Una bailarina para el alfa romance Capítulo 1

Había llegado muy cansada a casa, eran cerca de las tres de la madrugada y ya no sentía mis piernas. El show había salido muy bien, tanto así que mi jefe me dijo que había sido una de las pocas escogidas para un gran evento que harían en el bar la otra semana, el cual era tan exclusivo que tendríamos el doble de seguridad nunca antes visto. Además de que vendrían famosos y personas muy importantes, la verdad es que era algo increíble. Sin embargo, no podía creer que esos hombres tan importantes y con tanto dinero pagaran por show tan baratos y desprolijos para las mujeres que como yo lo hacíamos por necesidad.

Que más daba, igual necesitaba ese dinero. Annie ha estado enferma, por lo que llevarla al hospital y las medicinas me quitaban gran parte de mi sueldo. Teníamos deudas, por lo que sería una gran ayuda, ese extra. Me quede dormida luego de recordar mis cuentas y que debía pagarle la colegiatura a Annie, ya que luego de que mi hermana nos abandonará. Decidí darle el mejor futuro a mi sobrina y la mejor educación posible. Haría todo por sacarla de este barrio tan peligroso, no era apto para una niña tan ingenua y noble como ella. además de ser riesgoso porque aún venían a buscar a Hannah sus vagos amigos, los cuales su mayoría eran drogadictos y los quería lo más lejos posible de mi pequeña.

Al siguiente día desperté muy temprano, quería hacerle un rico desayuno a Annie, así que salí a comprar tocino, huevos, queso y tostadas. Luego de preparar todo lo lleve hasta su cama, sorprendiéndola, se levantó muy contenta.

—¿A qué se debe despertar tan maravillosamente?—preguntó sonriente.

—¿Qué? ¿Tú tía no puede levantarte con un desayuno a la cama?—pregunté sirviéndole la bandeja en sus piernas, luego de que se sentará.

—Sí, pero es raro que lo hagas. Es más es raro que estés despierta a esta hora, si ayer llegaste más tarde de lo usual—respondió dándole un mordisco enorme a la tostada.

—Lo sé, pero me quede una hora extra ayudándole a limpiar a dory, además que me pagaron un poco más—respondí.

—¿Por qué trabajas tanto? Tía no quiero que te enfermes, trasnochar todos los días puede ocasionarte enfermedades—respondió con dulzura.

—Porque las cuentas no se pagan solas, Ann—respondí—, Además no te preocupes por mí, yo soy la adulta aquí, ¿Esta bien?—respondí divertida y ella me abrazo.

—Sí, tía. Gracias por cuidarme y quererme tanto, no como mi mamá que me dejo tirada como si fuese una muñeca trapo—respondió triste.

—Eso ya no importa, ¿sí?—respondí—, Me tienes a mí, nunca te dejaría.

—Lo sé, te quiero mucho, tía—respondió abrazándome nuevamente.

Prólogo. 1

Prólogo. 2

Verify captcha to read the content.Verifica el captcha para leer el contenido

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Una bailarina para el alfa