Sin Darnos Cuenta romance Capítulo 12

Una Semana después

Julio 6 (Málaga)

—¡¿Franchesco, me dirás donde me llevas?!— Insiste Dana mientras conduzco rumbo al aeropuerto.

He decidido que nadie de mi familia sepa que nosotros dos nos iremos de viaje. Prefiero dejar el auto estacionado allí antes de pedirle que nos lleven. La miro rápidamente y le sonrió —¡No!— Respondo y ella me hace cosquillas.

—Me has pedido que metiera de todo en la maleta, pero ni siquiera sé a dónde vamos...— Se queja como niña pequeña.

Rio ante su actitud e intento seguir conduciendo normalmente a pesar de que intenta distraerme. —No seas impaciente, de todas formas, te enteraras cuando lleguemos al aeropuerto y embarquemos. — Explico y ella se cruza de brazos.

—Vale... solo dime que nadie nos conocerá allí. — Me pide y entiendo perfectamente su pedido, yo también necesito estar completamente liberado de quien soy junto a ella.

—Nadie nos conocerá, eso tenlo por seguro. — Digo firme y ella se sonríe.

Observo como comienza a jugar con el radio del auto hasta que encuentra una canción que suena en la estación que le gusta. La reconozco enseguida ya que ha estado de moda por largos meses y no puedo parar de reír mientras canta "Sin Contrato" de Maluma

—"Dime, dime, dime si tú quieres andar conmigo

No tiene caso que sea tu amigo

Y si no quieres solo dame un rato

Baby, pero sin ningún contrato

Dime, dime, dime si tú quieres andar conmigo

De todo, todo quiero hacer contigo

Y si no quieres solo dame un rato

Baby pero sin ningún descanso."—

—Mmm... ¿Quién lo diría? — Comento entre risas cuando la canción termina y ella baja el volumen.

—¿Qué cosa?— Pregunta confundida.

—Que tú y yo viviríamos algo así como lo que dice la canción. — Le explico.

—Pero tú y yo si seguimos siendo amigos...— Aclara.

—Eso si. —

—Entonces no le busques una canción a esto que traemos. — Comenta entre risas.

—Primero tenemos que buscarle un nombre... un porque... un todo... después le buscare una canción, o le tendré que pedir a Fer que componga una.— Comento mirándola y ella sonríe.

[...]

—¡¿Costa Esmeralda, Italia?!— Pregunta cuando ve el billete de la segunda conexión de avión mientras pasamos seguridad y yo intento que no me reconozcan ya que la revista donde estoy en la portada, esta a la venta en todos los puestos.

Asiento sonriente —Iremos a pasar unos días increíbles a un lugar maravilloso; siempre he querido ir, pero no tuve la oportunidad ¿Qué mejor que ir contigo? — Explico mirándola fijamente y sintiendo que sus ojos color miel me dicen mil cosas sin hablar.

—Me encanta... pero ¿sabes que el lunes tengo un proyecto? ¿no? — Me pregunta preocupada.

Asiento —Lo sé. El Domingo estaremos de regreso. — Le dejo saber y esto parece haberle aliviado.

—Gracias. —

Como me gustaría callarla y decirle que no tiene nada que agradecer... Disimuladamente me acerco a su oído —De nada... eso sí, no todo es gratis en esta vida. — Le informo misteriosamente y ella me mira entrecerrando sus ojos.

Ignorando sus "¿de qué hablas?" caminamos por el aeropuerto después de pasar seguridad y me quedo parado en un rincón alejado dando la espalda a la gente para que no me reconozcan. Ella se para frente a mí y se cruza de brazos —¿Cuál es el precio de este viaje?— Pregunta sería haciéndome reír.

Sonrió triunfal y me acerco más a ella —Dijimos que intentaríamos otras cosas... bueno, eso incluye que vamos a dormir juntos en la misma habitación y en la misma cama y no porque no nos quede otra opción... también incluye que te llevare a cenar, iremos a la playa, haremos todo, pero intentando ser una pareja y no solamente amigos con derecho a roce.— Expreso firme y ella sonríe.

Juega con su cabello y me mira como pensándolo —¿Es decir que caminaremos por la calle tomados de la mano... nos besaremos en cualquier sitio... y todo eso? — Pregunta pícaramente.

—Exactamente. — Replico muriéndome de ganas por besarla.

—Puedo vivir con ello...— Dice sonriente.

—Es bueno saberlo...—

—Prepárate Fran...— Habla pícaramente.

—¿Para qué exactamente?— Pregunto y no sé cómo resisto no pegar su cuerpo al mío.

—Para todo... para que te canses de mi... — Bromea. — Veamos si no te arrepientes de este viaje...— Dice y luego rio.

—Jamás Dana. Te cansaras tú antes que yo. — Le advierto y esto se está convirtiendo en un reto.

—Si me vas a besar como lo haces, no me cansare jamás.— Sentencia firme y joder que me muero de ganas de besarla.

—¿Me estas queriendo provocar?— Cuestiono sonriente.

—Para nada.—

—Ya verás cuando estemos allí... No sabes el lugar que he elegido para pasar el fin de semana contigo.—

—Franchesco... no sigas... es que de verdad quiero besarte y no puedo. — Me dice con un hilo de voz y solo puedo sentir que se me va a salir el corazón del pecho.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Sin Darnos Cuenta