Muchas veces me he preguntado que era la felicidad. La vida me regalaba mil momentos bonitos, y yo seguía sintiéndome solo. A mi alrededor había mucha gente que decía apreciarme, había muchos admiradores haciéndome regalos que me llenaban de lo que yo creía que me hacía feliz, admiraban mi trabajo, me hacían cumplir mis sueños, pero al llegar a casa no tenía a nadie con quien compartirlo.
Las mujeres que se me acercaban, solo lo hacían por interés. Su supuesto amor era efímero y las pocas que han durado a mi lado un tiempo considerable; se hartaban de mi vida nómada causada por el arte, y decidían abandonarme.
Pasaron tantas enfrente de mí, pero nunca le preste atención a la única que había estado a mi lado desde el inicio de todo esto. Nunca había visto a mi mejor amiga como mujer hasta que una noche de borrachera hizo que todo cambiara.
Recuerdo perfectamente aquel amanecer donde ambos nos encontramos desnudos en aquella cama sin saber lo que había sucedido, cuando aquella sabana le hizo una mala jugada y le vi desnuda por primera vez después de lo que había parecido ser nuestra primera noche juntos. Recuerdo perfectamente el estúpido trato que habíamos hecho de no enamorarnos.
Fue inútil cualquier trato, fue inútil aparentar que todo era solo simple sexo. Nos llevó un tiempo admitirlo, nos llevó un viaje a solas y besos que decían lo que nuestras bocas callaban. Junto a ella me di cuenta de que, si nunca fui completamente feliz con otra mujer, es porque ellas no eran como ella. Ellas no me entendían, no me amaban, no eran cómplices de mi locura; Dana si lo es.
La tengo entre mis brazos mientras nos movemos al ritmo de la canción que hemos escogido para nuestro primer baile como esposos y no puedo dejar de perderme en su mirada. Le sonrió, me acerco a sus labios y le beso, y vuelvo a perderme en su rostro.
¿Entonces esto es la felicidad?
Es una increíble sensación de paz al saber que estas con la persona que amas a tu lado. Es sentirla así tan cerca de mí y sentir que ya no somos ella y yo, ahora somos nosotros. Somos uno, y pronto seremos una familia de tres.
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