¡SUÉLTAME, DIABLO! romance Capítulo 43

El cálido aliento de José estaba junto a su oreja mientras se inclinaba y le besaba suavemente la clavícula.

—Estos chupones son la mejor prueba de que me perteneces, y más vale que no te los quites, porque la próxima vez solo te besaré más fuerte.

—Pero es verano, ¿qué me pondré para cubrir esas marcas en el cuello?

Daniela miró hacia abajo, las marcas por todas partes le recordaban profundamente su relación con él.

José bajó la cabeza y le agarró las manos con su mano izquierda. Su mano derecha seguía restregándola tiernamente el cuerpo. De repente, se sonrió ligeramente y le explicó:

—La próxima vez prestaré atención y trataré de no dejarte chupones tan evidentes en el cuello, ¿vale?

—¿Esperas oírme decir que gracias por tu indulgencia?

—Sí.

Daniela hizo una mueca, sin discutir con él sobre este asunto aburrido.

Sin embargo, a José parecían importarle estas preguntas y, mientras le pasaba la mano por el pecho, le persiguió una vez más:

—No me has contestado, ¿estás agotada o no esta vez? Resulta que yo también puedo ser muy tierno.

Agotada o no. Era una pregunta vergonzosa de responder.

Daniela quería permanecer en silencio, pero después de unos segundos, la mano de José, que estaba su pecho, aumentó repentinamente la fuerza, como si la amenazara para asegurarse de que respondiera. Tras una pausa, ella sonrió y negó con la cabeza:

—No.

—Bueno. Entonces, ¿una vez más?

José se rio y la forzó a que ella diera la vuelta, con su mano presionándola la espalda.

Daniela sintió miedo y trató de forcejear:

—¡No! Estoy muy incómoda, ¡por favor no continúe!

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