¿Tuvimos un hijo romance Capítulo 354

Capítulo 354

Anastasia estaba casi muriendo de la vergüenza, mientras que enterraba su cara en sus manos, pero ahora que todo era de conocimiento público, ella no tenía más opción que acceder a la realidad. Justo después, sonó el teléfono, lo tomó, miró el identificador de llamadas y se apenó al ver que se trataba de Miguel, por lo que se puso demasiado nerviosa por contestarla.

Contéstala-animó Fernanda antes de irse y darle algo de privacidad, a lo que Anastasia respiro profundo y después respondió.

– Hola.

-Mi bella señorita Torres, así que, en efecto, ime dejaste por mi primo!

Por favor, deja de molestarme con eso

suplicó ella exasperada.

-¿Quién hubiera pensado que el iceberg caminante de mi primo podía ser tan apasionado como cuando está contigo?-dijo Miguel, soltando una risa.

Miguel-advirtió ella.

Está bien, está bien, ya paro. Solo llamé para felicitarlos a ambos y en verdad estoy feliz por ustedes; no hubiera dejado que ningún hombre, que no fuera Elías, estuviera a tu lado señaló de manera juguetona.

Gracias -dijo ella, en seguida le dijo algo llena de pánico-. Oye, no le enseñaste las fotos a Alejandro, ¿verdad?

– Las fotografías son algo prohibidas para menores de 13 años, así que por supuesto que no se las mostré -respondió de forma realista, ocasionando que Anastasia se pusiera roja.

-iNo le puedes mostrar esas fotos jamás!

Lo sé y no lo haré. Me dijo que quería quedarse en mi casa, así que pasaré por él en la tarde y lo llevaré conmigo. De esa manera, tú y Elías pueden tener un poco de tiempo de calidad bien merecido.

No quiero abusar de tu amabilidad, Miguel -dijo sintiéndose mal por dejar encargado a Miguel con el trabajo de cuidar a su hijo.

Para nada, tú sabes cuanto adoro a ese niño: ime ilumina el día como nadie! -exclamó Miguel, quien ya trataba a Alejandro como a su propio sobrino.

Está bien, pues. Gracias por ofrecerte, Miguel-contestó Anastasia y sintió que le estaba pidiendo mucho, pero nada importaba más que la felicidad de Alejandro.

No hay necesidad de agradecerme. iSolo ve y captura el corazón de mi primo antes de que otra damisela llegue y lo seduzca! Es un tipo codiciado, isabes? comentó Miguel a modo de broma y colgó la llamada

En breve, Anastasia levantó su barbilla con una mano; no podía concentrarse en el trabajo, así que sostuvo su teléfono y desplazó su dedo por las fotos antes de sonrojarse. Sabía que eran tomas espontáneas, pero aún no podía creer que Elías luciera bien de todos los ángulos y estaba nerviosa de ver cómo su cara se iluminaba cuando se estaban besando.

Se ve como si estuviera disfrutando demasiado el beso».

Ella desplazó su dedo de nuevo, pero ahora para leer la sección de comentarios donde los internautas estallaron en frenesí; sin duda alguna, ella se había vuelto el objeto de envidia de todos, al mismo tiempo que las mujeres, con el corazón roto, anunciaban que se querían morir después de leer las noticias. Incluso algunas fueron demasiado lejos al referirse a Elias como su esposo, aunque eso era más cómico que nada.

No sabía que tenía decenas de miles de admiradores, reflexionó Anastasia.

Se le escapó una risa al tener ese pensamiento, pues la vida no tendría sentido si no pudiera apreciar el humor de la situación; cuando cayó la tarde, Elias la llamó y le sugirió que fueran a comer. Ella no lo rechazó y luego ambos se encaminaron al restaurante que se encontraba al lado del corporativo Palomares y de la oficina de él; dado que ella no estaba de humor para trabajar, decidió seguirle la corriente. Ella se encontró a sí misma parada en el edificio de la compañía, el cual era un punto de referencia en la central de negocios de Avernia, el cual también era conocido como el edificio de todos los edificios del área. Esta era la primera vez que Anastasia pasaba por la oficina de Elías en el Corporativo Palomares, como era de esperarse, tenia una vista preciosa del horizonte y decoraciones masculinas. Daba la ilusión de que fue construido sobre las nubes cuando en realidad nada más se trataba de la cumbre de un edificio; ella tenia la sensación de que seguiria brillante y soleado, incluso aunque una tormenta estuviese cayendo sobre la ciudad.

-¿Te gusta la vista?-murmuró Elias, mientras que envolvía sus brazos alrededor de la cintura de ella por detrás.

Si contestó con gentileza y asintiendo.

Puedes pasar por aquí cuando quieras, para tomar un café y disfrutar del paisaje-ofreció con una voz ronca. Ella sintió algo seco y frío presionando la parte trasera de su oreja; Elias había plantado unos besos ahí y ella de inmediato se escapó de su agarre y se quejó.

-¿Tienes la costumbre de besar gente en los lugares más aleatorios de todos los tiempos?

– No, nada más me acostumbre a besarte a ti, sea aleatorio o no corrigió él, poniéndose derecho y mirándola de manera solemne, ocasionando que ella sintiera nervios en el corazón, pero en ese momento, escuchó sonar un teléfono.

Ve, contesta la llamada -apresuró ella, por lo que el regresó al escritorio y agarró el teléfono.

Es mi abuela, es probable que haya visto las fotos.

No le digas que estoy aqui -susurro Anastasia después de apresurar a poner su dedo contra sus labios para callarlo. Elias levantó una ceja de forma divertida y al ver la mirada ansiosa en la cara de ella, respondió la llamada y activó el altavoz.

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Hola, abuela.

Elias! contestó Eva encantada por el otro lado de la línea, mientras que su voz llenaba la espaciosa oficina-.¿Es verdad? No estoy soñando, io sí? ¿Anastasia y tú están saliendo de forma oficial?

 

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