Sin Darnos Cuenta romance Capítulo 33

Al día siguiente: 4 de octubre

Nunca creí que ambos derramaríamos lagrimas por lo que no fue. Anoche ha sido la primera noche que nos consolamos el uno al otro como pareja y no como dos amigos que se apoyan en las buenas y en las malas. Hemos dormido tan abrazados que no había ni un milímetro de distancia entre su cuerpo y el mío, y al abrir mis ojos me doy cuenta de que aún seguimos así. La veo dormida y me parece ver un ángel. Fue hasta ayer que me di cuenta de las ganas que tengo de ser padre junto a ella. Anteriormente lo había comentado más como un deseo a futuro que como algo que realmente anhelara.

Acaricio su cabello delicadamente, pero, aunque no quería hacerlo, ella se despierta y me mira tímidamente. —Buenos días, mi amor.— Le digo y beso su frente. — ¿Has podido descansar algo? — Pregunto sin dejar de mirarla.

—Un poco sí. No te diré que ha sido la mejor noche de mi vida, pero abrazada a ti todo es mejor.— Aclara y solo puedo inclinarme para besarla.

—¿Y tú brazo?— Continuo y observo su yeso.

—Esto me molesta. — Se queja como niña pequeña y solo puedo reírme.

—Ya falta menos para que te lo quiten. — Comento y sonríe.

—¿Tú has descansado? ¿Tienes entrevistas hoy?— Indaga.

—Lamentablemente sí, tengo que estar en un programa de televisión en tres horas. — Explico y sé que es trabajo, pero en estos momentos solo quiero estar con ella.

—¿Te molesta si me quedo aquí? Es que no tengo ganas de nada.— Me pide y realmente me da mucha tristeza que este así.

—Claro amor. Tú descansa y cuando termine el día nos iremos a cenar solos, ¿te parece?— Propongo y finalmente me regala un tímida sonrisa.

—Me agrada mucho la idea, ¿acaso me llevaras a una cita?— Me cuestiona intentando no reír y solo asiento.

—Si... llevare a mi novia a una cita romántica. — Explico y la beso haciéndole reír.

—Entonces me pondré guapa para mi novio. — Expresa siguiéndome el juego.

— ¿Más aun? — Cuestiono sorprendido.

—Solo para ti guapo. — Afirma y lo único que se me ocurre es besarla una y otra vez hasta que lamentablemente debo levantarme de la cama e irme a alistar para la entrevista en televisión.

[...]

—Franchesco, la gente ha quedado encantada con lo que se viene en tu próxima exhibición. Te felicito, esto es maravilloso para tu promoción en América.— Me dice Amanda una vez que vamos saliendo del estudio de televisión.

—Muchas gracias. Sabes, necesito que te adelantes al hotel. Yo debo hacer unas cosas antes de regresar. — Le pido y como siempre me mira intentando comprender que es lo que sucede en mi mente. —No te diré nada. — Sentencio antes de que me pregunte y ambos reímos.

—¿Esta todo en orden Franchesco? Desde ayer que has estado muy extraño. — Intenta indagar, pero ni loco que este le diré lo sucedido y mucho menos lo que tengo en mente hacer hoy. De lo que menos tenga ganas es de que me de uno de esos sermones que me da cuando cree que algo está mal y menos que no es el momento.

—Sí, todo está muy bien. Solo que necesito hacer algo solo. No te preocupes, estaré bien solo. No estamos en España, aquí no todo el mundo me reconoce aún. — Me justifico y afortunadamente accede a darme un par de horas de absoluta soledad en Miami.

[...]

Hacia ya un tiempo que no podía darme el lujo de entrar a ningún negocio solo y tan solo usando una gorra, pero estoy en una ciudad diferente y donde esto aún es posible. Miro todos los hermosos anillos que hay en la vitrina y realmente no sé cual elegir para ella «¿Qué anillo se le da a la mujer con la quieres casarte y a la cual tanto amas?»

—Sir, is anything I can help you with?— Me pregunta una señora y le sonrió.

—Spanish?— Pregunto a pesar de que pudiera practicar mi inglés, pero no quiero ni el más mínimo error en esto.

—Si, ¿Cómo le puedo ayudar? — Responde sonriente.

—Busco el anillo de compromiso más bonito y único que tengan. Quiero algo que se parezca a ella. — Digo sin dejar de ver las tantas opciones que hay aquí y su sonrisa me contagia.

—Puedo intentar ayudarle a encontrar algo así, aunque nunca encontrara algo que sea igual que la mujer que ama.— Comenta y asiento.

—Eso es cierto, pero sabe... ella ha sido mi mejor amiga por mucho tiempo y ahora quiero que sea la madre de mis hijos. Necesito que sea especial. — Explico y asiente.

—Se me ocurre algo, venga por aquí por favor. — Me pide y no puedo dejar de sonreír al ver que alguien pueda ayudarme a hacer que todo sea más especial de lo que quiero, y mucho menos por poder hacer esto con tanta libertad y sin miedo a que un paparazzi pueda entrar por esa puerta y hacer que todo esto sea noticia de primera plana.

Observo la idea tan espectacular que me ha dado la señora y no puedo evitar imaginarme la cara de Dana cuando le de esto. Sé que me ha dicho que si a casarnos, pero esta noche quiero que la propuesta sea totalmente formal. Quiero sellar nuestro compromiso.

[…]

No importa cuántas veces le vea poniéndose esos sensuales vestidos entallados a su cuerpo, siempre me quitara el aliento. Observo la manera tan sensual que cruza sus piernas en el auto y no puedo más que sonreír. —Mi amor, si sigues cruzando así las piernas chocare. — Bromeo haciendo que riamos juntos.

—Lo siento, es que mi novio se ve tan guapo que me cuesta controlarme. — Se justifica de manera sensual y debo respirar profundo.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Sin Darnos Cuenta