Sus Besos Obsesionados que Despiertan mi Segunda Vida romance Capítulo 5

Sí, hay gente que no cambia, son falsos y tramposos hasta el final.

Frente a Roman, se mostraba todo humilde y adulador, pero a sus espaldas, no dejaba de esparcir rumores y hablar mal de él. Recordó que de pequeña, ella pisoteó la muñeca de Roman y lo llamó loco, probablemente por esas mismas habladurías que le soplaban al oído.

En su vida pasada, el amor le había cegado completamente, dispuesta a creer y escuchar todo lo que Samson decía, sin darse cuenta de esos evidentes intentos por separarlos.

Samson se quedó sin palabras por un momento, —Aunque sean rumores, algo de verdad deben tener. Más vale creer que dudar. Nerea, déjame ayudarte.

—No es necesario, ya estoy bien.

Nerea se marchó por su cuenta.

Samson observó a la pequeña que hace momentos parecía frágil en los brazos de Roman, ahora caminando con paso firme, y se quedó sorprendido.

Al atardecer, un Rolls-Royce gris claro aceleraba por la autopista de las afueras de la ciudad. Dentro del auto, el hombre sentado detrás del cristal comenzó a abrir lentamente su mano cerrada, como si aún pudiera sentir la suavidad y el aroma de la cintura de la joven.

Desde que salió de la fiesta en casa de los Carris, el ánimo de Sr. Roman parecía estar por los suelos.

Javier, el conductor, miraba nervioso hacia el retrovisor y veía a Roman... ¿olfateando la palma de su mano? Su expresión era la de alguien obsesionado, casi enfermo, ¡era alarmante!

La fiesta de cumpleaños continuó hasta las ocho de la noche. Cuando los Carris finalmente despidieron a todos los invitados, Nerea no pudo evitar preguntar, —Papá, mamá, ¿cómo es que Roman vino a mi fiesta de adultez? ¿Lo invitaron ustedes?

—¿Te refieres al Sr. Roman del clan Dazz?— Pablo negó con la cabeza. —Grupo Dazz es una potencia en Londres, el Sr. Roman no es alguien a quien yo pueda simplemente invitar. Él vino hoy con un propósito.

—¿Un propósito? ¿Cuál?

Viendo el raro interés de Nerea por alguien que no fuera Samson, Pablo explicó, —¿No has oído los rumores? Joaquín, el fundador del gigante Dazz, se va a retirar, así que el hijo menor Octavio y el nieto mayor, Roman, están luchando por el liderazgo del Grupo Dazz.

Uno es veterano con años de fundamento en la empresa, y el otro es un genio de los negocios que en solo dos años como CEO llevó al Grupo Dazz a la cima de la lista de Forbes, con el apoyo del consejo dividido a partes iguales entre ambos.

Con el Grupo Dazz negociando un contrato enorme con el grupo extranjero MJ, inimaginable para la mayoría de las empresas, Joaquín anunció que quien cerrara ese trato heredaría su posición y acciones.

—Así que ambos comenzaron a contactar a MJ, cuyo presidente, Tyson, no quería verse involucrado en las disputas internas de Dazz y, siendo un aficionado a las apuestas de piedras preciosas desde hace años, propuso una solución.

En tres días se celebrará el Gran Torneo de Piedras Preciosas en Villas Orilla Celeste. Octavio y Roman podrán competir con sus equipos, y quien logre cortar la esmeralda más hermosa, firmará el contrato.

Nerea apretó sus puños, frustrada. ¡No podía permitir que esto continuara!

Amapola notó su expresión tensa y preguntó curiosa, —Hermana, ¿qué te pasa? ¿Por qué de repente tienes tanto interés en el Sr. Roman?

—Solo me parece extraño, eso es todo.

—Oh…— Amapola asintió, y luego, casi en un susurro, añadió, —Escuché a Sam decir que no es buena persona, hermana, mejor mantente alejada de él.

Nerea la miró, esa frase le sonaba muy familiar.

Pretenden ser educados y amables en público, pero son malintencionados y mordaces en privado. Samson y ella realmente hacen una pareja perfecta, ¿cómo es que no lo vi antes?

O quizás tanto Samson como ella prefieren que sea como en mi vida anterior, una completa inútil, fácil de manipular y controlar, sin contacto alguno con el mundo exterior.

Aunque lo sabía muy bien ahora, Nerea no iba a exponerse demasiado y solo dijo, —Entendido, gracias por el consejo, hermanita.

Nerea sonrió con ironía. Para ustedes, Roman puede no ser buena persona, pero para mí, es un salvador.