Te tomo prestado romance Capítulo 17

Volvió a besar mi cuello. Sus labios rozan mi nuca y me estremece el flujo de calor agradable. Su mano toca mis pliegues hinchados, me acaricia con cuidado y vierte agua sobre la zona de mi entrepierna.

- Mmmm...

Me arqueo, sintiendo el dulce pinchazo: Bulat ha golpeado el sensible bulto femenino con la punta de la uña.

- ¿Te gusta?

Gemí anhelantemente en respuesta.

Lo he cogido. Exprimido. Frotada entre mis dedos.

Loco...

¿Qué fue eso?

Una convulsión.

¡Tan dulce y delicioso que me hizo querer más!

- "Uh-oh", siseó Basmanov sorprendido, presionando mi culo contra el

mi polla, que ya se está mordiendo.

Está de pie. ¡Está de pie otra vez! Y se pone cachondo en tiempo récord.

El hombre no retira su mano, sino que continúa acariciando mis pectorales con el pretexto de que supuestamente me está lavando allí.

- ¿Continúo? - Me pregunta, sonriendo.

Los cuerpos desnudos y mojados se presionan unos a otros. El aire crepita con impulsos eléctricos de lujuria y deseo. En lugar de responder, suelto un gemido bajo, sin reconocer mi propia voz.

Me retuerzo como si tuviera una conmoción cerebral, poniendo los ojos en blanco y agitando mi pelo revuelto en diferentes direcciones. Mi coño se aprieta y se contrae, enviándome al espacio exterior, y un escalofrío golpea mi cuerpo como un látigo.

Tras unos segundos de histeria caliente, los destellos del orgasmo se desvanecen. Mi visión se aclara y mi alma vuelve a mi cuerpo. Me siento tan borracho, como si hubiera tomado tres tragos de vodka.

- ¿No has venido nunca? - Bulat está sorprendido.

- Lo he hecho... pero nunca así. - Una exhalación prolongada. - Es la primera vez que me pasa... No sabía que podía pasar.

Estaba a punto de caer muerto cuando, de repente, un chorro agudo y cortante golpeó mi muslo izquierdo. No, no de la ducha - Bulat había cerrado la ducha. Borracho, bajo la cabeza y veo a Bulat corriéndose en mi muslo. Su gran y gruesa polla, con su cabeza roja y brillante, se contrae y me arroja un líquido blanco.

Hay mucho, es viscoso y pegajoso, gotea por mi muslo como si fuera jarabe de azúcar.

Contemplo la vista con asombro, dándome cuenta de que se está corriendo por mis palabras. Sin el más mínimo contacto físico.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Te tomo prestado