En el camino a la empresa, Eduardo no parecía tener ninguna emoción, su rostro estaba tranquilo y sereno.
Lydia se mordió los dientes, ¡Ana realmente no quería dejarla!
—¿Ya sabes cómo explicarlo luego?
De repente, Eduardo se volvió para mirarla, Lydia vaciló un momento y asintió.
Hace una hora, los dos vieron a Ana llorando y rogando a los reporteros que no investigaran el pasado de Lydia en casa, sin embargo, realmente no quería defender a Lydia, obviamente relevó todo su pasado.
¡Pero qué, ya que no hizo nada malo, no tenía miedo de eso!
Lydia frunció los labios, el coche se había detenido frente al edificio del Grupo Emperador, a una gran distancia, vio a muchos reporteros con cámaras alrededor de la puerta, pero no pudieron acercarse en absoluto debido al estorbo de los guardaespaldas.
—¡Aquí están ellos!
No sabía quién gritó, los reporteros se apresuraron a este lado de repente, aunque Lydia ya estaba preparada, no pudo evitar temblar al ver esta situación.
—¿Tienes miedo?
Una voz profunda sonó.
—Qué va, nunca he tenido miedo.
Lydia le dio a Eduardo una mirada débil, y sus dedos tocaron involuntariamente el colgante en su cuello.
Tan pronto como se abrió la puerta, los reporteros apuntaron la cámara y el micrófono frente a Lydia.
Lydia frunció el ceño, pero mantuvo la etiqueta adecuada.
—Señora Lydia, ¿conoce a la señorita Ana?
Ella ya era guapa, pero ahora con la aparición llorosa, parecía más una flor destruida por el viento y la lluvia, Lydia tiró deliberadamente de la manga de Eduardo con inquietud, como si tuviera miedo de ser intimidada.
Al ver a los reporteros estar sorprendidos, siguió agregando.
—¿Quién no ha tenido un pasado? ¿Os atrevéis a decir que nacisteis con un buen futuro? He vivido la oscuridad y la suciedad de la naturaleza humana, pero al final conocí a Eduardo... Fue él quien me sacó del dolor del fracaso amoroso, ninguna chica se puede resistir a un hombre así, ¿no? ¿Por qué nos enamoramos, y nos perseguís así?
—Entonces... ¿Ana te robó a tu novio?
La pregunta del periodista hizo que Lydia mostrara una sonrisa amarga, de repente se volvió hacia la cámara y dijo seriamente.
—Ana, no mencionemos el pasado, ¿vale? Ya que te gusta Ismael, te lo dejé, todavía somos amigas, ¿de acuerdo?
El flash en la escena grabó esta escena.
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Los comentarios de los lectores sobre la novela: Sorpresa de una noche
Final sin sabor...