¿Tuvimos un hijo romance Capítulo 369

Capítulo 369

En toda su vida, jamás lo habian tratado así.

Anastasia sintió una mezcla de emociones crecer dentro de ella y dijo de repente:

-Elias, no hay que vernos nunca más. iOlvidemos todo lo que pasó entre nosotros! A partir de este momento, vivamos como dos extranos.

Esa ultima oración dio justo en su corazón.

– ¿Por qué deberíamos volvernos extraños? Quiero casarme contigo, que seas mi esposa, no les faltara nada a Alejandro ni a ti, seremos una familia completa -respondió Elias entre dientes, sus palabras eran incuestionables.

-¿Quieres saber qué fue lo que me dijo Raúl? Bien, te lo diré ahora mismo. Para salvarte en aquel entonces, tu abuela llamó al alcalde y lo amenazó, dijo que, si no salvaban a su nieto, provocaria que la bolsa de valores de todo el país se desplomará, por lo que se crearía un desastre financiero -explicó Anastasia, con los ojos enrojecidos, luego hizo una pequeña pausa y continuo-, por eso, el alcalde ordenó a la policía que sin importar qué, tenían que rescatarte, aunque eso significara acabar con la vida de algunos de sus agentes. Asi de fácil fue como perdi a mi madre.

Las lágrimas caían por sus ojos mientras hablaba, sin embargo, eso no le impidió ver a Elias con resentimiento.

– Mi madre no habría muerto si no hubiera ido a salvarte, por tu culpa es que la perdí.

Elías la observaba llorar mientras sentía un ardor que crecia en su interior, esa era la primera vez que escuchaba que su abuela había amenazado al alcalde; para salvarlo, la mujer había tomado una fuerte decision, lo que también explicaba porque su abuela estaba tan decidida a convertir a Anastasia en su nuera, pues debía estar arrepentida.

-Lo siento mucho… -Al verla llorar, Elías sintió pena por ella, pero sabía que no podía decir nada más, aunque deseaba con todo su ser poder envolverla entre sus brazos y secar sus lágrimas. Sin embargo, ya había perdido todo derecho a hacerlo.

Luego de tomar un fuerte respiro, Anastasia levantó la mirada y un poco más tranquila, agregó:

-No quiero volver a verte, ni a tu familia, tampoco quiero que estemos en contacto.

De repente, se habría creado una brecha interminable entre los dos, ni la cantidad más grande de dinero o de sentimientos, podría llenar ese espacio; tal vez, ni siquiera desapareceria en esta vida.

-Quisiera disculparme contigo y con tu familia, en nombre de la mia -dijo Elías con los ojos lleno de un dolor indescriptible.

Al darse la vuelta, Anastasia se secó las lágrimas y respondió:

-Está bien, solo tienes que irte.

A lo que Elias respondió:

-Si tanto odias verme, prometo que no volveré a aparecer frente a ti.

A lo que Anastasia respondió con firmeza:

– Espero que cumplas esa promesa. -Sus palabras eran duras.

-Cuidate, Anastasia. – La mirada del hombre en ese momento, era lo más parecido que habia, a un animal que había sido gravemente herido y que sufría en silencio.

Sin más, el hombre se fue, justo como ella quería.

De repente, Anastasia sintió que se había quedado sin fuerzas y agachada en el suelo, dejó que una vez más sus lágrimas rodaran por sus mejillas; le dolía tanto el corazón que hasta se le dificultaba respirar. Luego de permanecer un rato afuera para calmarse, regresó a su casa, fingio estar de excelente humor y se encontro con su hijo sentado en el sofá viendo televisión.

– Alejandro, ¿quieres que te haga alitas de pollo?

– iSi! Mami, cya se fue el señor Palomares?

-Sip, ya se fue-respondió.

Después de contestarle a su hijo, se dirigió a la cocina y empezó a cocinar; mientras picaba los ingredientes con total distracción, se lastimó un dedo. Para su fortuna había sido un corte pequeño y solo sacudió la cabeza para recordarse que debía atender a Alejandro.

A la mañana siguiente, Anastasia recibió una llamada de su padre diciendo que iria a casa para cenar con ellos. Cuando Franco llegó, trajo consigo un montón de juguetes para su nieto, al fin y al cabo, lo adoraba; mientras se sentaba en el sofá, el hombre sonreía satisfecho.

– Alejandro por fin tendrá una familia completa.

Anastasia, quien estaba limpiando la mesa, se detuvo de repente y tras levantar la mirada, le dijo a su padre:

– Papá, terminé mi relación con Elías.

– iQue?! Por que terminaron! – La noticia lo habia tomado por sorpresa.

– Simplemente no estamos hecho el uno para el otro, yo ni siquiera soy lo suficientemente buena para el — dijo Anastasia, inventando una excusa al azar.

El padre no parecia estar convencido y preguntó:

-¿A qué te refieres con que no eres lo suficientemente buena para él? ¿Te desprecia porque tienes un hijo?

 

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