Daniela miró un vestido y dijo:
—Leticia, ponte este.
—¿Este? —Leticia se sorprendió un poco.
Daniela asintió,
—Serás una sorpresa. Leticia, ¡que tengas una buena noche!
—¡Sí, gracias!
Los ojos de Leticia estaban llenos de expectación. «José, ¿también te sorprenderás de mí?»
Era tarde en la noche, a las 11:59.
Daniela finalmente recibió la llamada de José. De hecho, ella, que normalmente estaba acostumbrada a acostarse temprano, no estaba bien despierta en este momento,
—Bueno, todavía estoy despierta, ¿tienes algo que decirme?
En el teléfono, José dijo en voz baja:
—Daniela, prepara tu equipaje para mañana.
—¿Por qué? ¿A dónde voy?
—¡Muévete y vive conmigo!
Daniela se quedó atónita por un rato. «¿Vivimos juntos?»
—¿Por qué tan repentino? —Daniela quería negarse— José, estoy acostumbrada a vivir con mi tía durante tantos años, y tengo miedo de que si me mudo de repente, no lo apruebe mi familia.
Sin embargo, José no respondió.
Daniela tuvo un mal presentimiento que le hizo enfadar,
—José...
«Pero no tienes razón.» Daniela se quedó en silencio por un rato y dijo:
—No sé cómo decirlo a mi tía, especialmente después de ese incidente. Si propongo mudarme, mi tía definitivamente creerá que estoy tratando de evitar a Jaime. ¡Ella será infeliz!
—¿Así que no te importa si no soy feliz?
José soltó una carcajada y colgó bruscamente el teléfono.
Daniela escuchó el pitido de su teléfono y sintió pánica en sus adentros.
Unos minutos después, sintió un poco de sed, así que se levantó y fue al salón a beber agua. Justo en ese momento, Jaime llegó a casa borracho, y sus ojos la miraron como si se burlara de ella.
Daniela lo miró sin decir nada y volvió a la habitación con su taza.
Jaime se acercó a ella y le dijo burlonamente:
—¡Daniela, eres muy poderosa! ¿Has sido amante de un hombre rico? Si es así, no te olvides de presentármelo. Podríamos beneficiarnos juntos.
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