Una bailarina para el alfa romance Capítulo 2

Finalmente luego de varios días de falta, volví al bar. Practique las rutinas y los bailes nuevos que había aprendido, hoy era viernes, los mejores días pagados. Así que me esforzaría bastante para intentar reponer los días perdidos, no podía darme el lujo de desperdiciar el dinero. Ya que cada centavo cuenta, más ahora que probablemente Annie necesitaría sus materiales para el club de arte, los cuales no son nada baratos. Pero haría lo necesario para conseguirlos, todo por verla feliz. Por suerte se había mejorado y ya no gastaba en medicinas o consultas médicas.

Me vestí con mis mallas de red negras, tacones altos color negro y suela roja, guantes de seda rojos, short rojo de cuero, corcel negro con cordones rojos y mi peluca roja trenzada. Un leve maquillaje, labios rojos y antifaz negro.

Ensaye muchas veces la rutina de hoy, le agregué algunos pasos que había visto por internet. Sin más el show comenzó, luces blancas apagadas, luces rojas encendidas. Me senté con las piernas abiertas, recostando mí espalda al tubo, lleve mis piernas a mis pechos y luego estire una hacia arriba, luego la otra, al ritmo de la canción, luego abrí las dos al mismo tiempo y las cerré atrayendo mis piernas hacía mi pecho. Me eché hacía atrás y estire mi brazo por el tubo, mientras con el otro me apoyaba del suelo, los deslice hasta quedar acostada y dar una vuelta hacia atrás impulsando mis piernas. Quede de rodillas, por lo que use mis brazos para hacer un movimiento envolvente, tome el tubo con ambas manos mientras estiraba mis piernas y las enrollaba en él. Me coloque de pie y camine alrededor del tubo dando vueltas, sensualmente, hice algunos movimientos de ballet, combinándolos con la rutina del pooldance, enrolle mi pierna derecha en el tubo mientras con la otra impulsaba mi cuerpo para deslizarme a lo largo del tubo. Volví al suelo y jugué con mis piernas, abriéndolas, cerrándolas, todo al ritmo de la música sensual, me coloque de pie y comencé a contornear mi cuerpo a la vez que rosaba el tacón de mis zapatos con el tubo. Terminé finalmente sentada con las piernas apretadas en mi pecho. El público estaba eufórico, gritaban, silbaban y pedían más, el local estaba abarrotado de hombres. Nunca antes lo había visto tan lleno, quizá era por la quincena. Ya que muchos cobraban su sueldo hoy, ¿Y adivinen cual es el mejor lugar para gastarlo? Exacto, un bar.

Estaba por salir del escenario cuándo escuche un rebullicio, un hombre había golpeado fuertemente la mesa hasta romperla. Y luego había golpeado a otro tipo, ¿Qué estaba ocurriendo? Era típico este tipo de situaciones, siempre se peleaban cuando se les pasaba la mano con los tragos. Ignorando el gran espectáculo que hicieron, me baje del escenario y camine a mi camerino. Quería agua y cambiarme de ropa, ya que de igual manera me tocaba atender las mesas. Al llegar me sorprendí mucho al verlo lleno de girasoles. Sonreí amaba las flores, pero sobretodo los girasoles. ¿Qué clase de fan sabía eso? Qué bonita casualidad, cerré la puerta con seguro y me percaté de algo. En mi mesa había una caja de terciopelo, la tomé y la abrí, era un reloj rolex original. ¡Esto vale miles de dólares! ¿Quién pudo haberme regalado tan costoso obsequio? Estaba admirada, había una tarjeta. “Para la mejor bailarina y la más sensual, A”. Al menos tenía una pista de tan bonito regalo, “A”. Podría ser ¿Alejandro? ¿Alexander? ¿Arturo? No lo sabría nunca, me cambié, colocándome el uniforme del bar, un vestido ceñido al cuerpo color negro con dorado. Salí y me sorprendí al ver a mi jefe esperándome.

—Wow, parece que tienes una gran fanaticada—dijo divertido viendo al interior de mi camerino—, Mia hay alguien que me está haciendo una propuesta.

—Sé más explícito, ¿Qué clase de propuesta? Sabes bien que no soy prostituta—respondí firme, ya que ese tipo de “propuesta” la había recibido muchísimo.

—No Mia, no es eso—respondió rodando sus ojos—, Mi bar es muy prestigioso como para prostituir a mis empleadas—se defendió—, Él dice que quiere pagarte un sueldo, con tal que no bailes más aquí y lo hagas solo para él.—respondió y quedé totalmente atónita.

—¿Bajo qué términos?—pregunté, no sonaba mal para ser sincera. Me sentiría mucho menos expuesta bailando para un solo hombre que para cientos. Claro si solo era eso, bailar. No otro servicio.

—No me dijo nada más, sólo que pensó que eras exclusiva del bar—respondió encogiéndose de hombros—, ¿No me abandonarás verdad? ¡Mia si me dejas me iré a la quiebra!—respondió divertido, sabía que me lo contaba porque seguramente ese hombre quería proponérmelo directamente a mí y si el me lo decía primero, podía usarlo a su favor.

—Pues eres un gran jefe, pero si me ofrecen un buen sueldo. Sabes que me iré—respondí y el asintió, pero había algo más.

—Mia, duplicaré tu sueldo si no te vas—ofreció y abrí mucho mis ojos, era una propuesta bastante interesante.

—¿Dónde está ese hombre? Quisiera saber más, no digo que te abandonaré. Pero quisiera saber mis opciones—respondí y el suspiro con drama.

2.- Una propuesta. 1

2.- Una propuesta. 2

2.- Una propuesta. 3

Verify captcha to read the content.Verifica el captcha para leer el contenido

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Una bailarina para el alfa