— Creo que deberías saber que la señora Ángela Ross, hace lo mismo que tu papá pero con menos sutileza
— ¿Tu mamá quiere vernos?
Sí, también era una sorpresa para Nicholas, conocía la historia de Danielle, y esa mujer y no era bueno que quisiera verlos.
— Si, de seguro para convencerte que no cometas un error y lo recapacites
— Puedo hablar con quién sea necesario para que estés tranquila
— Nic, tienes que saber que yo no detesto a la gente, ni siquiera a la perra de Frida, puede que un poco a Vanessa pero a mi mamá le guardo un rencor especial que no puedo olvidar con nada, me afecta
— Esa mujer te abandonó
— Desearía no tener que verla nunca más en mi vida, pero dice que tengo unos hermanos, gemelos y que debería conocerlos en algún momento
— ¿Se volvió a casar?
— No, es autosuficiente o eso dice, manipula muy bien y estoy segura que esos pobres niños son su “negocio”
— Haremos lo que tú digas
Luego de un profundo suspiro y un significativo silencio Danielle, extendió su brazo y posó su mano en el muslo de Nicholas
— Iremos
— Tienes mi agenda actualizada, añade la fecha cuando lo sepas, veré que el asunto con mi familia sea pronto
— De acuerdo
Y de pronto comenzó a reír bajito llamando la atención de su atractivo chofer.
— ¿Qué pasa cariño? Dime —la miró de reojo concentrado en el camino
— Esa ha sido la conversación más extraña que hemos tenido en el auto
— Sí, creo que lo es... —sonríe ante su buen humor
— ¿Te veré esta noche?
— Me verás para el almuerzo, tengo una reunión y me gustaría que me acompañaras, tienes 2 horas libres según tu calendario
— Las tengo, pero mira cómo voy vestida ¿es apropiado para una reunión? —señaló sus jeans negros y sweater gris
— Tú eres apropiada cariño
— Le pediré a Patts que envíe una blusa linda a tu despacho y me la traes cuando me recojas así puedo cambiarme
— Será un placer ayudarte con eso
— Vamos don pervertido, acabamos de tener sexo en la ducha y ya piensas en el siguiente encuentro
— No me canso de ti
— Ya lo sé
— ¿Tú?
— Jamás Nicholas, ya no pienses estupideces
— Bien ¿vas a usar el auto?
— Si, pero solo porque ya lo compraste...
— No refunfuñes ¿por qué no puedes simplemente alegrarte por tu regalo?
— Ya busqué en internet cuánto cuesta y es una monstruosidad ¿no había algo más sencillo?
— Es perfecto para ti, sensual y lindo al mismo tiempo, además de seguro, está activado el gps y puedo saber dónde te encuentras siempre
— ¿Me pusiste un chip? —pregunta sorprendida
— El auto tiene “un chip” cariño, ya tienes acceso al gps de mi celular para saber exactamente donde me encuentro, es justo
— Ya, olvidemos el auto y los gps y esas cosas, mañana voy a pasar el día con Mika, en esta época la ayudo con sus pedidos en las tiendas y a organizar su papeleo
— ¿Cuánto tiempo exactamente tomara eso?
— Todo el día
— ¿Cómo me vas a compensar?
— Mmm... ¿Quieres que haga algo en especial por ti?
— Si, mudarte de una vez
— Vamos cariño, no queda tanto ¿por qué tan impaciente?
Nicholas, solo la observó en silencio, ya habían llegado a la universidad.
— Nic, respóndeme ¿qué pasa?
— No me gusta que te vayas, no me gusta dormir solo, incluso quiero que la pulgosa esté entre medio molestando
— Ay mi controlador —suspira conmovida y desabrochando su cinturón se acercó a besarlo—. No me voy a ir a ninguna parte, solo no quiero apurar las cosas..., Jaz, jamás hubiera aprobado que me mudara antes de la boda... —confesó con emoción en la voz
— De acuerdo —susurró su respuesta
— No te voy a dejar ¿es eso lo que te preocupa?
En lugar de contestar se inclinó para besarla, por supuesto que era eso lo que temía, que se hartara de él.
— Vamos, invítame un té antes de clases —murmura sobre sus labios rompiendo el efusivo beso
— Por supuesto
Tomados de la mano caminaron hasta la cafetería en donde Danielle, tuvo su taza de té u Nicholas, un espumoso cappuccino.
— El profesor ¿se comporta?
— Nic, no te preocupes por eso, es un idiota, si hace algo que me incomode voy a reportarlo, tienen una política de no confraternizar con alumnos bastante estricta
— Eso no es impedimento para que se acerque
— Ya solicité cambio de asignatura para que estés tranquilo, no te estreses cariño
— Discúlpame me siento algo alterado
— Vamos, nos veremos en unas horas y no olvides mi blusa
— Muy bien señor Allen ¿le gustaría acompañarme en el asiento de adelante?
— Si, discúlpame Dani
Era demasiado alto como para simplemente pasarse al asiento delantero así que bajó del auto y lo rodeó para llegar al asiento del copiloto. Estuvo callado por un par de cuadras antes de hablarle a una preocupada Danielle
— No me gusta la expresión en tu rostro, se ve triste
Comenta extendiendo su mano para acariciar su mejilla
— Y a mí la tuya Nic ¿podemos hablar de eso? Me preocupas
— Si, discúlpame es la reunión, el motivo y a la persona que veremos, intenté no pensar en esto pero después de dejarte esta mañana yo…, lo asimilé
— ¿Quién es Nic?
— Un abogado..., no me siento cómodo removiendo mi pasado, menos este momento que decidí enterrar hace 27 años
— ¿27 años?
Repitió helándose, sin perderlo de vista y muy atenta a su rostro en el que reflejaba lo difícil que estaba siendo llevar a cabo la reunión, estaba descompuesto y nunca lo había visto así. Cuando Nicholas, intentó explicarle pero no encontró las palabras para hacerlo, el pecho de Danielle, se congeló, había asimilado a lo que se refería y no pudo con el impulso de abrazarlo con fuerza, temblaba y eso la hacía querer llorar de impotencia.
Lo abrazó todo lo que pudo hasta que los autos detrás de ellos comenzaron a tocar sus bocinas para que avanzaran, estaban deteniendo el tránsito.
— Te prometo que todo va a estar bien, no voy a dejar que lidies con esto tu solito ¿de acuerdo mi amor?
Tomando sus mejillas lo besó con ternura y solo cuando asintió se acomodó nuevamente en su asiento y puso el auto nuevamente en marcha. Condujo hasta el restaurante, le dio las llaves al acomodador y tomando la mano de su prometido lo guio hasta la entrada
— Buenas tardes, bienvenidos ¿tienen una reservación o podría ayudarlos a encontrar una mesa?
— Reservación a nombre de Nicholas Allen —respondió Danielle
— Por supuesto señor y señora Allen, su invitado ya está aquí, por favor, los guio a su mesa
En silencio siguieron al anfitrión mientras observaban el restaurante y las mesas en busca del misterioso abogado que había pedido cita con Nicholas
— Eso suena lindo ¿no crees? —cuchicheó Danielle, para distraerlo
— Un tecnicismo que pronto será un hecho amor
— Vamos a escaparnos después de esto, no pienso regresar a clases y tú vendrás conmigo y esta noche tendremos una “noche de película” con mis amigos y mi gatita
— De acuerdo amor, nos tomaremos la tarde
— Gracias
— Su mesa, en un momento estarán tomando su orden
El anfitrión se retiró y entonces el hombre mayor se puso de pie y con una sonrisa educada ofreció su mano a Nicholas y se presentó
— Graham Peterson, es un gusto poder ponerte un rostro Nicholas
— Buenas tardes Señor Peterson, te presento a mi prometida Danielle Ross
— Mucho gusto Señor Peterson —Saludó Danielle, estrechando su mano
— Por favor, pueden llamarme Graham, solo estoy en mis 70, tomemos asiento
Mientras Nicholas, ayudaba a Danielle, con su silla llegó el camarero a tomar su orden.
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