¿Tuvimos un hijo romance Capítulo 330

Capítulo 330

-Mami, čcuando vendrá el señor Palomares a comer con nosotros? iLo extraño mucho! -dijo Alejandro, quien estaba en la cama y se rehusaba a dormir porque quería ver a Elias de nuevo.

Anastasia estaba sentada frente a su cama, y, al observar su expresión de anhelo, no quería darle falsas esperanzas porque temía que Elías volviera a dejarlos algún dia. A pesar de que los rumores con Alma eran falsos, Anastasia no tenia la seguridad de que no se volverían realidad con la próxima mujer que Elías conociera.

-Alejandro, puedes extrañarlo, pero ¿puedes extrañarlo en tu mente?

El niño no contesto. En lugar de eso, observó a Anastasia con sus ojos grandes y claros antes de preguntar:

– Mami, ctú lo extrañas?

Era imposible que Anastasia pudiera mentir mientras miraba los ojos inocentes de su hijo, así que asintió y confesó:

-Sí, lo extraño también.

-Entonces, ¿puedes conquistarlo, mami? iPodemos estar juntos siempre si te casas con él! – alentó el niño mientras soltaba una risita traviesa.

«iMi hijo se está preocupando por esto por mi!» pensó Anastasia mientras que sus mejillas se sonrojaban. Luego, extendió su mano para acariciarlo en la cabeza y dijo:

– Los asuntos de adultos son para adultos. Tú estás muy joven para preocuparte sobre esto. ¡Ya es hora de dormir!

Alejandro no tuvo opción más que cerrar sus ojos de forma obediente. Mientras Anastasia observaba su rostro, su corazón comenzó a acelerarse cuando se dio cuenta de lo mucho que Alejandro se parecía a Elias con cada día que pasaba.

«¿Qué es lo que está sucediendo?» penso.

Cada línea y sombra en el rostro de Alejandro se parecía al de Elías, pero en tamaño pequeño. Era como si fueran padre e hijo.

Luego de asegurarse de que había cubierto bien a Alejandro con una manta, Anastasia regresó a su habitación y pasó la noche tranquila dejando que los pensamientos pasaran por su mente clara. De pronto, comenzó a sentir un cosquilleo en todo su cuerpo al recordar cómo había vomitado encima de ella misma y de Elías, además de que había dejado de que él la bañara.

«¿Cómo pude dejar que un hombre adulto me bañara?

Al pensar en ello, Anastasia se sintió tan avergonzada que parecía que toda su cabeza se había puesto roja.

El lunes llegó después de un largo fin de semana. Anastasia fue a la escuela de Alejandro y conversó con su maestra después de dejarlo en su salón. De acuerdo con ella, Alejandro era un niño amable y maduro. No solo no temía a estar en un nuevo ambiente, sino que también había demostrado ser muy inteligente y les agradaba a todos los niños de su clase. Anastasia sintió alivio al escuchar las palabras de la maestra y estaba muy feliz de que su hijo tuviera tan buena personalidad como para agradarle a las demás personas.

Después de visitar el jardín de niños, Anastasia se dirigió al trabajo. Después de entrar al Departamento de Diseño, se dirigió a la oficina de Fernanda. Ella recién había llegado y cuando vio a Anastasia entrar, bajó la taza de café que tenía en su mano para preguntarle con una sonrisa:

-¿Cómo estuvo tu sábado por la noche?

Anastasia sintió que su rostro comenzó a arder en cuanto escuchó eso.

-Ni siquiera lo menciones, Fernanda -se quejó.

Fernanda se dio cuenta de que su relación había vuelto a la normalidad cuando vio la manera en la que Anastasia se estaba comportando y no pudo evitar sentirse feliz por su amiga.

-A decir verdad, siempre tuve un presentimiento de que el presidente Palomares no es alguien que cambiaría sus sentimientos tan fácilmente. Deberías confiar en él.

Anastasia no podía responder nada sobre ello. Después de todo, se trataba del castigo de Elías. A pesar de que parecía una broma terrible ahora que lo pensaba, era un hecho de que había estado miserable debido al incidente. Se sentía como una mujer patética que habían abandonado.

– Fernanda – le llamó Anastasia con sinceridad-. Gracias por cuidarme y protegerme todo este tiempo.

– Me gusta ser amiga de personas genuinas -elogio Fernanda.

Al escuchar eso, Anastasia sonrió con los labios apretados y dijo:

-Gracias. No dudes en decirme si necesitas ayuda con lo que sea.

– iClaro! Solo no te olvides de mí cuando te conviertas en la jefa del Grupo Palomares-bromeó Fernanda.

Las mejillas de Anastasia se sonrojaron de nuevo y se sujetó la cabeza mientras se reía.

-Deja de vacilarme, Fernanda. No puedes bromear con esas cosas.

Fernanda ignoró las palabras de Anastasia y continuó bromeando con ella, pues tenía un fuerte presentimiento de que sus palabras se volverían realidad al final.

-¿Por qué no? Puede suceder algún día. Tengo que construir una buena relación contigo antes de que ese día llegue.

En ese momento, el asistente de Fernanda tocó la puerta. Llevaba todo un saco de documentos

en sus manos mientras entraba y dijo:

-Fernanda, todos estos documentos necesitan de tu firma antes de las 10:00 am.

Anastasia no quería seguir interrumpiéndola, así que se dirigió a la entrada y regresó a su oficina Mientras Gabriela le servía una taza de café, Anastasia abrió un documento que habia usado para guardar sus bocetos. Al parecer, la inspiración que había perdido en los últimos dos dias había regresado a ella en ese instante. Hizo que su corazón se enfriara. Estaba aterrada de como se sintió al pensar que había perdido su inspiración, pues sus habilidades y su creatividad le hacían ganarse la vida.

 

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