serio que se encontraba
-Absolutamente Musa, esa perra se va a arrepentir de haberse metido con mi amiga
-Suenas malvada Theo
-Es emocionante esto de vengarse de gente que se cree superior, solo es una zorra
-Wow, tranquilo tigre, estás muy involucrado
-¿Sabes cuantas han intentado engañarme con hijos que por supuesto no son míos? Odio los engaños y amenazas y esa tal Frida, es de las peores
-Si algo de lo que tienes planeado es peligroso entonces no voy a permitir que te arriesgues por esa mujer
-Quiero que sonrías otra vez, pero en serio, no he tenido el placer de verte realmente feliz, puede que suene cursi pero es la verdad, entiendo por qué Wes, te quiere tanto
-No necesitas probar nada, somos amigos –explicó preocupada
-Tranquila que no lo veo como una prueba de lealtad o cosas de chicas pesadas
-De acuerdo, haré lo que me pides siempre y cuando no te afecte
-Tenemos un trato y mañana libera tu noche vamos a crear tu sensual look para desenmascarar a esa oportunista
-Siendo así querido Theo, dímelo todo, hoy me siento malvada y tú serás mi cómplice
Y Theo, se lo contó todo, sus teorías, sospechas y lo que había investigado con ayuda de “amigas” especiales. Era un alma libre como se describía él mismo, disfrutaba del placer abiertamente. Se declaraba sexo adicto. Era salvaje y serio cosa que enloquecía a las mujeres, nunca se mostraba interesado a menos que realmente lo estuviera.
Con su plan ya en marcha Theo, se despidió de su amiga y se marchó del apartamento con un solo objetivo, ayudarla a librarse de esa mujer que tanto dolor le causó en el pasado. Ahora iba de camino al hotel en el que se hospedaba hace una semana como parte de su plan. Se paseaba, disfrutaba pero sobre todo vigilaba. Era norma en él, como un ritual cada vez que lanzaba una nueva colección, se alejaba de todo para relajarse, así que al llegar a su suite se deshizo de la ropa y buscó uno de sus elegantes trajes de baño junto con una delgada camisa a juego, armado con sus lentes de sol y su costoso reloj en su muñeca bajó hasta el bar de la piscina por un trago. Comenzó su juego.
-Es agradable -se encoge de hombros restándole importancia
-¿No te gusta el mejor lugar para tener una casa de verano?
-Solo es una casa
-Señor Alexander
Son interrumpidos por personal del hotel
-Habla –ordena volviendo a su rostro serio
-Señor Alexander, vengo de parte del gerente para informarle que con gusto lo recibe y lo invita a degustar el nuevo especial del hotel a la hora que a usted le acomode
-En 15 minutos, es todo
Alucinada con su voz dictadora y absolutamente seductora Frida, se quitó los lentes de sol y lo miró con una tonta sonrisa en el rostro. Un pez dorado a la vista.
-¿Alexander?
-Si –asiente examinándola, ya sabía quién era
-¿Alexander como el diseñador? De la línea Alexander –sus ojos brillaban con signos de dinero $
-No es una línea, marca -la corrige con un pelito de desagrado-. Pero sí, soy yo
-Diseñador de moda y tan apuesto y joven ¡no lo puedo creer!
-Créelo bebe -le guiña-. Pero no me gusta alardear, me gusta mi tranquilidad
-Ya lo creo que te gusta –deliberadamente le lanza una miradita a su entrepierna
-Bueno Frida, tengo que dejarte, disfruta el resto del día
-Espera ¿podemos volver a vernos? –de un rápido movimiento se levantó de su tumbona para detenerlo
-Tal vez nos veamos por aquí, cuídate
Volviendo a guiñarle se acomodó los lentes de sol y caminó hacia el interior del hotel donde un empleado lo esperaba con una camisa colgando del brazo.
Toda suspiros Frida, no esperó a volver a encontrárselo. Se las arregló para informarse sobre el señor Theo Alexander, con su amiguito de recepción.
Continuando con su plan Theo, llamó a su asistente para que organizara el lanzamiento de su nueva colección en la casona del valle. Tal y como lo había imaginado bastó con mencionar aquella zona para que se interesara completamente. Esa noche Frida, se las arregló para encontrarse con él, en el bar del hotel, había una exclusiva fiesta y ella se las arregló para llegar del brazo de uno de sus cinco clientes preferidos, un hombre mayor, cabello canoso pero con ese aire misterioso que lo hacía atractivo, y también su costoso traje de sastre y accesorios de diseñador. La joyería relucía en el hombre y en el cuello de su acompañante.
Como toda una cazadora rondó a su presa por un par de horas mientras cumplía con lo que su cita quería de ella y por supuesto le permitía tocarla, con límites, ella era quién mandaba y todos lo sabían. Cerca de las 11 de la noche acompañó a su hombre hasta los ascensores para luego regresar e ir directo a su nuevo juguete, o al menos eso era lo que pretendía
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Sí Señor (Porque Yo lo digo 2)