20 días después: 20 de enero
Han sido los días más largos, pero más emocionantes, divertidos, y a la vez estresantes de nuestras vidas. Como había escuchado tantas veces; los preparativos de nuestra boda han resultado ser toda una aventura... Una incluso más fuerte que la promoción de la exhibición.
Hemos intentado mantenernos en calma y disfrutar de todo el proceso, pero supongo que no ha sido totalmente así. Ella como toda mujer quería que este día fuera perfecto, y yo... bueno, yo estoy aquí esperándola frente a toda esta gente que ha venido a acompañarnos en este día; y siento que todo ya es perfecto.
Mi familia está sentada en la primera fila de esas sillas plásticas transparentes, que hemos elegido para decorar parte de esta playa. Me miran, sonríen, y sé que están igual de felices que yo. Me estoy por casar con la mujer que ha estado a mi lado gran parte de mi vida; al inicio como mi amiga, luego como una amiga con derecho a roce, y luego como mi novia, prometida, y futura madre de mi hija.
La orquesta comienza a tocar y a medida que el sonido de los violines va haciendo de este momento uno mágico, le veo a ella acercándose al pasillo y yo comienzo a temblar de emoción.
«¿Se puede revivir toda tu vida con ella en tan solo un par de minutos?»
No sé cuál es la respuesta, pero eso es exactamente lo que me está sucediendo ahora al verla con ese deslumbrante vestido de novia que le hace ver como un ángel. En mi mente pasan los recuerdos de nuestro primer beso, de nuestra primera vez, del día que descubrimos que estaba embarazada... cada momento importante que hemos vivido juntos regresa a mi memoria para recordarme que soy el hombre con más suerte del mundo.
Le sonrió, y es recién en este instante en el que me percato que mis ojos se han llenado de lágrimas. Una de ellas se escapa y rueda por mi mejilla haciendo que deba secarla mientras que ella me mira de la manera más especial en la que me ha mirado jamás.
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