Los días siguientes pasaron muy tranquilos. Se acercaba la Nochevieja, había que rodar muchos de los productos avalados para los anuncios de fin de año, Micaela también estaba más ocupada que nunca, su trabajo diario se alineaba justo, no tanto como para estar cansada, pero tampoco tenía tiempo para pensar mucho en otra cosa.
La sesión de fotos del día está a punto de terminar y durante la breve pausa coge habitualmente su teléfono, mirando las distintas fotos de Alba y, también, la luna de miel de Tomás y Bianca...
Katarina, cuyo marido estaba en el Grupo Carballo y cuyo padre pretendía que se hiciera cargo, la había dejado deliberadamente sin hacer nada, por lo que fue todos los días a Brillantella, la compañía de su prima, y naturalmente no tiene reparos en seguir a Micaela a todas partes, como si fuera una segunda Alba.
En ese momento se acercó emocionada, agarrando el vestido para el siguiente look de Micaela.
—Micaela, la siguiente tanda de fotos estará terminada por hoy, eres tan eficiente...
Viendo las fotos en el teléfono de Micaela, Bianca apoyada en los brazos de Tomás, ahí estaba el verano, el mar, el cielo azul, la arena dorada, las sonrisas felices...
Katarina se quedó en silencio, con una leve sensación de pérdida en su corazón. Ella y Antonio, ni siquiera una luna de miel...
Eric venía al estudio desde su despacho, con las cejas al aire.
—Querida Micaela, buenas noticias para ti, se has tomado una pasarela internacional de forma temporal y has sido aprobada por el señor Aguayo, ¡mañana volamos a Nación Catyblaca!
Micaela observó la mirada abatida de Katarina y, algo arrepentida de estar mirando su teléfono, lo guardó apresuradamente y miró a Katarina.
—Katarina, ¿quieres venir conmigo?
Katarina sonrió de forma poco natural.
—Claro, ¿incluye la comida y el alojamiento?
Eric dio una palmada de bienvenida.
—Claro, claro, sería genial tener a la Señorita Carballo, la Señorita Carballo tiene un sentido de la moda particularmente bueno y puede hacer muy buenas sugerencias siempre, eres muy bienvenida a venir y ser la segunda asistente de Micaela, bueno, temporalmente, tenemos a Alba de vuelta, si no te importa, puedes ser la segunda asistente de Micaela con Alba como asistente de Micaela.
Micaela sonrió y dijo con seriedad.
—Katarina no hagas caso a Eric, está bromeando, pero sigue siendo cierto que puedes ir a descansar conmigo, juntos...
Katarina se lo pensó, no parecía importar si estaba en casa o no, ¿se fijaría Antonio en ella si no lo estaba?
Sin dudarlo más, asintió.
—De acuerdo, a qué hora mañana, iré contigo.
Cuando se fijó la hora, Micaela recordó de repente que Eric se veía muy feliz en ese momento, no como si sólo fuera al show de Nación Catyblaca, ya que la última vez que había ido al show de Nación Fracimon, había abierto oficialmente sus puertas en el escenario internacional, y había estado recibiendo avisos para ir al extranjero de vez en cuando. Si Carlos no la hubiera detenido, no habría podido volar al extranjero...
—Eric, ¿por qué está tan contento de ir a Nación Catyblaca?
—No me alegro por mí, sino por ti.
Micaela se quedó un poco desconcertada y Eric enarcó una ceja y preguntó con suficiencia.
—¿No viste el post que publicó Alba?
Micaela reaccionó de repente y abrió su teléfono para mirarlo de nuevo, abrazando a Katarina con emoción.
—Alba está en Nación Catyblaca, ¡genial, podemos ir a Nación Catyblaca y juntarnos con ella!
«Ha pasado casi un mes, ¡realmente la echo de menos!»
Eric sonrió y dijo.
—He contactado con Alba y te estará esperando en la ciudad por la que caminas.
Micaela daba saltos de alegría, pensando en volver a hablar con Carlos y preguntarle si estaba libre para acompañarle.
La última tanda de tiros, como Micaela estaba en tan buena forma, ¡se pasó de una sola vez!
Micaela se quitó el maquillaje, se despidió de Katarina y Eric, y se subió al coche de Raúl.
Carlos ha estado muy ocupado últimamente y no pudo venir a recogerla por la tarde...
—Micaela, ten cuidado ahí fuera y no mires a otros hombres.
Micaela se sonrojó y murmuró.
—¿Cuándo he mirado a otro hombre? Siempre he tenido ojos solo para ti...
Carlos se sintió entonces satisfecho y la volvió a tomar en sus brazos, besando su frente antes de ponerle el sombrero, la máscara y las gafas de sol para armar a su mujercita y evitar que fuera asaltada por los fans.
Luego, de mala gana, dijo.
—Continúa.
Eric ya estaba esperando fuera del coche. Diego sacó la pequeña maleta de Micaela del maletero, se la dio a Eric y se dio la vuelta para volver al coche.
Micaela le bajó la máscara, le dio un beso en la mejilla y le susurró.
—No te quedes despierto toda la noche.
—Vale.
La boca de Carlos se levantó en una sonrisa, con Diego sentado frente a él.
Ayudándola a ponerse la máscara en su sitio, Micaela miró a Carlos de mala gana y se volvió para salir del coche, viendo cómo el coche de Carlos se iba lentamente antes de que llegara otro coche que Micaela reconoció como el de Katarina.
Dentro del coche, Antonio miró a Katarina en el asiento del copiloto.
Katarina no había esperado que Antonio se ofreciera a llevarla al aeropuerto y se sintió un poco sorprendida y un poco encantada, por desgracia, porque hacía mucho tiempo que la pareja no se sentaba junta en un espacio tan pequeño.
—Diviértete y cuídate, ¿eh?
Katarina miró a Antonio y asintió, esperando algo...
La mano de Antonio subió y le rozó la cabeza, sus ojos se posaron en sus labios carmesí, su mente divagó un poco, respiró profundamente y apartó la mirada...
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