Sorpresas de la vida (SDLV #1) (COMPLETA) romance Capítulo 28

Nací un quince de enero. Mi madre siempre me dice que yo los hice esperar mucho a papá y a ella. Incluso los asusté, no quería nacer. Se supone que yo tenía que haber nacido poco después de año nuevo, pero me hice esperar. Hice que mi madre estuviera con una gran panza de embarazada todas las fiestas. Navidad y año nuevo.

Recuerdo que mamá siempre me decía que el día en que nací fue el día en que ella se dio cuenta lo que era una verdadera conexión madre e hija. También me decía que fue la primera y única vez que vio a mi padre llorar. Me tenía en brazos por primera vez y comenzó a llorar silenciosamente.

"Madison Brynn Tate, eres mi hija, eres parte de mí. Ahora mismo eres la niña de mis ojos. Vivo por ti y juro que te protegeré con mi vida si es necesario. Eres mía hasta que llegue un hombre lo suficientemente bueno como para que robe tu corazón. Es la primera vez que te veo y ya te amo"

Cuando papá murió mi madre solía recitarme esto todos los días. No sé para qué, pero siempre lo hacía. Era pequeña, no entendía muy bien lo que pasaba, pero no había noche que no me recitara esas palabras hasta que nació Emma. Terminé por aprendérmelas y cada día de mi cumpleaños esas palabras vuelven a mí. Hace veintiséis años que mi padre me dijo estas palabras y estoy segura de que ha estado cumpliendo su juramento y me cuida desde el cielo.

"Eres mía hasta que llegue un hombre lo suficientemente bueno como para que robe tu corazón"

¿Será Jace ese hombre?

No tengo que pensármelo dos veces. Claro que es él. Jace ha robado más que mi corazón, pero, aun así, aunque mi padre esté muerto, sigo siendo la niñita de papi. Tal y como Mia lo es de Jace.

Cuando voy a la cocina para hacerme un rico desayuno me encuentro con la sorpresa de que hay un tazón de cereales con leche que tiene una vela en él. No hay nadie alrededor. Ni mi hermana, ni mis hijos, ni nadie. Miro el tazón con sospecha y cuando me acerco lo suficiente, todos salen detrás de la mesa y gritan al mismo tiempo:

- ¡Feliz cumpleaños, Maddie!

Es imposible reprimir una sonrisa al ver a todos allí. Solo falta mamá y todo esto sería completamente perfecto. También me gustaría tener a papá, pero claro eso es un poco imposible.

Mis hijos corren hacia mí y yo los recibo con los brazos abiertos. Comienzan a llenarme de besos y no dejan que me aleje de ellos.

Nada mejor que las primeras personas que te saluden por tu cumpleaños sean tus hijos. Me gustaría que así fuera todos los años hasta que muera, pero claro, llegará un momento en que ellos crezcan y tengan sus propias familias. Ahí espero que mis nietos me saluden, aunque creo que es muy pronto para pensar en eso.

-Enanos dejen que tía Memma salude a su madre- dice mi hermana.

Los chicos me sueltan y van a jugar a su habitación. Niego con la cabeza y sonrío. Amo a mis hijos, aunque ahora en lo único que piensan es en jugar.

-Ellos ya no te dicen Memma- le digo a Emma.

-Pues deberían. Me gustaba ese apodo- dice entre risas y me abraza con fuerza. Solo como una hermana sabe hacerlo- Feliz cumpleaños, Mads. Te quiero mucho hermano.

Le digo un "gracias" al oído y nos separamos, pero al instante tengo otros brazos alrededor de los míos. Josh.

-Feliz cumpleaños madre de mis sobrinos y hermana de mi novia- dice entre risas- Eres un año más vieja

¿Cómo no reír con un chico como él?

Cuando nos separamos veo que Lexie no se ha ido a jugar con mis hijos. Ella solo me ve ahí y parece tímida.

- ¿Quieres darme un abrazo de feliz cumpleaños, Lex? - le digo mientras me agacho para estar a su altura.

Ella asiente y yo abro los brazos para recibirla en ellos. Lexie corre hacia mí y me abraza. No puedo evitar pensar en ella como otra hija. La quiero como si fuera mi hija. El abrazo es corto porque después sale corriendo a jugar con mis hijos de nuevo. Sonrío, no puedo evitarlo. Es demasiado hermoso este momento.

- ¿Ya es mi turno?

Jace se me acerca y tímidamente toma mis manos. Siento ese fuego bajo mi piel que siempre está presente cuando me toca. Suspiro. Este chico hace sentir miles de cosas en mi interior que no puedo entender.

-Feliz cumpleaños, pequeña rubia

Jace suelta mis manos y procede a poner las suyas en mi cabeza. Por un momento pienso que me va a besar en los labios, pero después cambia la trayectoria y me da un tierno e inocente beso en la frente.

-Espero que sea el primero de muchos que me dejes celebrar contigo.

...

Después de un rico desayuno y un almuerzo, todos se ponen de acuerdo de que hay que ir a comprar una torta de cumpleaños. Les dije que no era necesario, porque no suelo celebrar mucho mis cumpleaños, pero de igual forma insistieron. No gane contra tres adultos jóvenes con ganas de celebrar mi cumpleaños y tres niños entusiasmados con la idea de comer pastel.

Buscamos una pastelería por todos lados. Había muchas, pero a Jace se le ocurrió entrar a la que lucía más costosa. Y sí que lo es. Nunca pensé que un pastel pequeño pudiera costar tanto dinero, aunque hay que admitir que hay de todos los tipos, tamaños, formas y sabores. Las decoraciones son demasiado perfectas y realistas para un simple pastel. De todas formas, es bonito. Es como arte comestible.

Los niños están extasiados viendo todos los pasteles. Creo que nunca habían visto tantos colores solo en un pastel. Emma y Josh están constantemente persiguiéndolos para que no se alejen demasiado de nosotros, porque esta pastelería es gigante y se pueden perder mientras miran los pasteles.

Jace y yo miramos las vitrinas, pero sinceramente en lo único en lo que puedo pensar es en el precio de las cosas.

-Jace, ¿no crees que este lugar es demasiado caro? - le digo en un susurro.

Josh, quien se estaba acercando a nosotros, parece que escuchó porque hace un gesto con la mano como quitándole importancia a los precios.

-Yo lo compro- dice Josh- Ese será mi regalo de cumpleaños para ti, ¿de acuerdo?

Intento protestar, pero Josh sale corriendo a perseguir a Lexie que se ha alejado del resto para ver lo que parece un pastel con forma de mariposa.

- ¿No será mucho para él? - pregunto a Jace que está igual de entretenido que los chicos viendo los pasteles de la vitrina.

-Tiene dinero, Maddie. No te preocupes.

Oh, verdad que la familia de estos dos tiene dinero. Aun así, me siento mal. Nunca me ha gustado que gasten demasiado dinero en mí, aunque tengan para regodearse como Jace y Josh. Simplemente no lo encuentro correcto porque si yo quisiera hacerles un regalo igual de caro no podría. El suelo de un profesor no es mucho. Antes que llegara Jace, mi sueldo era prácticamente solo para el tratamiento de Matty. Mamá tenía que ayudarme muchas veces para llegar al final del mes. Ahora que Jace está aquí, él me ayuda con el tratamiento de Matty.

Resignado comienzo a ver los pasteles. De verdad que los pasteleros de aquí son unos artistas, pero hay uno del que no puedo sacar la vista. Es un pastel con forma de un libro abierto. Tal vez no es gran cosa comparado con todo lo que hay aquí, pero me gusta. Siento que me representa.

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