Leonardo levantó la mano, cuando iba a llamar a la puerta, se la abrió desde dentro.
Natalia estaba detrás de la puerta, con el pelo suelto y un camisón blanco sin mangas, que se veía muy atractiva y seductor.
—¿Leonardo? ¿Qué haces aquí tan temprano? Adelante.
—No hace falta, solo vengo por una cosa. Natalia, no quiero continuar nuestra colaboración.
Natalia lo arrastró repentinamente a la habitación y cerró la puerta. Luego lo empujó y lo puso contra la puerta. Apoyó la mano en su pecho y lo miró con ojos llenos de seducción...
A Leonardo le había gustado semejante truco, ¡pero de momento solo se sentía asqueado!
Intentó apartar a Natalia, y justo en ese momento se brilló de repente una luz blanca en la habitación. Trató de desviar la mirada, pero Natalia levantó la mano y le acarició la cara.
—¿Has pensado bien? Está claramente indicado en nuestro acuerdo, que si faltas a tu palabra, ¡perderás más de lo que ganes!
Los dos mensajes que Olivia envió a Micaela lo despertaron, entonces Leonardo ya no tenía ninguna vacilación.
No rechazó la propuesta de Natalia la última vez por, primero, el poder, la ambición de los hombres por el dinero y el estatus;
Segundo, fue por la inclinación de su madre a aceptar a Olivia.
Y también porque le encantaba la vanidad de estar al lado de Natalia.
En su pensamiento, creía que su frenética búsqueda había tocado el corazón de Olivia y ella ya no podía dejarlo...
Nunca se había puesto en el lugar de Olivia...
Se arrepintió mucho. Si pudiera retroceder en el tiempo, nunca habría dejado que esto sucediera.
Apartó a Natalia y habló con gran seguridad:
—He decidido, voy a acabar con esta ridiculez.
***
Media hora después, en el aeropuerto.
Olivia sentaba en la terminal, y miraba de vez en cuanto hacia la entrada, pensando que si Leonardo la perseguiría hasta aquí.
Aunque estaba decidida, todavía se sentía triste en el corazón...
¿Tal vez aún estuviera dormido y no se hubiera dado cuenta de que ella se había ido?
Ella se burló de sí misma, pero no pudo evitar sacar su teléfono y encenderlo...
Mensajes de texto, llamadas perdidas, mensajes de WhatsApp, todos salieron sin parar como oleajes. Los latidos del corazón de Olivia se aceleraron sin control.
Las lágrimas desobedientes corrían por su rostro. No quería irse. Aquí estaba su trabajo, sus amigos, la gente que más amaba, ¿por qué tuvo que irse?
¿Quizá, esta vez, Leonardo no haría como antes?
¿Quizá, esta vez, él iba a tomar una decisión que la satisfaría?
Ella lo amaba porque era él, y no tenía nada que ver con su identidad o estatus. Aunque ambas familias no estuvieran de acuerdo, no le importaría nada. Estaba dispuesta a darlo todo por su amor, siempre que Leonardo la amara sinceramente...
Intentó a ver los mensajes que Leonardo le había enviado, y justo en este momento, recibió una noticia nueva, era un mensaje multimedia.
¿Quién más enviaría MMS hoy en día? Pero Olivia lo abrió primero voluntariamente...
Fue una foto de vista lateral, en que Leonardo se apoyaba en la puerta, y también había una mujer de pelo largo. Aunque no la conocía bien, Olivia la reconoció de inmediato, era Natalia...
Estaba perfectamente vestida, con su mano apoyada en Leonardo y los ojos fijado en él, una postura bastante íntima. E incluso se marcó el tiempo en la foto, solo 20 minutos antes...
La mente de Olivia se quedó en blanco durante mucho tiempo antes de reaccionar. Él, al enterarse de su salida, ¿ya no podía esperar a buscar a Natalia?
Entonces, al fingir ser real, todo se convertiría en verdad.
Olivia rompió a llorar, sí, por eso tenía que irse.
Ella no podía ayudar a Leonardo a ascender en su carrera, no podía soportar el hecho de que él amara el poder y la riqueza más que a ella, no podía mantener tranquila, lo vio tener un contacto íntimo con otra mujer, y tampoco podía alcanzar la altura que su madre deseaba, e incluso sus padres fueron insultados por eso. Todo esto, ¿no era razón suficiente para que se fuera?
Finalmente, Olivia perdió todas las ilusiones. Apagó el teléfono, sacó la tarjeta SIM y la tiró en el cubo de basura, luego tomó la maleta y se dirigió a la zona de embarque...
Menos de un minuto después de salir ella, Leonardo llegó al aeropuerto.
—Natalia anunció unilateralmente que va a terminar todo tipo de cooperación empresarial. ¡La relación de novios está roto!
—El amor llega tan rápido que es como un tornado. ¿Grupo Pinto y Núñez muestran la relación de amor de alto perfil y la rompen de misma manera enseguida?
***
Viendo a los titulares distintos, Alba no pudo mantener la calma.
—Para, ¡para el coche ahora mismo!
Vio que ya llagaron a la entrada de Brillantella, Ernesto se detuvo al lado de la carretera. Alba le pasó el iPad para que los leyera, luego se apresuró a sacar el teléfono móvil y llamó a Micaela.
—Oye, Alba...
—Micaela, ¿has visto las tendencias? Está Leonardo, acaso él...
—Lo sé.
La voz tranquila de Micaela hizo que Alba no reaccionó durante un buen rato.
—¿Ya lo sabes?
—Sí. Llegaré a Brillantella pronto, hablemos cara a cara.
Alba colgó el teléfono y miró a su alrededor, efectivamente, venía el coche de Carlos del otro lado.
Cogió el iPad de la mano de Ernesto e iba a salir de coche, pero él le tiró del brazo.
Alba se dio la vuelta con impaciencia y lo besó con fuerza en la mejilla.
—¿Es el momento para preocuparte por esto?
Ernesto se rio, y dijo en serio:
—Solo quiero decirte que no te pongas tan ansiosa, van a resolver las cosas por sí mismo, relájate.
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