Sí Señor (Porque Yo lo digo 2) romance Capítulo 58

— Muy bien señorita Ross, antes de proceder con un chequeo de rutina me gustaría saber lo que la trae aquí ¿por qué cree que necesita estar aquí?

— Soy un desastre, he bajado bastante de peso y a todos parece preocuparles menos a mí…, mi apetito es malo, a veces olvido comer porque me concentro mucho en otros asuntos y sé que está muy mal y…, bueno he decidido que necesito asegurarme que todo esté bien, quiero una dieta y horarios, un programa, todo eso, soy buena siguiendo un orden

— De acuerdo, haremos lo siguiente, la voy a examinar, crearé su ficha y haré un listado de exámenes que deberá realizarse, la mayoría de sangre, embarazo, glucosa, VIH, etc. Nos volveremos a ver en unos días con los resultados y la ayudare a recuperar su vitalidad

— Suena bien

Algo nerviosa por algunos de los análisis, siguió sus instrucciones y dejó que la examinara. Luego con la orden médica se dirigió al laboratorio para realizarse las pruebas. Al acabar con el chequeo finalmente llegó el momento de enfrentar a Mika.

Desde el momento en que Mika, abrió la puerta de su casa todo se tornó incómodo entre ellas y tanto Leo como Wes, lo notaron por lo que decidieron dejarlas a solas, se retiraron al estudio de Leo.

Por su parte Mika, observó a su amiga deseaba decirle algo por el aniversario de la muerte de Jazmín, pero no quería arruinar su estado de ánimo sacando ese doloroso tema.

— Te ves bien, Dani —comentó Mika, intentando romper el hielo

— Gracias

— Luces tranquila, eso es bueno

— Sí…, creo que lo estoy Mika

Y luego nada ese silencio que no sabes cómo llegar apareció congelando el ambiente con su presencia, se lanzaron miradas nerviosas, ninguna mantenía la vista en la otra y era tan extraño no saber que decirse después de haber sido amigas toda la vida

— ¿Una taza de té? —ofreció Mika

— Sí, gracias

Agradeciendo la pausa mientras Mika, iba a la cocina a preparar el té, Danielle, tomó asiento en la sala, no sabía cómo decirle lo que pasaba con ella o al menos como comenzar, así que ni cuenta se dio cuando estuvo de regreso con ella

— Escucha Dani

Saliendo de su trance la observó sentada a su lado en el sofá con su mirada seria y lista para hablar. Le dio su taza de té y mirándola a los ojos continuó.

— Sé qué algo te pasa conmigo y de verdad no sé qué hice así que por favor necesito que me lo digas porque detesto que me apartes, lo he pensado mucho intentando encontrar qué mierda fue y no consigo encontrar la respuesta, sé que algo te pasa, nosotras nunca habíamos tenido problemas

— Estoy celosa…

— ¿Qué? Pero… ¿por qué?

Sorprendida dejó su taza de regreso en la mesita frente a ella, necesitaba dirigir toda su atención a Danielle

— Mika, yo…, estoy molesta en realidad —aclaró sosteniéndole la mirada en todo momento

— Pero... ¿Qué hice? —insistió molesta ya que no era ella quien estaba evitándola

— Soy yo la del problema —intentó explicarse

— Dani, solo trato que las cosas vuelvan a ser como antes, no quiero dejar días sin hablarte

— No creo que eso sea tan fácil

Murmuró bajando la mirada, Mika, estaba lista para restaurar completamente su amistad, en cambio ella sentía que debía alejarse

— ¿Por qué no? Yo te pedí perdón por lo que pasó

Ahora sonaba alterada

— Y yo te perdoné —suspira preparándose para lo que seguía—. Pero no lo olvido, recuerdo cada palabra de esa discusión y cómo me hicieron sentir, cómo tomaste un bando y me diste la espalda. Recibí insultos por el berrinche de Amanda, le creíste a ella y no a mí que soy tu amiga desde los 6 años

— Pero ya pasaron 3 años de esa discusión o más, no llevo la cuenta

Exclamó alzando la voz sorprendida porque aun siguiera siendo un problema ese “capítulo” de su amistad

— Bueno me preguntaste que me pasaba y te estoy respondiendo, por más que quiera hacer borrón y cuenta nueva creo que aún no supero que me llamaran “mala amiga, tonta, tarada” o que me trataran como una persona incapaz de amar a alguien. Me hicieron sentir que era mi culpa estar “sola”, sabían que me habían atacado en la calle y no se preocuparon ni un solo segundo, de hecho ni siquiera tenía electricidad..., pero a ustedes ya no les importaba lo que pasara conmigo

— Estuve mal

— Sí, lo sé —levantó la mirada aún le dolía esa pelea

Mika, por otro lado lloraba y lloraba con sollozos incluidos, escuchar a su amiga con ese dolor que la atormentaba a diario pudo con su calma y se lanzó a abrazarla para consolarla, aunque fue todo lo contrario y Danielle, acabó tranquilizándola a ella

— Soy una egoísta —sollozó Mika

— No puedes seguir repitiendo que no quieres un bebé… ¿qué tal si Leo, no piensa igual que tú? ¿Y si desea ser padre justo ahora y al escucharte lo pones en una situación difícil y no le permites alegrarse y celebrarlo? —trató de hacerla entrar en razón

— Mierda…, soy una estúpida, y aún más por no haberme dado cuenta de lo que decía frente a ti, de no pensar…, el bebé no tiene la culpa ¡soy una estúpida! —lloriqueó en los brazos de Danielle

— No, el bebé es inocente

— Perdóname Dani

Suspirando con dificultad Danielle, abrazó a Mika, con más fuerza ahora que se lamentaba no haberse dado cuenta de lo que decía o de los sentimientos de su esposo.

— Solo prométeme que lo vas a cuidar mucho

— Lo juro. Te lo juro Dani, no voy a volver a ser tan egoísta nunca más

— Vas a hacerlo bien, siempre me cuidabas y estabas pendiente, no dudo que así será con tu bebé, solo no permitas que nadie te diga cómo hacerlo, toma tus propias decisiones…, bueno solo Leo, puede interferir

— Se supone que era la con instinto maternal y mira que bien he comenzado —suspira culpable con su delineador esparcido por todo su rostro

— Estoy segura que tu bebé te dará una segunda oportunidad Mika

— Amiga lo lamento tanto, de verdad soy una idiota

— Ya basta, por favor solo pensamientos alegres, vas a ser una mamá —la animó con una sincera media sonrisa en el rostro

— Lo sé, y solo se me viene a la mente una larguísima película de terror, no quiero ni pensar en el parto, que me droguen y me despierten cuando ya hayan sacado al bebé de mí

— Que cobarde

Liberada de ese emocional peso sobre sus hombros escuchó lo aterrada que realmente se encontraba Mika, la ayudó a limpiarse el maquillaje corrido y consiguieron un nuevo para de tazas de té, ya que las que tenían ya estaban frías

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