- ¿Ilyas?
Oigo una voz familiar en el altavoz.
Es mi primo el que llama.
- Hola, Bulat, ¿cómo estás?
Respira profunda y frecuentemente en el receptor.
- He visto tiempos mejores, ¿y tú? Algo pasa, estás agitado. ¿Por qué respiras tan fuerte?
- Mantén la calma... Tengo malas noticias para ti", dice con un tono repentino y amenazante.
Apretó la mandíbula.
- ¿Qué pasa?
- Tu prometida, Victoria... Está en cuidados intensivos.
- ¿Qué?
Me dan una buena sacudida.
Mi primer pensamiento fue que estaba escuchando cosas. En segundo lugar, está hablando de otra víctima.
- Lamento su pérdida.
- ¿De qué demonios estás hablando? ¿Qué sala de emergencias?
- Este. Estoy diciendo la verdad, acéptala.
Respiro profundamente unas cuantas veces.
Quiero fumar.
Mucho, mucho.
- ¿Está muerta?
- No, gracias al cielo, está viva. Pero en estado grave.
- ¿Qué pasa?
La pausa ansiosa hace que mis oídos se agudicen.
- Ha sido atacada. Un intento de asesinato, una venganza de sus enemigos. Su coche fue disparado, chocando a toda velocidad contra un poste, y resultó gravemente herido.
- ¿Qué tan complicado es?
Ilyas suspira roncamente y con anhelo:
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