Sorpresa de una noche romance Capítulo 202

Lydia estaba demasiado borracha para saber quién estaba a su lado. Estaba bastante enferma y mareada. Se apoyó en Erick y siguió sus pasos. En poco tiempo, oyó que se abría una puerta y sintió que la subían a una cama.

—¡Hijo de puta, Eduardo! ¿Por qué no me crees? —murmuró Lydia, y sus ojos estaban cerrados.

—Oh, sí, sí, soy un bastardo.

Mirando a la belleza borracha en la cama, Erick no podía esperar para hacerle el amor. Su piel naturalmente clara y suave hizo que Erick sintiera que su corazón latía ferozmente en su pecho.

Se quitó la chaqueta y dijo con una sonrisa:

—¡Espera un minuto, Lydia! Voy a darme una ducha.

Tener sexo con la esposa de Eduardo, en especial, con una mujer tan hermosa, sería emocionante y asombroso. Ante este pensamiento, Erick se quitó toda la ropa y corrió al baño.

En ese momento, Lydia se despertó porque necesitaba un poco de agua, pues estaba ardiendo de sed. Se incorporó y abrió los ojos. Luego se levantó de la cama y vio una botella de agua. Se lo tragó, pero no fue suficiente.

—Tengo tanta sed, Juana. ¿Podrías traerme un vaso de agua?

Nadie respondió.

Lydia miró alrededor de la habitación, escéptica. ¡Fue solo entonces que se dio cuenta de que no estaba en su casa! ¡Parecía un hotel! Pronto notó algo más. Una pila de ropa de hombre estaba tirada en el suelo: ¡chaqueta, camisa, cinturón y pantalones!

—¡¿Que demonios?! —ella gritó. Miró su ropa. Todavía estaban intactos. Ella lanzó un gran suspiro de alivio. La ropa de este hombre debe ser de Eduardo, pensó. Debe haberla traído aquí cuando estaba borracha.

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