Sorpresa de una noche romance Capítulo 128

¿Lydia desapareció?

¿Cómo podía desaparecer una persona adulta? Eduardo hizo una pausa con una expresión solemne en su rostro.

—¿Qué está pasando?

—La señora León, ella... La recogieron en una furgoneta nada más salir de la oficina. El conductor no se dio cuenta hasta que fue demasiado tarde, pero enseguida comprobé las imágenes de vigilancia y vi que se dirigían hacia la autopista de las afueras.—

Javier se secó el sudor frío de la frente, ya que casi todo el mundo era consciente de lo cruel que podía ser Eduardo en la Ciudad S.

Esa gente se atrevía a meterse con Eduardo León. Venían buscando problemas.

Eduardo se subió limpiamente al Land Rover negro y cerró la puerta para arrancar el coche. Javier también le siguió de cerca y se montó en la escopeta, oyendo que Eduardo le decía con una voz sombría y fría:

—Muéstrame el camino.

El coche salió al instante como una flecha del arco.

—¡Aaargh!

Hasta que Javier pudo reaccionar, su brazo que se aferraba al cinturón de seguridad chocó con algo: gritó con fuerza. Eduardo le dirigió una mirada profunda y fría, Javier se calló enseguida y no se atrevió a hablar.

Mientras tanto...

—Tú... No te acerques a mí.

En ese momento, Lydia sintió que podía escuchar los latidos de su propio corazón, y había zumbidos alrededor de sus oídos. Sentía que su mente estaba fuera de control y lo único que podía hacer era seguir retrocediendo.

Sus manos intentaban defenderse, y sus blancas muñecas estaban estranguladas con rayas rojas, pero la brecha entre las cuerdas era cada vez mayor.

Lydia retrocedía y, mientras tanto, intentaba liberar sus manos. De todos modos, ya había aprendido un poco de boxeo, lo que le valía para manejar a un inútil de oficina como Ismael Goya, y mucho menos a unos tipos delgados con un pelo extraño.

Ahora que lo pensaba, Lydia se obligó a calmarse.

Nadie podía salvarla ahora, salvo ella misma.

—¿Que no se acerque a ti? Jajaja... Lydia, es mejor que veas claramente la situación ahora. Sólo eres una puta, sírveme bien y puede que te haga pasar un buen rato. Si no te portas bien, no me culpes por ser grosero contigo....

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