—¿Escuchó eso, señor Heredia? ¿Cómo puede haber una estudiante así en el Colegio Secundario Principal de Jujuy? Es demasiado arrogante y simplemente autoritaria.
Selena estaba tan enojada que se incorporó del sofá con un salto.
—¿Sabe la clase de criatura que es su hija? —Sofía estaba bastante molesta con la actitud agresiva.
—¿Cómo te atreves? Señor Heredia, si no puede hacerse cargo de esto, llame al director para que venga.
Selena sabía que Andrés estaba muy ocupado y que no tenía tiempo para encargarse de esos asuntos, pero ya estaba tan enojada que ya no podía esperar más.
—Señora Zapata, este asunto…
—¿Qué hay con este asunto? Es más que evidente que atacó a mi hija. ¿Todavía sigue firme en querer defenderla? ¿Cuál es su relación con ella, señor Heredia?
Sin otra opción, Darío solo pudo llamar al director.
—Debe darme una explicación hoy, señor Guillén. Mire el pie de mi hija. Si no se puede hacer cargo de este asunto, no tendré opción más que denunciarla. Esto es un delito doloso —demandó Selena en cuanto vio al preceptor, Renato Guillén.
Renato miró a la mujer furiosa y a Sofía, quien no decía nada.
—¿Qué sucedió aquí, señor Heredia? ¿Acaso no es la nueva estudiante? ¿Es recién su primer día y ya creó un gran problema?
—Señor Guillén, es normal que las jóvenes tengan conflictos. Creo que no hay necesidad de actuar de forma desmesurada.
—¿Yo estoy actuando de forma desmesurada? ¿Cómo puede decir eso, señor Heredia?
—Como Sofía tiene la culpa, llame a sus padres para que vengan y se la lleven. —Renato tomó la decisión después de echarle un vistazo al pie de Ivana.
Mientras tanto, en cuanto Isabella vio que alguien se llevaba a Sofía, llamó a Tiago.
—Ven rápido, tío Tiago. Alguien en la escuela me atacó.
Tiago estaba en una reunión cuando recibió la llamada.
—Llama a tu padre.
—Tío Tiago, mi padre se enojará si se entera de esto. Apresúrate y ven.
Isabella estaba al borde de las lágrimas, ya que Sofía solo le había pisado el pie a Ivana para defenderla.
Como sabía cuánto Walter amaba a su nieta, Tiago finalmente dejó el trabajo sin terminar y fue hacia la escuela con Felipe. Una vez allí, Renato llamó a los padres de Sofía e hizo que fueran.
Isabella golpeó la puerta y, después de que le dieron permiso para entrar, lo hizo con rapidez.
—Señor Guillén, este asunto no es culpa de Sofía. Fue Ivana quien me atacó.
Al verla, Renato frunció el ceño de forma inexorable.
—¿Qué sabes, niña? Ivana siempre había sido una buena estudiante con temperamento y notas impecables mientras que Sofía siempre ha tenido mala reputación. ¿Crees que el señor Guillén creerá eso?
—Todo lo que dije es verdad, señor Heredia. Fue realmente culpa de Ivana. —Isabella estaba nerviosa al punto de largarse a llorar cuando vio que no le creían.
Sofía no se imaginó que iría a verla, pero caminó directo hacia ella.
—No te necesitamos aquí, Isabella; regresa.
—No tengas miedo, Sofía; cuentas con mi apoyo.
En verdad, Sofía nunca se imaginó que escucharía tales comentarios de otra joven.
—Mire, señor Guillén. Están complotadas, expúlselas a las dos. Permitir que estudiantes así se queden solo afectará la reputación de esta escuela.
Selena continuaba armando un escándalo de forma irrazonable. Renato no podía averiguar los antecedentes de Isabella, así que no se atrevía a tomar una decisión.
—Señora Zapata, este asunto…
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