Un esposo para Elizabeth (COMPLETO) romance Capítulo 12

Narra Elizabeth.

Se cortó la electricidad de la casa y al ver todo oscuro me empecé a desesperar, tomé mi móvil para encender la linterna, pero para mi mala suerte el móvil se cayó al piso y ahora sí que me sentía nerviosa desesperada y con mucho miedo, nunca me ha gustado la oscuridad y esto me trae malos recuerdos porque las veces que mi tía quería castigarme me encerraba en un cuarto oscuro en el sótano de la casa dejándome hay por días.

Me tiré a la cama haciendo mi cuerpo un ovillo escuché pasos en la habitación en la que estoy, pero pensé que eso era producto del miedo que siento y me puse las dos manos en los oídos para no escuchar nada y esperar hasta que unos de los empleados arreglen la electricidad de la casa.

Narra Gregory.

Le pedí a Ismael que cortara un momento la electricidad de la casa para poder entrar sin ser visto.

Al subir a la habitación que entró Elizabeth me la encontré acostada temblando en posición fetal tapando sus oídos, me acosté a su lado sujetándola por la cintura Atrayéndola hacia mí.

—Gracias Melissa eres la mejor — me dijo relajando su cuerpo y dejando de temblar.

Al parecer ella piensa que es la mariposa de mi hermano quien la está abrazando así que me quedé callado disfrutando de la suavidad de su piel y del rico olor que emana su cuerpo.

Narra Elizabeth.

Melissa huele muy rico esta noche su perfume me tranquiliza me siento segura entre sus brazos y siento su aliento mentolado sobre mi piel haciendo que me dé escalofríos.

—¿Meli tú eres gay verdad? — le pregunté a mi amiga algo obvio, pero no sé por qué sentí la dureza de su miembro chocando contra mi trasero

Se quedó en silencio apretándome más a ella y en ese momento la electricidad de la casa volvió así que traté de darme la vuelta para ver porque Meli no me respondía.

Pero me sorprendí encontrando aún hombre desconocido en su lugar sentí temor y terror preguntándome qué hacía este hombre en mi cama

—Suéltame — le pedí muy seria al tipo desconocido que estaba acostado abrazándome.

Si no quiero, que harás niña malcriada me respondió sonriendo y yo no dejaba de mirar sus hermosos labios.

El no obedeció mi petición y eso empezaba a preocuparme más la lujuria que esté hombre provocaba en mí me asustaba más a qué fuera un ratero.

—¿NO ESCUCHASTE IMBÉCIL? ¡QUE ME SUELTES TE DIJE! — le grité

—Te dije que, si de esa hermosa y sexy boquita volvía a salir otro insulto, yo te la cerraría a mi modo — dice el desconocido parándose de mi cama y ahora que lo veo bien este hombre es demasiado guapo tanto que parece un dios griego tan hermoso como un Adonis y si él está magnífico con ropa puesta ya me lo imagino sin ella.

¡¡Elizabeth por Dios concéntrate que este hombre podría ser un asesino!! Pensé mirando su vestimenta él no parecía ser un ladronzuelo, su ropa se veía bastante cara, más bien creo que es un asesino contratado por Edward para poder quedarse con mi dinero.

¡¡Viudo, joven y millonario esa sería una opción muy tentadora!!

—Mm, mire señor asesino hoy estoy un poquito tomada y sería un pecado morir ebria, así que venga mañana a terminar su trabajo — le dije poniéndome de pie, sentí que todo daba vuelta y él se me quedó viendo, empezó a reír a carcajadas y su risa me pareció sensual y contagiosa que no supe en qué momento empecé a reír junto con él.

¡¡Juro que no volveré a beber más estoy haciendo el ridículo!! Pensé dejando de reír, pero mi cuerpo me pedía a gritos volver a sentir el calor del cuerpo del hombre que está a mi lado, esto era una sensación desconocida para mí porque nunca he recibido este tipo de afecto no he experimentado vivencias sexuales más que la vez que fui violada por Edward y eso no me hizo sentir más que dolor, pero esta vez era diferente este hombre me hacía querer besarlo sentía mi cuerpo poseído por una persona diferente a la que soy.

¡¡Pero no soy una mujer fácil, no dejaré que mi cuerpo domine a mi cerebro¡! Pensé tratando de controlar la lujuria que me hacía sentir este hombre.

—Hablando en serio señor desconocido quiero que se largue de mi casa ya es muy tarde y quiero dormir — le dije mostrándole la salida y él empezó a negar con la cabeza.

—Veo que te gustó mi regalo y los mensajes también —dijo tomando la botella del vino en la mano y sonriendo.

—Tu mal parido eres el acosador — le dije caminando hasta él para darle en el pecho con los puños cerrados, pero siento que voy pisando hondo como si en cada paso que doy el piso se hundiera.

—No pruebes mi paciencia te dije que mantuvieras esa boquita hermosa cerrada —dice agarrando mis brazos para que no lo siga golpeando.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Un esposo para Elizabeth (COMPLETO)