Ella se durmió un rato y le despertó un golpe en la puerta.
Se levantó y abrió la puerta, era Alba. Ella ha vuelto a su aspecto habitual. Un poco aliviado, Micaela pensaba en charlar con ella alguna vez.
Micaela se puso el esmoquin que había preparado. Después de maquillar a Micaela, Candy también ayudó a Alba en su maquillaje.
—Mi trabajo ha terminado. ¡Que tangas una buena noche!
No pasaba nada si Candy no iba al banquete.
Micaela, Eric y Alba partieron cuando llegó la hora.
El banquete se celebró en un hotel de cinco estrellas.
Tan pronto como el coche se detuvo delante del hotel, los periodistas que esperaban en la entrada lo rodearon instantáneamente y tomaron fotos con locura.
Los guardaespaldas dispuestos por Señor Sarmiento escoltaron a Micaela y le abrieron el camino.
Los tres entraron en el hotel con la ayuda de sus guardaespaldas.
Aunque el lugar de celebración estaba en el primer piso, la planta baja también estaba muy bien decorada.
La escalera estaba cubierta con una alfombra roja. Alba tomó la mano de Micaela y dijo:
—Micaela, ¡esto es una práctica previa para caminar por el altar!
Eric caminaba al otro lado del humo y dijo:
—Habrá numerosas oportunidades en el futuro. Por cierto, querida, habrá muchos empresarios que intentan hablar contigo por actuaciones comerciales más tarde, déjalo todo en manos mías y de Alba. Es una mera formalidad, vayámonos cuando se puede.
Micaela asintió con la cabeza.
Apenas entró en la primera planta, la gente en el salón miró hacia ellas como si hubiera recibido la misma indicación:
El esmoquin que llevaba Micaela fue una simple falda beige, más larga en la espalda y justo por encima de las rodillas en la parte delantera. Las mangas fueron de encaje y con huecos. El estilo simple y elegante le hacía parecer sencilla en comparación con el aspecto solemne de los otros modelos.
Pero incluso con tal atuendo, el público no podía apartar los ojos de ella.
—¡Micaela es realmente guapísima!
—¡Sí! Mira su airosidad, ¡se ve bien de cualquier manera!
—¿Es su asistente la cual está a su lado? ¡También es bonita!
***
Había varios periodistas que podían entrar en la fiesta, entonces en ese momento, todas las cámaras apuntaban a Micaela y Alba...
Los modelos perdieron al instante la atención que recibían, y todos miraban con profundo descontento a Micaela.
Este tipo de banquete era, francamente, para encontrar oportunidades comerciales.
Se les acercaron algunas empresas interesadas en colaborar con Brillantella:
—¡Por fin viene Micaela de Brillantella, ya llevamos mucho tiempo esperándote!
—Felicitaciones por lograr una nota tan buena, Micaela. Es una pena que te haya contratado Brillantella, de lo contrario, voy a firmar contigo de todas maneras.
—Eric, tienes una gran visión, ¡has arrebatado un excelente talento!
Con una sonrisa cortés, Micaela dejó que el elocuente Eric les tratara.
Eric hablaba con ellos, y Alba también se quedaba allí para complementar información.
Ya que cualquier contrato debía ser revisado y seleccionado por Carlos, Micaela no tenía nada de que preocuparse. Llevó un plato pequeño para escoger comidas en la mesa, alejándose poco a poco de la multitud. Ella todavía no había cenado...
—Vaya, una ignorante rústica, solo piensa en comer en semejante festín.
Sonó una voz con tono sarcástico.
Micaela miró siguiendo el sonido. Era el número 3 en el escenario de hoy.
Ella llevaba un morado esmoquin sin tirantes y el pelo rizado peinado hacia un lado. Se veía muy atractiva. La persona que no estaba muy lejos de ella hablando con los demás no era otra que Sr. Zoido que había venido a Brillantella a buscar a Micaela.
Con este tono de hablar, obviamente esta persona tenía una clara hostilidad...
Micaela echó un vistazo al vestido que ella llevaba, levantó una sonrisa, luego dejó el plato y el tenedor que sostenía y se dio la vuelta:
—Viene al banquete con un vestido de la marca que promociono yo, la «rústica», no sé si estás de acuerdo con mi estética, ¿o admites ser una «rústica»?
Valery cruzó los brazos con una sonrisa, como si Micaela hubiera dicho algo muy absurdo.
Mirando a los periodistas detrás de Valery, Loli la llamó idiota en la mente.
—Señorita Valery, has empujado a señorita Loli en el probador hoy, ¿verdad?
—¡Con razón, señorita Loli tiene un moretón en el brazo!
—Resulta que señorita Noboa ayudó a señorita Loli en los bastidores. Señorita Valery, ¿no has pensado en dar una mano a señorita Loli entonces?
—Lo que acabas de decir parece implicar que las relaciones entre Brillantella y Súperocio no están bien, ¿podría explicarlo con más detalle?
Cuatro o cinco periodistas rodearon a Valery con grabadoras en la mano. Las preguntas que salieron una tras una le tomaron por sorpresa. Valery lanzó un vistazo feroz a Micaela y Loli.
Micaela y Loli se miraron con una sonrisa y se dirigieron juntos a un lado.
—Micaela, gracias por lo de hoy.
Loli dijo sinceramente.
Micaela negó con la cabeza:
—Era mi reacción instintiva... ¿Has firmado con Súperocio?
Loli admitió con franqueza:
—Sí, ser modelo solo sirve como un trampolín para entrar en el mundo del espectáculo.
En vista de su excelente reacción improvisada, Micaela creía que ella poseía la capacidad para alcanzar su meta.
Loli miró a Valery, que estaba rodeada por los periodistas y ya no podía aguantar más, dijo en voz baja:
—Voy a vengarme personalmente del empujón que ella me dio.
Micaela sonrió. Por supuesto, ojos por ojos...
Micaela miraba a Adriana que venía de lejos, pensando que también había llegado al momento de la venganza para ella...
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