Lydia, con un gran sobre marrón en la mano, detuvo el ascensor en la planta 18, donde se encontraba el departamento de personal. Tenía que registrarse aquí antes de empezar su nuevo trabajo. Al salir del ascensor, vio a una joven que se acercaba a ella.
—Disculpe, ¿qué oficina es el departamento de personal? —preguntó Lydia con una sonrisa.
La joven la examinó de arriba abajo. Cuando se fijó en los trajes y zapatos de Lydia, se sorprendió demasiado como para hablar. Había visto el traje en la última revista. Si no recordaba mal, el traje valía 40.000 euros. Cuando pasó de los trajes a los zapatos, sus ojos se abrieron más que nunca. Los zapatos aparecieron por primera vez en un desfile de moda el otro día y valían un precio astronómico.
—¿Están... están aquí para hacer una entrevista? —preguntó sorprendida la joven.
Lydia negó con la cabeza y respondió:
—No, trabajo aquí desde hoy.
No fue consciente de la mirada envidiosa de la joven. Al principio se escandalizó por el precio, pero ahora estaba más tranquila. Al fin y al cabo, esta ropa tan cara no era más que un conjunto.
En contraste con la compostura de Lydia, la joven estaba más emocionada. Señaló en dirección al departamento de personal, temblando. Lydia se dirigió a la oficina después de dar las gracias. La puerta del despacho estaba abierta. Llamó a la puerta y dijo:
—Disculpe, desde hoy trabajo aquí.
Una mujer de mediana edad respondió:
—Pase. ¿Cómo se llama? ¿Tiene todos sus documentos preparados?
—Lo siento. ¿Puedo terminar los trámites ahora? —preguntó Lydia en voz baja, mordiéndose el labio. Lo que decía la mujer era cierto, pero Lydia no podía dejar pasar una oportunidad como ésta.
La mujer le lanzó una mirada y le lanzó una tarjeta de identificación de empleado.
—Está todo hecho. Y acuérdate de darme tu número de tarjeta bancaria en estos días.
Lydia asintió. Cuando frotó suavemente la tarjeta de identificación de empleado, su rostro se convirtió en una sonrisa radiante.
—¡Gracias! —dijo seriamente. A partir de ese momento, pasó a formar parte oficialmente del Departamento Creativo del Grupo Empire. Sin embargo, al mirar más de cerca su tarjeta de identificación de empleada, descubrió que había pintada una palabra: pasante, pero para Lydia no tenía ninguna importancia.
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Final sin sabor...