— Lo sé Patts, pero el temperamento de Nic, me colma y duele
— Ay linda —suspira acercándose a ella para darle su taza de té y tomarla de la mano—. No, nada de caritas tristes ¿qué dices si te preparo un poco de papitas con mostaza como te gustan? Para la cena tengo risotto con filete mignon
— ¡Ay sí, por favor! El olor de tu cocina me vuelve loca
— Tú cocina Dani —le dedica una sonrisa mientras regresa a la cena
— Ay no Patts, espero que estés aquí porque no sé preparar nada sin quemarlo primero
— Puedo enseñarte
— De acuerdo pero por ahora no, quiero disfrutar de tus manos mágicas
En solo unos minutos Danielle, tuvo un plato de papitas fritas con mostaza frente a ella y sus ojos se iluminaron como niño en navidad. Patricia, era amable y graciosa, tenía muchas historias que le encantaba escuchar.
— Un celular
— ¿Cómo dices?
— Creo que está sonando un celular —dijo prestando atención
— Sí, debe ser el mío, creo que dejé mis cosas en la sala cuando llegué, ya voy
Corriendo se bajó del taburete y fue hasta la sala para tomar su celular, pero entonces su vista se nubló y todo le dio vueltas, cayó sentada en el piso justo cuando Nicholas, abría la puerta de su despacho para salir seguido por Vanessa
— ¡Dani! ¿Cariño, te encuentras bien?
Enseguida estuvo con ella, aturdida dejó que la levantara pero seguía algo molesta así que lo apartó y tomando asiento en el sofá se compuso, lo ignoró y contestó su llamada
— ¿Hola?
— ¡Musa! Soy yo ¡Theo! ¿Ya eliminaste mi número?
— ¡Cómo se te ocurre! Disculpa, no miré la pantalla ¿cómo estás?
— Siempre estoy fantástico, me conoces Musa
— Lo sé —sonríe intentando recuperarse, seguía mareada
— Tengo un trabajo para ti y no voy a aceptar quejas mi Musa hermosa
— ¿Eso significa que quieres pagarme? Porque sabes muy bien lo que pienso de eso Theo
— Necesito tu lindo culito aquí pronto, muy pronto, ven con tu galán de hecho, si mal no recuerdo me prometiste que seré el encargado de diseñar tu vestido y su traje para la boda
— Bien, pero ahora no te puedo responder, tengo que verlo con Aaron, primero y tengo clases así que será de noche
— Musa, cuando gustes, además sabes que soy un animal nocturno
— Bien, dime algo, motívame
— Eres mi Musa, y en unos días hay una exposición, un desfile pequeño y quiero que vayas conmigo con una exquisita pieza perfecta para la temporada ¿lo harías?
— Sabes que sí, ya sabes qué hacer, un correo y ya me las arreglo
— ¡Maravillosa Musa! Gracias nena, y es un trabajo
— Oye
— Me tengo que ir, te quiero, adiós
Antes que consiguiera protestar ya le había cortado y Nicholas, seguía sentado junto a ella observándola con atención, estaba preocupado.
— ¿Y tú amiguita?
— Se fue… —apenas y le dio importancia—. ¿Qué fue eso Dani? ¿Te lastimaste?
— Me duele el culo pero estoy bien. Ya deja de mirarme así —pidió recordando su enojo
— ¿Sigues molesta?
— Sí, sigo molesta porque una extraña se metió en la habitación sin tocar ¿qué pasaba si nos encuentra en la cama? ¿Y la privacidad, qué?
Sí, estaba mucho más que molesta y olvidando que se había desvanecido se levantó de golpe y otra vez pasó, esta vez Nicholas, la agarró, la abrazó por la cintura y aguardó a que se estabilizara
— Danielle ¿qué te pasa?
— No sé, me sentí mareada y ya, voy a volver a la cocina con Patts
— No, te vas a sentar aquí y yo voy a traerte una taza de té, no te muevas ¿bien?
— Sí
Frustrada primero porque tenía razón y segundo porque no sabía qué había sido eso. Aun con todo dándole vueltas se recostó en el sofá y cerró los ojos
— ¿Dani? —preguntó Nic, al regresar con la taza de té
— ¿Qué? —protestó
— Iremos al doctor ¿puedes caminar?
— ¡No! ¡Sí! No quiero ir a un doctor, si estás pensando en Jim, olvídalo, no pienso ir donde ese idiota
— Pero Dani, me preocupas
— Estoy bien, vamos a cenar y seguro se me pasa, si mañana sigo así yo misma pediré una cita
— Me lo dices, voy a ir contigo
— Sí claro y dile a Vanessa, que nos lleve
Se levantó con cuidado esta vez, y caminó de regreso a la cocina, le pidió a Patricia, que sirviera la cena y se fue a la mesa del comedor
— ¿Vas a seguir con eso?
Solo lo fulminó con la mirada, por supuesto que iba a seguir con el tema, detestaba a esa mujer y Nic, lo tenía más que claro, no entendía este repentino cambio de actitud.
— Esta es mi casa y si quiero recibir a Vanessa, en mi oficina entonces lo voy a hacer, fin del tema
— Claro Nicholas, tienes razón, la próxima vez que planees verla solo avísame para estar lo más lejos posible de esa mujer
— No exageres
— ¿Estoy exagerando? —lo provocó conteniendo las ganas de gritar de frustración
— Ya le pedí que no volviera a subir a nuestra habitación
— Nuestra —negó con la cabeza, que idiota
— Buenos días Nicholas ¿dormiste bien?
— Danielle
Susurró con sorpresa, iba vestida con sus jeans negros, su blusa de franela y un sweater negro, junto a la silla que usaba estaban sus cosas, la mochila de la universidad y el bolso con su ropa
— ¿Vas de salida o te quedas a desayunar? —pregunta en tono neutro
— Sí, me quedo
Incómodo no dejó de observarla, tenía claro que se había comportado como un cretino y no esperaba verla, su intención era ir al mediodía como es usual a verla a la universidad y disculparse
— Hoy no puedo verte al mediodía, tengo mucho trabajo y debo iniciar un proyecto con algunos de mis compañeros así que no será necesario que vayas a verme hoy
Comentó mientras comía su fruta, leyéndole el pensamiento.
— ¿Qué tal un almuerzo?
— No puedo, tengo esas dos horas ocupadas con trabajo —o eso esperaba, quería conseguir todos los eventos posibles para reunir el dinero que necesita
— Está bien, supongo que nos veremos esta noche
— Claro, voy a usar el auto, si no te molesta por supuesto
— Fue un regalo —aclaró con tono suave
— Vamos Nic —sonríe divertida, eso no era cierto en lo absoluto—. Sabes que eso no es cierto, pero no quiero discutirlo
— Puedes usarlo cuando quieras
— Gracias, eso era lo que quería oír —le sonrió desconcertándolo
Patricia, le sirvió el desayuno a Nicholas, y los dejó unos minutos mientras consentía a Muffin, con una lata de comida para gatitos y un poco de leche tibia.
— Patts, si se pone traviesa y no te deja hacer tus cosas solo me llamas y la recojo, tiene un niñero que de seguro querrá revolcarse en el suelo para seguirle la corriente
— Me encanta su energía, es como un niño pequeño revoloteando y queriendo tocar todo, adoro a los niños y las mascotas
— De acuerdo, te voy a llamar durante la tarde y no me mientas, conozco a esa traviesa y no se queda quieta, le gusta escalar cortinas
— Maravilloso, me encantará recibir tu llamado Dani
Patricia, le comentó algunos asuntos de la casa a Nicholas, mientras continuaban desayunando y contestó a todo siempre con la mirada fija en Danielle, eran cosas que le gustaría que ella decidiera pero sabía que no lo haría después de haber dicho esa mierda de “mi casa, yo mando”, al menos estaba claro
— ¿Qué les gustaría para la cena? —ahora la pregunta iba dirigida a ambos
— Bueno…, lo que Danielle, decida me parece bien —contesta observándola atentamente, necesitaba una señal que le aclarara si estaba molesta, muy molesta o no
— Oh, disculpa Patts, no voy a llegar a la cena —se disculpó dejando su celular junto al plato de fruta casi vacío—. Tengo trabajo
— Puedo esperarte —dijo Nic, esperando que lo mirara
— No, llegas cansado del trabajo, no me esperes, acabaré a la medianoche o algo así
— ¿Quieres que te recoja?
— Voy a llevar el auto, tu tranquilo voy a estar perfecto
Por primera vez en su vida Nicholas, no sabía qué decir, simplemente se quedó allí observándola despedirse de Patricia y llenando de besos a su peludita gatita, luego tomó sus cosas y le guiñó antes de alejarse. Se fue a clases.
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