Te tomo prestado romance Capítulo 72

- ¿Cuánto tiempo tengo que esperar?

Me pruebo otra de las cosas que me dan los consejeros. Tras los gritos amenazantes de Basmanov, empezaron a revolotear a mi alrededor como abejas. Incluso me invitaron a una taza de té de frutas.

En el mundo de Bulat Basmanov, todo es premium. Está acostumbrado a vivir así. Ve el lujo como algo ordinario. ¡Muchas cosas aquí están fuera de los límites para mí! Pero no para él. Y para él, está a la orden del día.

Bulat trata el dinero como si fuera una servilleta corriente, sin mayor valor. ¡Incluso la lencería que ha elegido tiene un precio desorbitado! Precioso, calado... Muy sexy, pero delicado al mismo tiempo.

Otro conjunto de lencería -sujetador de fino encaje, bragas de seda de alta calidad con inserciones de encaje- apareció ante mí. ¡Increíble! Es una obra de arte.

Parezco una mujer fatal.

Mil millones de dólares. Mil millones de libras.

- Y esta bata irá muy bien con este conjunto. - La vendedora me convence, entregándome una cosa delicada de color melocotón. - Sólo seda natural y de calidad.

Tras decir esto, sale del camerino. Pero en cuanto desaparece de la vista, otra persona ocupa su lugar.

- ¡Sal! - ordena imperiosamente Bulat, como si su paciencia se acabara. - Acércate.

Trago y salgo del vestuario. La sangre de mis venas hierve al verme inmediatamente en el punto de mira de sus ojos depredadores. Se sienta en un sillón de cuero, abriendo sus fuertes e imponentes piernas. Parece un jeque en una fiesta de visualización de concubinas.

- Muéstrate por aquí", exige con voz ronca, aflojando la corbata que lleva al cuello.

Una llama familiar y peligrosa se encendió en sus ojos. Como el cráter de un volcán. Recuerdo muy bien los momentos en que nos entregábamos a la pasión sobre las sábanas, mojadas de sudor. Y no sólo eso... En el sofá, en la mesa, incluso en el coche que teníamos él y yo.

Me folló con fuerza y sin freno, ¡pero no fue brusco!

Tuve un placer incomparable...

El estúpido cuerpo lo recuerda todo. Produce la misma reacción que hace que mis bragas se mojen al instante y que una niebla de excitación se acumule en mi cabeza.

- Probablemente demasiado", sonrío incrédula, "no lo necesito. Me has dado un papel diferente ahora...

Eso es seguro.

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