— Ya no hay más que hacer, mi papá va a tener un ataque cuando sepa que estás con Nicholas, y que no nos casaremos —forzó una sonrisa quería bromear
— Tu papá es un IMBÉCIL con mayúsculas, cree que se te va a quitar —comenta molesta
— Ya basta de perder nuestro tiempo hablando de él, que siga creyéndolo por ahora, así me deja en paz y tú regresas a la universidad
— No puedo creer que quede solo un mes —suspira nostálgica
— El vestido te queda perfecto —afirmó buscando una distracción, el pensamiento tan limitado de su papá lo pone mal en un instante
— ¿Y cuando voy a usar un vestido tan elegante?
— En alguna cena romántica con tu novio o en eventos de los millones que tiene el hotel, ya sabrás cuando ponértelo
— Gracias Wes
— Ya dame mi abrazo antes que la vendedora me saque a patadas de aquí
Divertida con la mueca que hizo su amigo al pensar en la vendedora le rodeó la cintura abrazándolo con fuerza, lo adoraba. En cuanto estuvo sola se quitó el vestido y se preparó para salir. Todo fue cargado a la tarjeta de crédito que el papá de Wes, le exige que use pese a ser independiente hace años, es su modo de controlarlo y sentir que aún lo necesita.
Cargados de bolsas salieron de la tienda con la intención de ir al estacionamiento a meter todo al auto cuando en los ascensores Danielle, ve a Edith, su ex compañera en la escuela acompañada de 3 mujeres muuy extravagantes, completamente maquilladas y recargadas de joyas. Intentó fingir no haberla visto y se alejó un poco de Wes, con la intención de no ser vista, pero su plan no dio resultado, no se volvió invisible
— ¡Anie Duncan!
Alzó la voz para detenerla de subir al ascensor, reclamaba su tiempo.
— Meredith, por favor..., es Danielle —la corrigió aunque sabía que lo hacía a propósito
— Distinto nombre, la misma chica..., amigas ella es la novia del bombón del Garden, o eso creo —bajó la voz al ver que otro hombre la observaba a pocos metros de distancia
— Meredith
Suspiró preparándose para lo que sea que su cabeza esté suponiendo
— ¿Todo bien Dani?
Wes, se acercó y pasando las bolsas a una sola mano le rodeó la cintura con confianza, como siempre suele hacerlo, salvo que esta vez había espectadores muy atentos a todo
— Si, solo me he encontrado con una antigua amiga
Lo mira intentando usar telepatía para pedirle que se escape. Pero antes que si quiera lo intentara Meredith, interrumpe
— De antigua nada, Anie ¿quién es tu acompañante? ¡Preséntame!
Exigió alejándose de su grupito de amigas que cuchicheaban entre ellas mientras analizaban a Wes, de pies a cabeza
— Soy Wes, un gusto... ?
— Edith, puedes llamarme Edith, o como quieras guapo
Saludó agitando sus pestañas en lo que se acercaba para besarlo en ambas mejillas, sus amigas solo soltaban ridículas risitas de adolescentes ruidosas
— Me gusta Edith —le guiña fingiendo interés
Wes, ya conocía a muchas mujeres como ella con problemas de actitud, creyéndose superiores solo por tener dinero y Meredith, se le hacía una con complejo de abeja reina seguida por sus abejorros
— Encanto, me voy a adelantar al auto, no tardes o nos perderemos la cita
— Solo serán unos minutos, lo prometo —prometió lanzándole señas invisibles para que se la llevara con él
Tomando las bolsas que Danielle, cargaba Wes, subió en el ascensor y desapareció de su vista.
— ¿A qué juegas Anie? ¿No te basta con el guapetón del hotel?
— Es Danielle, ya no finjas olvidarlo y Wes, es mi amigo, no hay motivos para pensar mal
— Está como quiere ¿tiene novia?
— ¡Vaya! Señora Meredith, usted tiene esposo
— Tontita, siempre es bueno tener opciones y amigos tal vez
— Bueno Edith, no quiero sonar grosera pero estoy algo justa de tiempo y ya me tengo que ir, hablemos en otro momento
— Solo si invitas a Wes
— Claro, me dio gusto verte, adiós
— Nos vemos Anie
Intentó fingir una sonrisa pero ya se imaginaba las suposiciones que debía estar sacando al encontrarla con otro hombre, así era Meredith. Mente sucia. Una vez lejos del grupo de gallinas sacó su celular para advertirle a Nicholas
Danielle [16:45]: Acabo de toparme con Edith..., cree que Wes, es mi amante
Nicholas [16:46]: Estaré atento a la llamada de Kenneth
Danielle [16:48]: Dime si necesitas que hable con él, no quiero que crean que engaño a mí apuesto novio
Nicholas [16:48]: Siempre habrá algo que puedas hacer…, y no precisamente con ellos ;)
En el estacionamiento se reunió con Wes, en su auto y la mirada de su amigo lo decía todo ¿quién era esa mujer? Estaba intrigado
— Meredith o “Edith”, era mi compañera en la escuela, más o menos amigas, pero cuando mi papá tuvo sus problemas ella y mi noviecito fueron los primeros en darme la espalda, no podían verlos con la hija de un estafador y todo eso
— Una idiota ¿se casó con uno millonario? Porque ella y sus amiguitas iban de diseñador hasta en los dientes
— Si, y casualmente Nicholas, está intentando hacer negocios con el afortunado
— Qué problema te encontraste —hace una mueca con los labios—. Ten cuidado con mirarla feo o le arruina los planes a tu novio
— No seas pesado, y ya vamos o me pierdo la hora médica
— Eso no va a pasar
Lanzándole una arrogante sonrisa arrancó el auto saliendo del estacionamiento. El restaurante al que se dirigían estaba a unas cuantas calles y Wes, ya era cliente frecuente por lo que siempre recibía un trato especial
— Bueno a ese hombre le faltó la alfombra roja y coronarte ¿que hay aquí? ¿Cuál es el trato? —lo interrogó curiosa
— Soy un buen cliente
— Si claro ¿y la sonrisa babosa, qué?
— Si la señorita insinúa algo puede dejar de hacerlo —tomó un trago de su copa ignorándola
— No, es una legítima pregunta señor Phillips
— Soy muy exigente, tendrá que ser más de uno
— Como desees, pero después del chequeo
— No seas aguafiestas, quiero uno ahora, sabes que me gusta algo dulce después de las papitas
— Convénceme
— Mmmm..., puedo arreglarte una cita de sexo ahora mismo, sin preguntas ni condiciones
Finge desbloquear su celular y buscar en su lista de contactos alarmando a Wes, en un segundo.
— ¡Ni se te ocurra! —chilló arrebatándole el teléfono de las manos
— Tranquilo, Theo, ni siquiera está en la ciudad —aclara ante la cara de espanto de Wes
— No quiero que le comentes nada de esto, sabes lo delicado que es el tema para mi familia
— Ya sé, no quieren que nadie sepa que eres gay, pero eso no significa que debas abstenerte de intentar conocer a alguien, pueden ser discretos, ya sabes como “amigos” su intimidad es suya, que nadie se meta
— De acuerdo, una tarta de trufas pero luego nos vamos
— Wes
— Solo no estoy preparado
— No creo que lo estés nunca..., tienes que correr el riesgo y confiar en alguien, así es para todos, tú, eres todos, no es distinto solo porque sean hombres
— ¿Soy normal? —suelta con amargura, su papá siempre usaba ese término cuando discutían acerca de su orientación sexual
— No, eres malditamente especial —y en un instante sus ojos brillaban de cariño y emociones por su amigo y sus problemas
— Gracias encanto, se siente bien escucharlo —apretó su mano agradecido
— Te adoro y quiero que hagas lo que quieras con tu vida y no lo que tu papito ordene, además ya están tus babosos hermanos para eso
— Solo les importa el dinero y complacer a papá
— No estés triste, quiero verte sonreír
— Tú me haces sonreír, y más cuando te veo bien
— Yo también quiero verte bien y menos preocupado de mí
— Nunca voy a dejar de hacer eso, así que será mejor que pidamos esa tarta que nos estamos amargando
— Tienes razón, vamos a olvidarnos de esos prehistóricos cuadrados
— Es lo que quiero
— Puedes hablarme cuando sea, ignora mi mierda, somos amigos y ya me harté de ser frágil y llorona, quiero normalidad
— Lo prometo Dani
Mientras Wes, ordenaba el postre Danielle, aprovechó para enviarle un mensaje a Mika, avisándole que pasaría por su casa para que hablaran. Ella respondió enseguida.
Tras un maravilloso postre Wes, llevó a Danielle, hasta la consulta privada de su doctor particular. Hace un par de años que había decidido buscar a alguien ya que en su familia es costumbre que todos vean a los mismos especialistas y estos le reporten cada detalle a su papá, es invasivo y controlador. Le gusta poder manipular y utiliza todos sus recursos para llevarlo a cabo.
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