¡SUÉLTAME, DIABLO! romance Capítulo 53

Daniela vio el profundo disgusto en sus ojos en este instante.

Las lágrimas le resbalaban por la cara, pero su corazón ya se había entumecido.

Esta «familia» a la que se había aferrado con tanta dificultad terminó siendo una broma... No se arrepentía de la decisión que había tomado por Manuela. Ahora que toda su vida se había arruinado, nada la haría sentir peor que lo que era ella ahora, incluso si dejarla irse de aquí.

Finalmente, se rio de sí misma y se comprometió,

—¡Bien, me iré!

En este momento, la sonrisa de Jaime se intensificó, ¡como un frenesí!

—¡Vete, aléjate todo lo que puedas!

Daniela apretó los puños con fuerza, sus uñas pellizcando la palma de su mano la dejaron encontrar un rastro de sensación en su cuerpo rígido. Poniéndose en pie, miró con dificultad a través de su visión borrosa en dirección a la puerta y se dirigió afuera paso a paso.

Detrás de ella, de repente llegó la voz de Jaime:

—¡Daniela, lleva contigo todas tus cosas para que no tengas la posibilidad de volver la próxima vez! Si mi madre pregunta, le diré que te has ido porque te disgusta nuestra familia, ¡después de todo, el patrocinador que se acostó contigo puede darte muchísimo dinero!

Ante eso, ella detuvo sus pasos y bajó la cabeza, mordiéndose los pálidos labios con fuerza. Se dio la vuelta y volvió a la habitación.

No se llevó nada salvo a la única foto familiar que había tomado cuando su padre aún vivía. El hombre en la foto era su último pariente en el mundo. En cuanto lo vio, no pudo contener las lágrimas cayendo por su rostro. Pensaba que, si su padre siguiera vivo, definitivamente no sufriría de tantas injusticias.

—Daniela, lárgate rápido después de recoger tus cosas, ¡me resulta molesto incluso mirarte una vez más!

La extrañeza y la indiferencia en el aire apagaron la última razón para llorar.

Daniela salió de la habitación en silencio, abandonando a la familia Álvarez y el único lugar a que tenía apego en este mundo. Pero ni Manuela ni Leticia estaban en casa esta noche, esta ruptura era sólo una controversia entre ella y Jaime.

Se hacía muy noche.

Daniela caminó callada a lo largo de las farolas del barrio hasta un parque y se sentó en un banco en trance.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡SUÉLTAME, DIABLO!