Solo Una Noche [#1 Trilogía Infierno] romance Capítulo 32

LILLIE

A pesar de todo no quería marcharme, tenía casi una vida aquí, era difícil acostumbrarse a otro ambiente, y más otro país.

— Madre, no puedo. Sabes bien que tengo una vida aquí, y no es que no dejaría todo por ti, sabes bien que si lo haría. Pero no puedo hacerlo ahora, aún me falta un mes para terminar el semestre, no puedo pedir cambio, no me lo darían. — dije todo rápido, quería que se diera cuenta porque razón no me podía ir, ya que no solo era por eso.

— Lo sé. Esto tardará un poco más, da tiempo a que termines el semestre y hagas el trámite del cambio. — dice — Ya lo hablé con tu hermana y si me tengo que ir un poco antes, Lionel — le echa una mirada rápida, parecía como si no estuviera ahí, pero aún seguía en donde mismo, solo que en silencio sin dejar de ver el infinito por la ventana, pero cuando mi madre lo nombra su atención la pone en nosotras — Él me había dicho que dejaría a alguien a cargo para que te acompañe, si es necesario que te quedes. Que no creo que sea así, ya que pienso que en ese tiempo ya estés lista para irte con nosotros.

La verdad quería esperarme, así podía quedarme a pasar más tiempo con Dante y así contarle. Aunque el me dijo que regresaría en un par de semanas. Ahí podría decirle, no quiera que se enterara por una llamada o un mensaje, esperaré a que vuelva.

— Esta bien — digo ya resignada — Espero no se me dificulte conseguir trabajo allá, ya que hablan otro idioma. Pero se que Inglés es muy extendido en el mundo.

— Por eso no te preocupes — dice el señor, por fin hablo después de no se cuantos minutos pasaron de sus disculpas — Tú y tu hermana solo irán a lo único que tienen que hacer, estudiar. Solo eso les debe de importar. Por Elena, no se preocupen, ella estará con los mejores especialistas en la clínica que ya está reservada para ella.

Quedo boquiabierta, ha dicho que solo estudiaremos, y hasta Alexa también lo hará. Eso es grandioso, por fin podrá retomar sus estudios donde los dejo, y así podrá darle una mejor vida a mi pequeña sobrina.

— Pero… ¿y los gastos? — pregunte.

— Todo eso ya está solucionado, solo deben pensar en su futuro y que pronto estará bien Elena, con ustedes a su lado.

¿Solucionado?, como era todo esto posible. Estaba confundida, no entendía nada. Mire a mamá, no podía entender que sucedía. Y porque este señor nos ayudaba así como así.

— Te explicaré todo — dijo mi madre.

— Las dejo solas, más tarde regresó — dijo el señor Lionel — Con su permiso — muy seriamente solo asintió con la cabeza hacia nuestra dirección, mi madre solo lo miraba mientras yo respondí igual que él.

Ya solas mi madre me explicó todo lo que el señor Lionel le había ofrecido como ayuda, ¿por qué razón?, ella dijo que porque en el pasado habían sido unos muy buenos amigos. Eso me dio por preguntar si él había conocido a mi padre, y ella respondió que mi papá ya había fallecido cuando ella lo conoció. No se porque motivo se puso muy nerviosa cuando me pregunté eso, pero después se me olvido. Ya que cambio de conversación diciéndome como había conocido a su amigo, había sido en la empresa donde ella trabajó por un largo tiempo, antes de que enfermara. La plática se fue en eso y fue cambiando a lo que sería probablemente nuestro nuevo futuro. Ella decía que quizás allá nos quedaríamos, ya que eso iba a llevar meses o hasta más, y eso significaba que yo terminaría graduándome en una universidad de Alemania. También me dijo que fuera viendo y preguntando por una facultad de medicina, y que pidiera toda la información para solicitar con tiempo el trámite.

Después platicamos de sus quimioterapias y todo eso. Me dijo que todo iba a salir bien, y eso me alegraba de que no dejara que la depresión la volviera a invadir. Ella es una mujer de admirar, mi súper mamá. Espero algún día llegar hacer como ella.

Más tarde salgo de la habitación de mi madre para marcharme a mi casa, ya había oscurecido, así que ya era de noche. Mi hermana se había quedado con mamá y ellas dijeron que pidiera un taxi en recepción, no querían que me fuera caminando hasta tomar el metro. Y la verdad tampoco quería hacerlo, con lo que sucedió hace dos noches atrás no me daban ganas de caminar sola por las calles, no es que crea que me anden buscado, eso pienso. Deben tener más asuntos importantes que andar detrás de mí.

Llego a la recepción y le pedí a la chica que si podía llamar a un taxi para mí, ella dijo que sí, y le agradecí por ello. Mientras esperaba a que me avisará de que ya está afuera esperando. Mis recuerdos vuelven a él, lo que hicimos hoy en el estacionamiento y lo que hicimos en las duchas de su club. Me sonroje, pero sonreí. Extrañaba sus caricias y sus labios en los míos, más bien lo extrañaba por completo. Estaba por escribir un mensaje, pero eso me hizo recordar algo y hacerme poner los pies en la tierra, no solo de lo que habíamos hecho, si no de lo que no hicimos. No nos habíamos cuidado, tres veces y ninguna vez se puso un preservativo.

Oh por Dios, se me había olvidado, quizás todavía haya tiempo.

Ha esta hora ya no hay consultas, ni como sacar una cita con un ginecólogo, así que eso estaba descartado. Esto ya no podía esperar más. Lo única opción que me quedaba era ir a una farmacia y comprar unas pastillas. Si eso haría, ya que el taxi llegue pediré que se detenga en una.

Cuando estoy por intentar enviar otra vez un mensaje a Dante, alguien carraspeo a mis espaldas, giró para comprobar de quién se trataba. Y veo a un de los hombres vestido de negro, que se encontraba fuera de la habitación de mi madre.

— Señorita — dice, se inclina en modo de saludo.

— Buenas noches — respondo, por más que no me diera confianza tipos así, salude por educación y tampoco quería que me volvieran a secuestrar como aquella vez que mi malvado Diablo me tomo por la fuerza — ¿Qué se le ofrece?

Intento ser amable.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Solo Una Noche [#1 Trilogía Infierno]