Te tomo prestado romance Capítulo 49

- ¡Lo juro! Me iré de la ciudad, me esconderé en medio de la nada, ¡te olvidarás de mí! ¿Se da cuenta de que si me opero puede haber consecuencias negativas? - mis emociones me están quemando hasta las cenizas. - Puede que no vuelva a quedarme embarazada. Porque soy Rh negativo.

- Te llevaré a los mejores especialistas. No te preocupes, lo harán bien.

Todavía tengo mucho miedo. Me da miedo la sangre y todas esas agujas, cuchillos e instrumentos que dan miedo. Es tan horrible...

- ¡No sé por qué estás tan en contra de este bebé!

Pero yo sabía perfectamente la respuesta, sólo quería escuchar la verdad de su boca en persona por alguna razón.

Por la boda. Debido al inminente matrimonio de Basmanov con la hija de otro hombre poderoso con el que habían atado sus negocios.

Matrimonio ficticio, o matrimonio en aras de un negocio lucrativo... Y entonces recordé los cotilleos casuales de las compañeras camareras después del gran banquete. Eso era exactamente de lo que estaban hablando.

Bulat temía que un hijo ilegítimo de una chica de una noche, como podrían pensar de mí, fuera una gran molestia para su reputación.

- No es de tu incumbencia -dijo enojado entre dientes apretados-. - Como yo digo, así será.

Bulat me dejó ir, sin hacer contacto visual, probablemente para no ver mis lágrimas. Incluso pensé que podría estar avergonzado, incluso arrepentido. ¡Pero los demonios no tienen conciencia!

Retiro la mano bruscamente y me vuelvo hacia la ventana. Qué de repente pasó todo... ¡Se abalanzó sobre mí como si el diablo hubiera aparecido de la tierra! Hace diez minutos salí feliz de la consulta del ginecólogo, sin saber lo que me esperaba en cualquier momento, y ahora el padre de mi hijo nos sentenció. Los dos...

- Monstruo sin alma", susurré en voz muy baja, sollozando.

Oí el crujido de poderosos puños detrás de mí.

Y entonces me agarraron bruscamente por el cuello y tiraron contra él.

Cerca... Muy cerca. Catastrófico. Para que mi aliento caliente queme mis mejillas y mis ojos negros penetren en mi alma, envenenando.

Nuestros labios están al mismo nivel... ¡Lo odio! ¡Bastardo! Verdugo... Pero qué guapo. ¡Un verdadero diablo de ojos negros! Tengo tantas ganas de tocar sus labios. Para volver a probarlos. Su dulzura. Euforia. De un beso codicioso y animal.

- No juegues con fuego, niña", susurra lánguido, tentador, peligroso, apretando la poderosa palma de su delgado cuello. Me mira los labios como si quisiera comerme. Como una bestia hambrienta que no ha comido durante una semana ..... - En un segundo, te quemas. Conviértase en un recuerdo.

También se suelta bruscamente, alejándome. Me acurruco de nuevo en la esquina, corriéndome y encogiéndome en un bulto. Me doy la vuelta. ¿Es mi imaginación o soy yo? Pero era como si Bulat estuviera luchando con algo. Con él mismo...

- Señor, ya casi hemos llegado", me informó el conductor, interrumpiendo la conversación.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Te tomo prestado