Milena pensó que Emmanuel volvía a darle órdenes y apretó los dientes, molesta.
No podía negarse al cambio, ya que los técnicos lo habían debatido durante la reunión y habían comprobado que la modificación podía llevarse a cabo.
A pesar de sentirse como si estuviera trabajando para Emmanuel, tuvo que aceptar el diseño y asintió en silencio con las mejillas infladas.
—Gracias por hoy. Adiós.
Después de terminar su trabajo, Emmanuel se fue con Letizia.
—¡Que te jodan, cabrón! Espera. Pronto me vengaré. —Milena juró con rabia.
Ella seguía pensando que Emmanuel era sólo un tercero que recibiría una comisión al finalizar el proyecto.
Por otra parte, su puesto de supervisora de proyectos significaba que no sólo recibiría una bonificación por la finalización del proyecto, sino que también lo utilizaría como trampolín para seguir avanzando en su carrera. Dadas las circunstancias, Emmanuel no era rival para ella.
«Estoy impaciente por darle la vuelta a la tortilla cuando el proyecto llegue a su fin».
Para su sorpresa, sintió que el pendrive se le escapaba de las manos al apretarlo con demasiada fuerza, y cayó dentro de una taza.
—¡Ah! ¡Mierda, estoy condenada!
Milena lo sacó de inmediato y lo conectó a su portátil. Por desgracia, ya no se podía utilizar.
«Mierda. Con el proyecto a punto de terminar, no es el momento ideal para causar problemas. Sin embargo, no quiero pedirle a Emmanuel otra copia del diseño original, ya que es probable que encuentre algún fallo en mí y acabe contándoselo al señor Soto, lo que podría suponer una reprimenda o una deducción de mi bonificación. Mi mejor opción parece ser dibujar el diseño según lo que parece. De este modo, puedo seguir haciendo el trabajo».
Como supervisora del proyecto, Milena tenía las aptitudes necesarias para llegar tan lejos. De ahí que decidiera ir a por todas para conseguir una prima, un ascenso y un aumento de sueldo.
Durante la reunión, Emmanuel mostró a todos el diseño del logotipo. Milena recuperó la grabación de la reunión y tomó una captura de pantalla del logotipo.
Después, se quedó despierta toda la noche para dibujar la versión electrónica del logotipo y enviarla al departamento de ingeniería. Acabó con ojeras debido a su esfuerzo.
Todo siguió como la seda, pero Milena seguía despreciando a Emmanuel por esto.
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