Un esposo para Elizabeth (COMPLETO) romance Capítulo 24

Narrador.

El padre de Gregory seguía apuntando a Elizabeth con su pistola.

—¡¡Padre baja esa mierda!! —exclamó Gregory asustado.

Era la primera vez que Gregory sentía miedo él nunca había conocido ese sentimiento y hoy lo conoció al ver a su padre apuntando directamente a la cabeza de Elizabeth y es que Gregory sabía que a su padre no le temblaría el pulso para matar a Elizabeth, él fue su mejor maestro de su padre aprendió a ser un hombre frío y cruel.

—Padre por favor — gritó Gregory y eso se escuchó como un ruego, actitud que a todos los presentes le causó intriga.

¡¡El gran dragón rogando por una mujer!! Pensaron la mayoría incluido su padre quien guardó su pistola aún sin comprender el porqué de su hijo al rogarle delante de todos por una mujer.

¿Por qué mostró debilidad? Se preguntaba sintiéndose furioso con su hijo.

Esta era la primera vez que Gregory hacía algo que fue contra la voluntad de su padre.

—Dulzura estás bien —Melissa interrumpió en la sala de reuniones y todos los jefes miraron a Melissa con asombro pues nunca esperaron que el gran líder perdonaría a su oveja descarriada, y lo que más le sorprendió fue ver cómo este abrazó a Elizabeth.

¡¡al fin ya dejó de ser homosexual!!

—QUÉ HACE ESA COSA EN MI CASA — gritó airado el padre de Gregory mientras señalaba a Melissa con su dedo acusatorio.

—Padre no es momento —dijo Gregory tratando de apaciguar los ánimos.

—He dicho que no quiero pajarraco bajo mi techo — comentó su padre con repugnancia.

—SALGAN DE AQUÍ — le gritó Gregory furioso a los jefes quienes estaban disfrutando del espectáculo familiar, despavoridos se pararon de sus asientos y salieron corriendo como cachorros asustados.

Elizabeth miraba a su amiga con preocupación sabiendo que cada palabra que salía de la sucia boca del viejo cruel le causaba dolor a su amiga quien hasta el momento se mantenía callada cosa que a Elizabeth le pareció bastante raro porque su amiga nunca se quedaba callada cuando personas crueles la insultaban.

—¡¡BASTA!! Pedro — gritó Gregory enfadado dándole con el puño cerrado a la mesa, su padre le sorprendió la actitud de su hijo al llamarlo por su nombre — estoy hastiado de que quieras manejar nuestras vidas a tu antojo, tú nos convertiste en lo que somos, deja de juzgar a mi hermano ya basta, padre, ya fue suficiente, no ves el daño que nos has hecho, mírame padre, mira el monstruo que soy, les quitó la vida a las personas sin sentir remordimiento y solo tú eres el culpable de que yo me haya convertido en esta bestia abominable, recriminas a mi hermano por ser homosexual, pero en realidad a quién deberías recriminar es a mí que soy un maldito asesino — Gregory dijo todo eso mirando a su padre a los ojos, y su padre pudo sentir que su hijo lo miraba con reproche.

—Esto es lo que somos los Bianchi con lo que eres has demostrado ser un verdadero Bianchi —le respondió su padre con frialdad.

—Prefiero ser un homosexual sin apellido a llevar un apellido de mierda que sea creado con la sangre de personas inocentes — exclamó Melissa con lágrimas en los ojos.

—Tú no tienes que defenderme de él, tú eres igual que este hombre repugnante no sé qué te ha hecho cambiar de opinión, pero aún no se me olvida el día en el que mataste a tu mejor amigo solo porque nos amábamos y eso nunca te lo perdonaré Gregory Bianchi D'angelo, entendiste ¡¡Nunca!! — Melissa miraba a su hermano con tanto odio que a Gregory le causó dolor al ver el odio que su pequeño hermano sentía por él.

—No eres mejor que esta basura Gregory, por lo menos tu padre me ha menospreciado por ser homosexual, pero tú arrancaste mi corazón el día que mataste a Jesús ese día enterré a mi amado y junto con él enterré mi único hermano, el hermano que no dejó que manchara mis pequeñas manos con la sangre de un hombre cuando apenas tenía 6 años, el hermano que se culpaba cada vez que yo cometía un error para que esa bestia que dice llamarse padre no me azotara hasta sacarme sangre, ese hermano murió hace 5 años — le dijo Melissa llorando a su hermano y a su padre quien no mostraba remordimiento.

Gregory se quedó callado con la mirada perdida recordando su niñez, lo felices que eran él y su hermanito antes de que su padre les dañara el corazón a esos niños inocentes que aún no sabían diferenciar de lo que estaba bien o de lo que estaba mal.

Elizabeth al escuchar todo eso sintió dolor y odio hacia Gregory, se decía así misma que tenía que olvidar a ese monstruo que se había metido muy profundo en su corazón, antes de salir de esa sala le dio una última mirada a Gregory, una mirada cargada de desprecio.

Y se fue sacando a su amiga de esa sala que olía a sangre y a muerte.

Miami florida.

Samantha se agarraba la cabeza sin poder contener el dolor, ella se sentó en la cama sin darse cuenta de que a su lado había un hombre dormido.

Abrió los ojos poco a poco adaptándose a la claridad y se sorprendió al ver que no se encontraba en su habitación, escuchó el suspiro de alguien y giró en su dirección encontrándose con un hombre rubio con el cabello alborotado que lo hacía lucir extremadamente sexy, estaba perdida mirando a ese hombre que le pareció tan hermoso.

¡¡Es bonito!! Pensó mientras observaba el cuerpo desnudo del hombre.

¡¡Vamos Samantha, te acabas de acostar con un desconocido!! Se reclamó molesta porque podía recordar todo lo sucedido y aunque esa noche estaba muy ebria siempre estuvo consciente de que ella tenía más del 50% de la culpa por haberlo besado, y eso la hacía sentir vergüenza con el desconocido imaginándose todo lo que él pensará de ella en el momento que se despierte y pueda recordar todo.

Ella pensó que era mejor irse antes de que este se despertara.

Al pararse de la cama para recoger su ropa y marcharse, sintió que sus piernas no tenían fuerzas para mantenerse de pie, Samantha cayó al suelo despertando a Alex quien corrió a ayudarla y la cargó en sus brazos regresando a la cama.

—¿Quién eres? — preguntó Alex confundido porque vagamente recordaba que anoche le hizo el amor a Elizabeth.

—Yo soy Samantha la chica con la que te acostaste anoche — le respondió Samantha sintiendo vergüenza.

—No, anoche yo le hice el amor a Elizabeth— comentó Alex confundido.

—Yo no soy Elizabeth soy Samantha O'Higgins — le gritó Samantha furiosa.

—¿O’Higgins?—Preguntó Alex pensando que había escuchado mal.

—¡Sí IMBÉCIL!— Exclamó ella más enojada.

¡¡Le entregué mi virginidad a un completo idiota!! Pensó Samantha apretando los dientes.

¡¡Como diablo me pude acostar con él!!

—¿Por casualidad conoces a Edward O’Higgins? — Le volvió a preguntar Alex a Samantha quien estaba hastiada.

¡¡Gregory se parece a ella!! Pensé observando a la señora

—Mamá ¿dónde estabas? — le preguntó mi amiga sollozando.

—Salí a comprar un vestido para la fiesta de cumpleaños de la abuela —le dijo la señora mientras acariciaba la cabeza de mi amiga.

Decidí salir de la habitación para darle la libertad a mi amiga de hablar con su madre, al menos ella podía consolarla, yo debía reconocer que su madre la conoce mejor que yo.

—Con razón mi hijo está tan enamorado, eres una mujer muy guapa —estaba girando la manilla de la puerta para salir y escuché el comentario de la señora el cual llamó mi atención y me giré para ver si ella me hablaba a mí.

—Madre ella es mi mejor amiga sabes que tengo un espíritu hembra no me gustan las mujeres —le recalcó Melissa a su madre la cual confundió nuestra amistad con un romance.

—Mi bebé yo sé que Elizabeth es tu amiga — dijo la señora mirándome de manera cariñosa.

¿Cómo usted sabe mi nombre? — Le pregunté sin pensar.

—Sé mucho de ti mi niña hermosa —dijo la señora mostrándome una sonrisa cálida y a pesar de que sus ojos reflejaban pena, yo podía ver que esta señora era muy diferente al padre de mi amiga.

—Señora ahora la curiosidad no me dejará dormir tranquila — comenté sonriendo y es que la madre de mi amiga me hacía sentir paz y felicidad.

—Solo te diré que quiero que seas mi nuera —me dijo ella guiñando un ojo gesto que en realidad no entendí

¡¡La señora al parecer no me conoce muy bien porque si me conociera como ella me dijo ya sabría que estoy casada!! Pensé terminando de salir de la habitación.

¡¡Juro que la madre de mi amiga ha sembrado duda en mí!!

Para llegar a la habitación donde estoy alojada tengo que caminar por un pasillo que parece el túnel de la muerte, no es porque este sea tenebroso es porque ese túnel es bastante largo.

Y hablando de muerte pude ver a Gregory caminando de frente.

—Elizabeth necesitamos hablar por favor ven conmigo— es la primera vez en el tiempo que conozco a Gregory que me pide que hablemos con un tono amable y no tratando de ordenarme como siempre.

—Tú y yo no tenemos nada de qué hablar — le respondí enojada y seguí caminando, hasta que él detuvo mi andar aprisionando mi cuerpo contra el suyo.

—Solo quiero que veas algo — me susurró al oído.

Por qué rayo me estás susurrando acaso me quieres decir un secreto _ Exclamé luchando con él, para apartarlo de mi lado.

—Chsss —puso un dedo sobre mis labios en señal de que me mantuviera en silencio _ ven conmigo y entenderá lo que te quiero decir — volvió a susurrar.

—El gran dragón le tiene miedo a su padre —comenté con sarcasmo y Gregory se sorprendió al escucharme, me reí al ver qué él no se esperaba que yo supiera su nombre de mafioso.

—Si vienes conmigo también conocerás la historia del dragón, mi amor te juro que te diré todo acerca de mí y respetaré si después de escucharme decides alejarte —mientras Gregory trataba de convencerme, yo pude notar mucha tristeza en su mirada.

Este Gregory era muy diferente al Gregory prepotente y malicioso que conocí en Miami y a este Gregory sentía que debía de darle una oportunidad de contarme su historia.

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