Te Quiero Como Eres romance Capítulo 180

Antes de que Micaela pudiera pensar en algo, e incluso mirarlo, recibió más mensajes:

—Jajajaja, te engañé.

—¿Cómo pude enamorarme de un hombre tan frío? ¡Me da miedo el frío!

Micaela soltó una carcajada.

—¡Te digo que ahora mismo el profesor estaba a mi lado y tú te has atrevido a llamarme!

—Pero hablando en serio, ¡voy a volver a trabajar como tu asistente en unos días! No puedo confiar en nadie más a tu lado.

Con una calidez en su corazón, Micaela respondió:

—Bien, todas mis ganancias, las dividiremos a la mitad.

La otra parte respondió en segundos:

—¡Vaya, entonces seré una mujer rica pronto!

—¡Vamos! Convirtámonos juntas en la persona más rica de Teladia!

Micaela sonrió aún más feliz.

«Me siento muy rica ahora, porque cuento con Carlos y Alba.»

Carlos vio a Micaela reírse tan alegremente,y no pudo evitar sentirse alegre y en este momento recibió un mensaje de Alba:

—Sr. Aguayo, gracias por enviar a alguien a verme. Era la intención de Micaela, ¿verdad? He estado ocupada con mi tesis últimamente y lo que quieras preguntar, hablemos cara a cara cuando vuelvas en unos días.

La sonrisa de Carlos se desvaneció, dejando el teléfono.

No importaba quién fuera, ¡nadie podría hacer daño a la persona que más le importaba! ¡Definitivamente lo encontrará y lo cortará en pedazos!

***

A la mañana siguiente, Carlos se despertó temprano. Tras de lavarse, fue a la habitación de Micaela, que dormía profundamente, sosteniendo una almohada.

Carlos pensó con cierta envidia con esa almohada...

Después de darle un beso en la frente, Micaela se despertó tranquilamente y vio a Carlos sentada en el borde de la cama. Entonces iba a arreglarse el pelo…

—Cariño, ¿cuándo empezaste a preocuparte tanto por la imagen?

Micaela se cubrió la cara:

—Gracias...

—¿Qué?

Con una carita roja, ella continuó:

—Gracias por llevarme a mi habitación.

Ni siquiera sabía que cuando se quedó dormida anoche charlando con sus amigas.

—Me gustaría llevarte a tu habitación por el resto de mi vid. ¿Cuándo puedo llevarte a mi habitación?

Ella murmuró:

—Has hecho eso antes.

—Jajaja, la primera vez que volvemos, te llevé a mi habitación.

Micaela estaba tan avergonzada que su cara se puso roja.

Carlos le frotó la cabeza y su voz era baja y magnética:

—Te mostraré algo cuando te levantes.

Inmediatamente, Micaela sintió curiosidad y preguntó:

—¿Qué es?

Carlos se levantó:

—Baja y lo sabrás.

Dijo y salió primero.

Ella sintió tanta curiosidad que se cambió inmediatamente de ropa, se lavó y bajó a toda prisa.

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