Un chico especial (COMPLETO) (BL) romance Capítulo 58

Mis mejillas se sintieron ligeramente calientes, no eran por vergüenza, más bien era por culpa de la ola de calor que fui capaz de sentir tras ver como aquel trajecito de color celeste le quedaba increíblemente sexy, además era de la clase de tela que se traslucía, así que podía ver cuán duros y rozados se encontraban sus pezones, por otro lado, ahora entiendo por qué se demoró tras buscar una serie de juguetes junto a un par de condones.

Yo iba a enviarle un mensaje asegurándole que me encantaba lo que estaba observando, pero me llegó un video que abrí tras bajarle todo el volumen a mi teléfono, no quería que nadie se diera cuenta de que mi amado esposo se grabó gateando hacia la cámara para tomar su móvil y se recostó en la cama, abrió de forma "tímida" sus piernas antes de llevar su mano dentro de su ropa interior.

–Uh...– solté manteniendo mi respiración.

Mi entrepierna pronto se agitó dentro de mi ropa interior, miré a mi alrededor antes de sentirme un completo pervertido por abrir el chat de mi esposo, sin embargo, me llegó otro video en donde deseé escucharlo con mis audífonos al nada más ver a simple vista lo que me esperaba.

Como todos miraban en dirección a la pantalla en donde se estaba proyectando toda la información de los gastos de la empresa, yo me atreví a sacar uno de mis audífonos inalámbricos para seguido reproducir el video, eventualmente valía la pena arriesgarme a ser descubierto, técnicamente estoy viendo porno, sólo que es pornografía exclusiva que fue grabada para mí, además que no es como las otras pornografías que he visto, esta es una persona jugando con su cuerpo.

El video era de Kim jugueteando con un vibrador, no lo acercó a su entrepierna, esta vez estaba jugando con sus pezones mientras suspiraba cerca del micrófono, además dentro del video casi al final me decía "Las reuniones son tan divertidas"

–Eres un pervertido, mi amor– le escribí.

A Kim no le bastaba con enviarme un video, por ello me llamó por videollamada enseñándome que más hacía mientras que yo estaba en esta aburrida reunión, fue una tortura para mí ver como se acercaba a un trípode en donde lo puso cerca de la cama, este trípode apuntaba directamente a la cama por ello pude ver como regresaba a la cama y se ponía en cuatro con tal de dejarme ver que su ropa interior era de la clase que por detrás sólo era un hilo de aquellos que le quedan increíblemente sexy.

Kim movió un poco su trasero antes de ponerle lubricante a uno de sus juguetes preguntándome que número deseaba, por ello de forma discreta le mostré cuatro dedos, este enseguida sonrió acercando el vibrador a su entrada y lo introdujo dentro de él poniéndolo al nivel que yo deseaba.

Mi entrepierna estaba reaccionando a lo que veía, por ello tras ver como se tocaba a medida que suspiraba mi nombre me hizo desear irme, quería regresar cuanto antes a mi casa para jugar con él, sin embargo, se supone que ya estamos terminando o al menos eso creo.

–nnngh... mi amor– gimió acercando la cámara, ahora apuntaba directamente su entrada que se humedecía por culpa del vibrador.

–Señores, atención en esta parte, en este mes hubo un alza de gastos– miré la pantalla un instante antes de regresar mis ojos a la pantalla de mi móvil.

–Joder...– se quejó Kim– ¿No te puedes escapar? –me preguntó temblando de placer– mi interior te necesita– me aseguraba en un tono coqueto.

–S-Señores– dije casi en un suspiro– debo retirarme– Kim soltó unas risitas– me surgieron inconvenientes en otra empresa.

–Claro, nosotros nos encargamos, jefe– dijo uno de mis ejecutivos.

–Más bien, deberías decir "Quiero follar con mi esposo" –me decía Kim feliz por la idea de conseguir lo que desde un principio buscaba.

Yo no finalicé la llamada, de hecho, caminé con mi móvil en mis manos hasta el estacionamiento en donde dejé mi auto, este parecía feliz, de hecho, se puso boca abajo en la cama mientras yo acomodaba mi móvil en uno de los soportes que tiene, así podía verlo y él me veía conducir.

Lo único malo es que me distraía, él decía cosas como "Apresúrese Jefe, el vibrador me está matando" mientras se frotaba contra la cama, sus mejillas estaban sonrojadas, se veía realmente lindo, algo que me provocaba aún más, además hacía soniditos tan obscenos que llegado a un punto era imposible no tomar el volante con una mano mientras que con la otra masajeaba mi erección, me sentía realmente agobiado, mi entrepierna me molestaba muchísimo, tenía muchas ganas de sacar mi erección para tocarme adecuadamente, sin embargo, estoy conduciendo, a lo mucho puedo masajear un poco mientras intento no volverme loco.

–Bebé– dijo con una sonrisa– te amo– me aseguró viéndome con ternura mientras se mordía el labio inferior para no suspirar– y no lo digo porque esté caliente– agregó riendo.

–¿A no? –pregunté sonriendo.

–No, en realidad, me gustas muchísimo, te ves tan sexy, además tu mirada deseosa me encanta– miré un instante la pantalla de mi móvil notando como parecía embobado– ¿sabes? Fuiste el mejor regalo de cumpleaños que pude haber recibido– no pude evitar sonreír recordando la primera vez que nos conocimos.

–Mi amor, me vas a sonrojar– dije un poco avergonzado, pero al mismo tiempo estaba bromeando.

–¡Te amo, bombón! –gritó haciéndome reír– te quiero dar hasta para llevar– reí aún más ¿Qué habrá bebido mi esposo? Aún es muy temprano para beber, pero algo debió de tomar para que se comporte de esa forma.

Por suerte llegué en el momento adecuado, es por ello que finalicé la llamada y casi corriendo me bajé del auto para correr hasta nuestra habitación en donde él se encontraba esperándome, yo no pude evitar arrojarme encima mientras que Kim me envolvía con sus brazos esperando a que en esta oportunidad no me volviera a ir, así que entre apasionados besos nos dejamos llevar por el deseo.

Él estaba dispuesto a todo, se entregaba a mí como nunca antes lo había hecho y me recorría con sus delicadas manos que no podían contener el deseo por llegar a más, es por ello que me fue desnudando casi como si le fuera la vida en ello con tal de tenerme completamente a su merced.

El roce de mi cuerpo contra el suyo se sentía bien, me encanta como sus manos se deslizan por mi espalda deseando abrazarme mientras me besa, sus besos son tiernos, él parece tan feliz, no puedo evitar cortar el beso para verlo directamente a los ojos, Kim estaba desbordando de felicidad y tras preguntar me aseguró que yo era el motivo de esa felicidad, algo que sin duda consiguió acelerar mi corazón.

Yo estoy completamente enamorado de él, lo estoy desde mucho antes de que él se enamorara de mí, por ello el hecho de saber que soy parte fundamental de su felicidad me llena de orgullo y alegría, estoy tan feliz de poder estar con él, me encanta que me abra sus piernas como si fuera un chico fácil, pero solamente se comporta de esa forma conmigo, sólo conmigo actúa de esta forma tan perversa, sólo conmigo sonríe con malicia a medida que retira el vibrador para tenerme dentro de él.

Lo mejor es que, solamente yo podré ver cuán pervertido puede llegar a ser, de todas formas, hicimos una promesa de fidelidad, es decir, que desde ahora seré el único hombre de su vida, el único que se introducirá por su caliente, mojado y estrecho interior con el cual absorbe todos los centímetros de los cuales estoy dotado.

Sólo yo puedo ver como sus ojos se encienden, sólo yo puedo ver como tiembla de placer a pesar de yo mantenerme quieto esperando a que se relaje, básicamente, yo soy el único dueño de cada uno de sus lascivos comportamientos, además de sus orgasmos que lo logran mantener muy apegado a mi cuerpo en busca de más.

No puede evitar acercarme a su oído, quería decirle cuanto lo amaba a medida que me iba moviendo lentamente, este enredó sus piernas alrededor de mis caderas diciendo un "Más" con aquella acción, es por ello que los movimientos lentos se transformaron en estocadas duras que lo lograban estremecer.

–¡ah...! ¡nnngh...! ¡ah...! –gimió en busca de mis labios.

Él me tenía prácticamente apegado a su cuerpo, pero no era suficiente, por ello buscaba mis labios con tal de tenerme completamente entrelazado a su cuerpo quien se humedecía con cada estocada que le brindaba. Su cuerpo, su mirada, su voz, su forma de respirar, sus gemidos, incluso el color de sus mejillas me encanta, no puedo evitar sentirme el hombre más afortunado del mundo, encontré al amor de mi vida, ahora depende de mí no volver a perderlo.

–nngh... ahí... ahí se siente increíble– me decía sobre mis labios– ¡ah...! –me acerqué a su cuello deseando besarlo.

Mi vientre era capaz de sentir un magnífico cosquilleo que únicamente él me hace sentir, quiero hacerlo todo el día, en todas las posiciones posibles, quiero encontrar cada uno de sus puntos sensibles y hacerlo temblar de placer.

Kim se suele poner más sensible cuando juego con sus pezones, es por ello que con mi boca chupaba a uno de ellos, mientras que con mi mano derecha buscaba el vibrador con tal de tomarlo y deslizarlo por su entrepierna, algo que lo logró estremecer, sobre todo si lo hacía vibrar en la punta de su pene.

Estaba tocando cada uno de sus puntos sensibles, Kim tiene tres; por un lado, están sus pezones, por el otro su entrepierna y finalmente está su interior en donde puedo frotar mi erección haciéndonos sentir increíblemente bien a ambos.

–ah... que delicia...– suspiré sintiendo como pronto se correría.

–nnngh... ¡nnnnh...! –gemía con la respiración acelerada– ¡oh cielos!

No pude evitar sonreír tras verlo temblar de placer, sobre todo cuando se corrió, aunque eso no significa que haya dejado de tocarlo, de hecho, que se haya corrido sólo me incitaba a tocarlo más, quería tenerlo jadeando, sudado, temblando y completamente excitado, de todas formas, provocarme tiene consecuencias, él debería saber perfectamente la clase de consecuencias que tendrán todas estas acciones.

Lo mejor es que cambiamos de posición, ambos nos mantenemos de rodilla en la cama mientras que son sus caderas las que se mueven, se siente más apretado, algo que me mantiene excitado, además la forma en la que mueve sus caderas hacia adelante y hacia atrás mientras busca sostenerse de mi cuerpo, es increíblemente sexy.

–¡ah...! ¡ah...! –se puso en cuatro, aunque eso no significa que haya detenido sus movimientos– nnngh... que rico... ser tu esposo me encanta... ¡ah...! Sobre todo, por lo enorme que es...– reí.

–¿Sólo me quieres por mi pene? –pregunté divertido.

–¡Oh sí! –lo nalgueé sintiéndome ofendido– esta delicia no puede ser de nadie más.

–Pervertido...– suspiré, Kim lo estaba moviendo realmente bien– que rico lo mueves, mi amor...– dije con la voz entrecortada.

–nnngh... es porque... ah...–suspiró– se siente muy rico...

Kim estaba ardiendo, su interior se sentía demasiado caliente, algo que logró encender cada músculo de mi cuerpo, es por ello que desesperado lo giré, puse sus piernas en mis hombros y fui dándole estocadas profundas, de esta forma podía ver como su expresión orgásmica decoraba su rostro, además cuando se corrió por segunda vez, mi corrida lo acompañó, sólo que lo nuestro no quedó allí, de hecho, mi primera corrida sólo era el inicio de muchas más.

Ambos somos jóvenes, debemos aprovechar que ahora mismo tenemos energías para hacer el amor todo el día, aunque claro, si envejezco y mi pene ya no funciona, juro que haré algo al respecto, ni siendo ancianos se salvará de ser mío. Lo prometo.

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