El ambiente en el salón cambió por la repentina aparición de Malinda. José Ramón miró a Malinda confundido.
—Malinda, ¿qué ha pasado?
—Abuelo, deja que Eduardo lo explique. I... No puedo decirlo —Malinda miró a Eduardo con timidez.
¿Cómo podría dejar ir a un hombre perfecto como Eduardo?
Si no fuera por la repentina aparición de Lydia, Eduardo le habría pertenecido, pero aún no era demasiado tarde.
Cuando Malinda le entregó el teléfono a Lydia, Eduardo ya había visto la imagen en la pantalla del teléfono desde una perspectiva alta.
Esas fotos... fueron publicadas en Internet.
Frunció el ceño. Lo primero en lo que pensó no fue en cómo afrontar los siguientes problemas, ni en si la reputación del Grupo Emperador se vería dañada por ello. En su lugar, apartó el teléfono y dijo:
—Lydia, no lo mires más.
—Pero ahora todo el mundo está discutiendo. No puedo ver cómo sigue esto.
Cuando Lydia acaba de ver las fotos, primero se escandaliza, luego se enfada y se avergüenza. Al fin y al cabo, era un desastre para cualquier chica cuyos escándalos se difundieran así en Internet.
Lydia sabía que ahora era la esposa de Eduardo León, así que no era la única que se vería afectada por esto. ¿Y si la bolsa del Grupo Emperador también se viera afectada?
Si Eduardo le pidiera una compensación por la pérdida, ¿cómo podría pagarla?
—¿Qué quieres hacer? —Sorprendentemente, Eduardo no dio la orden directamente. En su lugar, quería ver cómo Lydia abordaría este asunto. Sabía que Lydia era diferente a las demás mujeres y podría tener su propia idea.
En cuanto a la persona que había colgado esas fotos en Internet, la descubriría y le haría saber el resultado de haberla calumniado.
Cualquiera que se atreva a calumniarla debe ser castigado.
—¡Esa no es una buena idea!— Malinda habló de repente. Su rostro se volvió pálido. Sabía que lo que más le importaba a Elena era su reputación, por lo que definitivamente no estaba dispuesta a aclararla. Elena diría la verdad si la presionaran demasiado.
Por lo tanto, Malinda lo rechazó sin dudarlo. En cuanto terminó sus palabras, se dio cuenta de que todos la miraban.
Malinda sabía que era demasiado impulsiva, así que se apresuró a explicar:
—Dañará la reputación de la familia León si Elena se involucra.
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Final sin sabor...