Y luego tuve que volver a la rutina. Viajes, reuniones, aviones, nuevas ciudades... yendo y viniendo. Se acercaban los grandes acontecimientos: mi cumpleaños y mi boda.
Quería detener el tiempo.
O mejor aún, ¡rebobina!
Hasta el momento en que firmé el acuerdo prenupcial...
Porque ahora empezaba a tener dudas.
Mi agitación interior se vio afectada por el embarazo de Nastya. Nunca me había planteado seriamente lo que era ser padre. No me interesaba la vida familiar, sólo los negocios, el dinero, las chicas. Estaba disfrutando de la vida y pasándolo bien.
Un día me di cuenta de que el tiempo pasaba. ¡No sería siempre tan joven y caliente! Poco a poco, mi interés por la diversión y la fiesta empezó a decaer.
Sí, me di cuenta de que necesitaba un heredero. Alguien a quien le transmitiré todo lo que me ha costado conseguir. Me alegro mucho de que Nastya no haya abortado. Estaba dispuesto a besarla, abrazarla y darle las gracias por huir de la consulta del ginecólogo y retrasar su hora.
Y entonces vi a nuestro bebé en la ecografía...
Lo que experimenté en ese momento es imposible de describir con palabras.
¡Al instante me sentí como un padre!
Me di cuenta de que este bebé o bebés lo son todo para mí.
Ojalá hubiera podido ver el sexo. Pero estoy seguro de que voy a tener un hijo.
Después de estas experiencias en la ecografía, me volví aún más reverente hacia Nastya. No estaba ávida de regalos y flores, quería llevar a la madre de mi hijo en brazos y colmarla de regalos y flores. Todos los días le daba el ramo más hermoso y fresco.
Y entonces llegó mi cumpleaños. Llegaron muchos invitados a mi mansión, incluyendo familiares, y... Victoria.
No me gustó la forma en que Victoria miró a Nastya. Claramente un rival. La futura esposa está celosa. De ninguna manera permitiré que vivan juntos bajo el mismo techo, así que decidí posponer la boda. He discutido esta decisión con Kulagin de antemano. Él estuvo de acuerdo.
Mis ojos se encendieron, el calor surgió en mis venas.
Me abalancé sobre mi hermano como un toro sobre un trapo rojo, con ganas de rasgar, pero apenas pude contenerme.
Enfriado.
Me convencí de que sólo era un baile amistoso. Después de todo, bailó con todas las chicas en la boda.
Confiamos los unos en los otros. Crecieron juntos. Parientes, después de todo. Ni una sola vez Ilyas se ha atrevido a decepcionarme.
Me lo llevé aparte para hablar con él. Fumé nerviosamente. Hace media hora hemos firmado un contrato muy importante por valor de miles de millones con Titov y otros socios, en los próximos días voy a volar a Europa para hacerlo realidad, pero necesito una persona de confianza a la que pueda confiar mi tesoro.
Nastia e Ilyas encontraron un terreno común, así que decidí elegirlo a él.
Pero en ese momento no tenía ni idea de cómo me iba a resultar esta elección...
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