- Vístete, el tiempo corre. Al jefe no le gusta esperar, demasiado honor. No sé exactamente lo que le gusta de ti.
- Es una monada", dijo uno de los compañeros. - Me gusta. Me encantaría doblarla y...
Bang.
Un enorme puño del líder voló con un silbido hacia la mandíbula del maestro de la frase. El musculoso cae al suelo con un golpe seco, como un roble aserrado; el ruido en el piso es irreal.
¿Cómo es que los vecinos no han llamado a la policía? Debe haber una razón. Creo que la propia policía camina con pies de plomo bajo esos tipos, porque temen y respetan al jefe de gobierno de la ciudad.
No llevo mucho tiempo en esta ciudad, pero no tenía ni idea de que aquí podían pasar cosas así y que el poder no pertenece al gobierno sino, al parecer, a un hombre muy importante y peligroso.
- ¿Qué coño estás haciendo, Cerberus? - la víctima se cepilla la sangre de la nariz con la manga de su chaqueta.
- ¡Ahora es propiedad de Basmanov! No te atrevas a babear por ella. Esa chica le pertenece ahora. ¿Lo tienes?
- Lo tengo, lo tengo. Pero no tenías que pegarle", gruñe enfadado, poniéndose en pie.
El tercer hombre grande intenta contener una carcajada.
- Moriría por mi jefe, pero no insultaría su nombre.
Vaya.
¿Quién es el gran hombre de allí?
Es un hombre grande.
- ¿Cómo te llamas? - El idiota llamado Cerberus me está hablando.
El canalla se rió de forma intimidatoria.
- ¿O disfrutas mostrando tus muslos?
- Muy bien, muy bien. Me voy a vestir. Sólo ponme de pie. Y por favor, explique lo que mi Illya ha hecho.
El matón me devuelve la palabra contestando:
- Y tú no estás involucrado, ¿verdad?
- No, no sé nada en absoluto", dije, sollozando.
- ¡Qué broma! Tu Ilya le debe dinero a nuestro jefe, mucho, pero se negó a pagar, así que le dieron un puñetazo en la calabaza, y luego logró escapar. Dos veces. El jefe se enfadó y ordenó que no se le perdonara, pero entonces apareciste tú de repente, así que pensé que podrías saldar la deuda.
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